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Luto

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A los quince años, cuando comenzó a trabajar, supongo que aparentaba doce, porque a los ochenta mi madre parecía una señora de setenta. Y por ese aspecto, creo, su jefe, el dueño de la librería que aún existe, frente a la Plaza de la Victoria, en Valparaíso, la mandó especialmente a que atendiera a la viuda que ingresaba al establecimiento.

En ese tiempo ellas vestían de negro, con velo y sombrero.

Causó un discreto murmullo en la librería la señora enlutada quien pidió a mi madre muestras de tarjetas de condolencia (llevaban cinta o bordes negros).

Eligió una y cuando fue a pagar, el dueño indicó a la vendedora, con un gesto, que no aceptara: se trataba de una gentileza de la casa.

Mientras mi madre acompañaba a la viuda hasta la puerta de cristal, ella le explicó:

-Va muy lejos esta tarjeta, es para la señora Grau, en Perú. Cada año, en octubre, la saludo como lo hace cada mes de mayo conmigo.

Acarició suavemente los cabellos de la niña y salió.

Así fue como mi madre vio a doña Carmela Carvajal, viuda de Prat.

Marce Hugo Contreras M.

Errores que cuestan caro

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Por costumbre si un detective o un carabinero se equivoca en un procedimiento, ello no pasa desapercibido, rápidamente el Ministerio Público informa los antecedentes y solicita penas del infierno, pero qué pasa cuando un fiscal se equivoca como lo ocurrido en Talca, donde por no presentar acusación un imputado de dos delitos de abuso sexual y cuatro de violaciones reiteradas es dejado en libertad; mas aún, si al mismo imputado un juez de Garantía le había concedido la libertad y revocada por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Talca.

Qué pensarán las víctimas, no será una nueva re victimización. Bueno hay fiscales excelentes y jugados y que por cierto su gestión es de excelencia y permanentemente valorada por la propia comunidad .

Errar es humano, perdonar es divino, pero los errores de otros cuestan caro y a veces propios errores salen gratis, creo que ello no es justo y las responsabilidades administrativas para todos debieran ser análogas, las injusticias no son parte de la justicia y el tratar de ser justo un gran don.

Alberto Contreras Silva