Naguib Danilla Segovia
Un mal momento es el que atraviesan en la actualidad los restaurantes de la ciudad, donde la desaceleración económica regional afectó directamente a estos negocios.
Así lo confirmaron varios dueños de distintos recintos culinarios de Iquique y los últimos boletines de Turismo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), además del pasado Inacer trimestral.
En el Índice de Servicios al Turismo (Iset) de febrero hubo un descenso de 18% comparado con el mismo periodo de 2015, donde la principal incidencia negativa estuvo dada en el sector de restaurantes, que sufrió un decrecimiento de 32,8% en este periodo analizado.
Este estudio es coincidente con el Índice de Actividad Económica Regional (Inacer) del primer trimestre de 2016 en Tarapacá que tuvo una disminución de 3,6%. El área de expendio de comidas volvió a ser destacada como factor negativo debido a la disminución en sus ventas reales.
Restaurantes
Liberto Arenas, segundo jefe del restaurant "El Español" (exMamatila) de avenida Arturo Prat, al lado del Museo Corbeta Esmeralda, comentó que las ventas en lo que va del 2016 "han estado bajísimas".
"La baja en las ventas ha sido de un 40% comparándolo con el año pasado. Aquí hay dos puntos claves para esto: la delincuencia y el mal momento minero. Ellos eran muy buenos clientes", señaló.
Misma realidad viven en el restaurant de comida asiática "Yuni" de la ciudad."Este año está muy mal. Más mal que otros años".
En el comedor "Hermano Catalán Bleck" del Mercado Centenario de Iquique, que funciona hace más de 10 años, precisaron a este momento como "el peor que han vivido" en todos sus años de funcionamiento.
"Ha bajado un 50% todo. Hoy por ejemplo no tuvimos casi nada de clientela. Antes estos lugares pasaban llenos y he reducido a la mitad también mi personal", dijo Lidia Bleck, encargada del comedor.
Algo similar registra el local de comida "Sol de Oro", de calle Zegers, que está funcionando solo hace ocho meses, mismo periodo que coincidió con el inicio de la crisis minera.
"No ha sido fácil mantenernos. Estábamos en otro rubro, pero si la cosa sigue mala, no quedaría otra que mirar otro tipo de negocio", contó su dueña, Marisol Castro.
Suntuaria
Fernado Oyarzún, especialista de la Unap, manifestó que ante una desaceleración econmócia como la que registra Tarapacá, lo primero que sacrifica una persona son los gastos suntuarios o lujosos, calificación que tendrían los costos asociados a los restaurantes. "No son consumos de primera necesidad. Como hay tanta incertidumbre, eso hace que la gente vaya tomando precaución", finalizó.