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Victimización y percepción

Para nadie es un misterio que la incidencia de delitos en Tarapacá y particularmente en la provincia de Iquique es una de las mayores en el país.

El último informe de la Encuesta Nacional Urbana de Victimización (Enusc) de la Subsecretaría de Prevención del Delito, ubicó a la región con la mayor tasa de victimización, con 40,3%, lo que da cuenta de que cuatro de cada diez personas sufrieron ellas o alguien de su grupo familiar un delito en el 2015.

La cifra significó además un aumento, luego que en anterior informe entregado en 2014, el porcentaje era de 36,4, lo que fue ampliamente celebrado por las autoridades.

Pero además de la incidencia del delito existe un punto también muy preocupante y que influye en el temor de las personas, que es la percepción.

En este sentido, además de lo que se puede percibir a diario, la Enusc también se detiene en este aspecto y analiza el sensibilidad de las personas respecto a la delincuencia en el país y en la comuna en que viven.

Por ejemplo, en Tarapacá el 91% de los encuestados creen que la delincuencia aumentó. Cifra que se condice con el aumento real, sin embargo, la curva se dispara en forma más pronunciada, subiendo casi 18 puntos porcentuales respecto a la medición anterior. Asimismo, el 61,7% de los encuestados creen que serán víctimas de un delito en los próximos 12 meses.

Estos dos indicadores advierten que para la mayor parte de los tarapaqueños el tema no solo es preocupante, sino que además está transformándose en temor, uno de los principales elementos de los cuales se valen los delincuentes para vulnerar a sus víctimas.

En este sentido también es necesaria una intervención que permita disminuir ese temor, ya que si bien la situación es preocupante, tampoco se puede afirmar que estemos a la altura de ciudades como Buenos Aires, Medellín o Ciudad de México.

Junto con el conocido esfuerzo que se realiza en materia policial, también son necesarias las medidas en materia de salud mental, con el fin que un delito no se transforme en un germen que invada a la comunidad de temor.

"Pero además de la incidencia del delito existe un punto también muy preocupante y que influye en el temor de las personas, que es la percepción".

Ayuda o propaganda

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Las fotos de ayuda social entregada por personajes de la política local abundan en las redes sociales. Lo lamentable es que por las imágenes más parecen propaganda política que solidaridad. ¿Quién fiscaliza eso?


Sesión en la región

Cuando se cree que por sesionar en la región se solucionarán los problemas de victimización, el foco se ha perdido. Necesitamos que los políticos locales generen proyectos más creativos. Históricamente ocurre que en las crisis es donde surgen las mejores ideas.


Primera necesidad

Si bien el programa de entrega de frazadas puede ser de impacto en el sur del país, en Iquique resulta hasta extraño cuando este tipo de beneficios se publicitan con bombos y platillos. Es necesario que los programas sociales se ajusten a la realidad de cada zona.

El valor social de la pesca en el norte

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Estamos ante un escenario desafiante para la actividad pesquera chilena. El debate público en torno a la normativa legal que la rige persiste, mientras los efectos climáticos alteran las condiciones de los océanos y por consiguiente, la actividad extractiva.

Sin embargo, poco se ha hablado respecto al aporte social de esta actividad en las respectivas regiones donde opera. Particularmente llama la atención el caso de la macro zona norte, compuesta por las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, donde la pesca, antes de la llegada de la minería, fue casi el único motor fundamental del desarrollo económico para sus comunidades. Hoy el arraigo continúa, con tradiciones como los carros alegóricos en navidad, que surgieron precisamente de los trabajadores del sector.

Sólo en 2015, el aporte de la industria pesquera llegó a US$312 millones, superior al presupuesto que contemplan los Servicios de Salud Pública en estas tres regiones del norte. De esa cifra, US$100 millones corresponden a remuneraciones y pagos por compra de pesca al sector artesanal.

35.000 nortinos viven de la operación del sector pesquero del Norte Grande, con más de 2.500 empleos directos y 2.700 empresas proveedoras, 50% de éstas de la categoría Pymes.

Un aspecto crucial es la calidad y la estabilidad del empleo: 87% de sus trabajadores lo hace con contrato indefinido, con una tasa de sindicalización del 90%, en momentos en la tasa media en Chile sólo llega al 16%, además de remuneraciones y edad promedio de los trabajadores muy por sobre las cifras nacionales. En 2014, a pesar de haber procesado un 34% menos de pesca por los efectos de "El Niño", la industria pesquera del norte mantuvo el 100% de los empleos.

Estas cifras permiten dimensionar el valor de la actividad pesquera para el Norte Grande, en momento en que el gobierno busca productividad y está repensando su matriz productiva, no puede quedar afuera el entramado social detrás de cada sector productivo, y en especial éste, el que todos debemos cuidar debemos cuidar.

"Sólo en 2015, el aporte de la industria pesquera llegó a US$312 millones".

Leopoldo Bailac,, presidente Asociación de Industriales de Iquique

El valor social de la pesca en el norte

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Estamos ante un escenario desafiante para la actividad pesquera chilena. El debate público en torno a la normativa legal que la rige persiste, mientras los efectos climáticos alteran las condiciones de los océanos y por consiguiente, la actividad extractiva.

Sin embargo, poco se ha hablado respecto al aporte social de esta actividad en las respectivas regiones donde opera. Particularmente llama la atención el caso de la macro zona norte, compuesta por las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, donde la pesca, antes de la llegada de la minería, fue casi el único motor fundamental del desarrollo económico para sus comunidades. Hoy el arraigo continúa, con tradiciones como los carros alegóricos en navidad, que surgieron precisamente de los trabajadores del sector.

Sólo en 2015, el aporte de la industria pesquera llegó a US$312 millones, superior al presupuesto que contemplan los Servicios de Salud Pública en estas tres regiones del norte. De esa cifra, US$100 millones corresponden a remuneraciones y pagos por compra de pesca al sector artesanal.

35.000 nortinos viven de la operación del sector pesquero del Norte Grande, con más de 2.500 empleos directos y 2.700 empresas proveedoras, 50% de éstas de la categoría Pymes.

Un aspecto crucial es la calidad y la estabilidad del empleo: 87% de sus trabajadores lo hace con contrato indefinido, con una tasa de sindicalización del 90%, en momentos en la tasa media en Chile sólo llega al 16%, además de remuneraciones y edad promedio de los trabajadores muy por sobre las cifras nacionales. En 2014, a pesar de haber procesado un 34% menos de pesca por los efectos de "El Niño", la industria pesquera del norte mantuvo el 100% de los empleos.

Estas cifras permiten dimensionar el valor de la actividad pesquera para el Norte Grande, en momento en que el gobierno busca productividad y está repensando su matriz productiva, no puede quedar afuera el entramado social detrás de cada sector productivo, y en especial éste, el que todos debemos cuidar debemos cuidar.

"Sólo en 2015, el aporte de la industria pesquera llegó a US$312 millones".

Leopoldo Bailac,, presidente Asociación de Industriales de Iquique

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Las fotos de ayuda social entregada por personajes de la política local abundan en las redes sociales. Lo lamentable es que por las imágenes más parecen propaganda política que solidaridad. ¿Quién fiscaliza eso?


Sesión en la región

Cuando se cree que por sesionar en la región se solucionarán los problemas de victimización, el foco se ha perdido. Necesitamos que los políticos locales generen proyectos más creativos. Históricamente ocurre que en las crisis es donde surgen las mejores ideas.


Primera necesidad

Si bien el programa de entrega de frazadas puede ser de impacto en el sur del país, en Iquique resulta hasta extraño cuando este tipo de beneficios se publicitan con bombos y platillos. Es necesario que los programas sociales se ajusten a la realidad de cada zona.

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Victimización y percepción

Para nadie es un misterio que la incidencia de delitos en Tarapacá y particularmente en la provincia de Iquique es una de las mayores en el país.

El último informe de la Encuesta Nacional Urbana de Victimización (Enusc) de la Subsecretaría de Prevención del Delito, ubicó a la región con la mayor tasa de victimización, con 40,3%, lo que da cuenta de que cuatro de cada diez personas sufrieron ellas o alguien de su grupo familiar un delito en el 2015.

La cifra significó además un aumento, luego que en anterior informe entregado en 2014, el porcentaje era de 36,4, lo que fue ampliamente celebrado por las autoridades.

Pero además de la incidencia del delito existe un punto también muy preocupante y que influye en el temor de las personas, que es la percepción.

En este sentido, además de lo que se puede percibir a diario, la Enusc también se detiene en este aspecto y analiza el sensibilidad de las personas respecto a la delincuencia en el país y en la comuna en que viven.

Por ejemplo, en Tarapacá el 91% de los encuestados creen que la delincuencia aumentó. Cifra que se condice con el aumento real, sin embargo, la curva se dispara en forma más pronunciada, subiendo casi 18 puntos porcentuales respecto a la medición anterior. Asimismo, el 61,7% de los encuestados creen que serán víctimas de un delito en los próximos 12 meses.

Estos dos indicadores advierten que para la mayor parte de los tarapaqueños el tema no solo es preocupante, sino que además está transformándose en temor, uno de los principales elementos de los cuales se valen los delincuentes para vulnerar a sus víctimas.

En este sentido también es necesaria una intervención que permita disminuir ese temor, ya que si bien la situación es preocupante, tampoco se puede afirmar que estemos a la altura de ciudades como Buenos Aires, Medellín o Ciudad de México.

Junto con el conocido esfuerzo que se realiza en materia policial, también son necesarias las medidas en materia de salud mental, con el fin que un delito no se transforme en un germen que invada a la comunidad de temor.

"Pero además de la incidencia del delito existe un punto también muy preocupante y que influye en el temor de las personas, que es la percepción".