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La maestra "chasquilla" boliviana que arregla las casas de Hospicio

Sandi Bel Correa es oriunda de Oruro y se mudó hace cuatro años a Alto Hospicio, lugar donde trabaja como independiente haciendo labores de soldadura, gasfitería y carpintería, entre otros. Su sueño es estudiar mecánica.
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Naguib Danilla Segovia

Son las 7:10 de la mañana de una frío jueves en Alto Hospicio y Sandi Bel Correa (24) tiene que ir a dejar a su pequeña hija al colegio Alturas de esa comuna.

La oriunda de Oruro, mientras arregla a su hija para ir a dejarla a su colegio, aprovecha también ese momento para salir a trabajar. Previamente hace su rutina diaria que consiste en maquillarse, abrigarse producto del clima invernal y ponerse un banano. Adminículo que no ocupa para guardar cosméticos, celular u otras cosas de preponderancia femenina, sino para meter destornilladores, alicates y una huincha de medir.

Sandi es lo que en Chile se denomina una maestra "chasquilla". Vive en el sector de La Maestranza en Hospicio y sabe "maestrear", hace trabajos de gasfitería, de carpintería y, por si fuera poco, realiza soldaduras de todo tipo.

"A mí me empezaron a gustar todos estos trabajos porque mi papá es mecánico y me contrataron muy chica como ayudante de limpieza. Entonces ahí yo tenía que lavar con diesel los repuestos. Siempre me gusto este rubro 'sucio', pero era muy pesado para mí", cuenta la multifuncional joven.

Señala que todo cambió para ella con el nacimiento de su hija hace cuatro años, ya que tuvo que dejar el colegio en ese momento. Estudios que retomó de manera nocturna un año más tarde.

Mientras sacaba su secundaría trabajó en una carpintería y aprendió lo que dice que es su "especialidad".

"Ahí aprendí a hacer hartas cosas y desarrollé harto mi creatividad al hacer estructuras y trabajos en madera", dice.

No por nada ella diseñó la pieza de su hija por completo. Haciéndole la cama, armario y otros detalles únicos.

"Iba la gente para mi casa y me preguntaba dónde compraba las cosas de la habitación y yo les decía que yo los fabricaba y no me creían", explica.

Ferretería

Para tener un mejor pasar económico se vino a Chile, país donde entró a trabajar en una ferretería, lugar donde conoció todos los usos de las herramientas.

"Ahí empecé a escuchar a los maestros lo que necesitaban y yo les preguntaba por qué, para qué le servían. Después con el tiempo, yo les empecé a dar consejos", indica, agregando que fue en ese momento que comenzó a hacer "pololos" con diferentes clientes.

Fue en ese momento que le salieron diversos trabajos como pintar casas, poner cerámicos en baños y arreglar grifería en lavaplatos.

En ese sentido, manifestó que le ha costado consolidarse en este rubro, que está dominado casi en su totalidad por el sexo masculino.

"He vivido doble discriminación, primero por ser boliviana y por ser mujer. De repente he llegado a un lugar y me dicen 'tu eres la señora del gásfiter' y me he puesto a llorar en el mismo lugar.

De todas maneras, Sandi comentó que una vez que las personas ven su trabajo, la gente queda sorprendida por su gran factura.

"Cuando ven que los arreglos quedan bien, y les gusta el trabajo que hago, siempre me empiezan a recomendar y así he hecho bastantes 'pitutos' como le dicen ustedes", sostiene.

Se acuerda cuando una señora la llamó para arreglar el lavamanos, ya que otro gásfiter no había podido solucionar el problema.

"Le dije que no era necesario cambiar la llave, sino una goma que era bien barata. Como trabajaba en la ferretería, me conseguí el repuesto y le di una solución rápida", aseveró. Dijo que existen muchos llamados "maestros" que cobran excesivamente por trabajos que tienen un valor menor y "abusan con el desconocimiento de la gente y dejan mal a otros maestros honrados como yo, que siempre soy honesta con los clientes".

A pesar de su esfuerzo evidente, los últimos meses no fueron fáciles para ella, ya que se quedó sin trabajo en la ferretería a raíz de una reducción de personal motivada por la actual situación económica regional.

Facebook

Al quedar desempleada, la multifuncional joven tuvo que ingeniárselas para generar ingresos. Debido a esto se le ocurrió una idea que hasta el momento le cambió la vida. Publicó sus servicios en el grupo de Facebook, "Gente de Alto Hospicio". Instancia que se llenó de comentarios felicitándola y ahí mismo le empezaron a salir nuevos "pololos".

"Estuve mucho tiempo sin atreverme a poner esa promoción ahí. Sobre todo por la discriminación que existe hacia los bolivianos, pero una vez que lo publiqué, mi percepción cambió. Todo fue bueno a partir de ahí", expresa.

Actualmente, ya realizó un trabajo producto de la publicación en la red social y ya tiene agendada una visita a un domicilio para hacer trabajos de gasfitería.

A futuro, con lo que recaude con estos trabajos independientes, su sueño es estudiar Mecánica. Rubro que siempre le gustó, según relató.

"Yo hago las cosas básicas como es el cambio de batería, de bujías y de aceite, pero me gustaría aprender a realizar cosas más complejas", finaliza la esforzada mujer.

"Llegaba a un lugar y me decían 'tú eres la señora del gásfiter'"

Sandi Correa, gásfiter

Sandi Correa, gásfiter

"He vivido doble discriminación (...) por ser boliviana y por ser mujer"

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La maestra "chasquilla" boliviana que arregla las casas de Hospicio

Sandi Bel Correa es oriunda de Oruro y se mudó hace cuatro años a Alto Hospicio, lugar donde trabaja como independiente haciendo labores de soldadura, gasfitería y carpintería, entre otros. Su sueño es estudiar mecánica.
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Naguib Danilla Segovia

Son las 7:10 de la mañana de una frío jueves en Alto Hospicio y Sandi Bel Correa (24) tiene que ir a dejar a su pequeña hija al colegio Alturas de esa comuna.

La oriunda de Oruro, mientras arregla a su hija para ir a dejarla a su colegio, aprovecha también ese momento para salir a trabajar. Previamente hace su rutina diaria que consiste en maquillarse, abrigarse producto del clima invernal y ponerse un banano. Adminículo que no ocupa para guardar cosméticos, celular u otras cosas de preponderancia femenina, sino para meter destornilladores, alicates y una huincha de medir.

Sandi es lo que en Chile se denomina una maestra "chasquilla". Vive en el sector de La Maestranza en Hospicio y sabe "maestrear", hace trabajos de gasfitería, de carpintería y, por si fuera poco, realiza soldaduras de todo tipo.

"A mí me empezaron a gustar todos estos trabajos porque mi papá es mecánico y me contrataron muy chica como ayudante de limpieza. Entonces ahí yo tenía que lavar con diesel los repuestos. Siempre me gusto este rubro 'sucio', pero era muy pesado para mí", cuenta la multifuncional joven.

Señala que todo cambió para ella con el nacimiento de su hija hace cuatro años, ya que tuvo que dejar el colegio en ese momento. Estudios que retomó de manera nocturna un año más tarde.

Mientras sacaba su secundaría trabajó en una carpintería y aprendió lo que dice que es su "especialidad".

"Ahí aprendí a hacer hartas cosas y desarrollé harto mi creatividad al hacer estructuras y trabajos en madera", dice.

No por nada ella diseñó la pieza de su hija por completo. Haciéndole la cama, armario y otros detalles únicos.

"Iba la gente para mi casa y me preguntaba dónde compraba las cosas de la habitación y yo les decía que yo los fabricaba y no me creían", explica.

Ferretería

Para tener un mejor pasar económico se vino a Chile, país donde entró a trabajar en una ferretería, lugar donde conoció todos los usos de las herramientas.

"Ahí empecé a escuchar a los maestros lo que necesitaban y yo les preguntaba por qué, para qué le servían. Después con el tiempo, yo les empecé a dar consejos", indica, agregando que fue en ese momento que comenzó a hacer "pololos" con diferentes clientes.

Fue en ese momento que le salieron diversos trabajos como pintar casas, poner cerámicos en baños y arreglar grifería en lavaplatos.

En ese sentido, manifestó que le ha costado consolidarse en este rubro, que está dominado casi en su totalidad por el sexo masculino.

"He vivido doble discriminación, primero por ser boliviana y por ser mujer. De repente he llegado a un lugar y me dicen 'tu eres la señora del gásfiter' y me he puesto a llorar en el mismo lugar.

De todas maneras, Sandi comentó que una vez que las personas ven su trabajo, la gente queda sorprendida por su gran factura.

"Cuando ven que los arreglos quedan bien, y les gusta el trabajo que hago, siempre me empiezan a recomendar y así he hecho bastantes 'pitutos' como le dicen ustedes", sostiene.

Se acuerda cuando una señora la llamó para arreglar el lavamanos, ya que otro gásfiter no había podido solucionar el problema.

"Le dije que no era necesario cambiar la llave, sino una goma que era bien barata. Como trabajaba en la ferretería, me conseguí el repuesto y le di una solución rápida", aseveró. Dijo que existen muchos llamados "maestros" que cobran excesivamente por trabajos que tienen un valor menor y "abusan con el desconocimiento de la gente y dejan mal a otros maestros honrados como yo, que siempre soy honesta con los clientes".

A pesar de su esfuerzo evidente, los últimos meses no fueron fáciles para ella, ya que se quedó sin trabajo en la ferretería a raíz de una reducción de personal motivada por la actual situación económica regional.

Facebook

Al quedar desempleada, la multifuncional joven tuvo que ingeniárselas para generar ingresos. Debido a esto se le ocurrió una idea que hasta el momento le cambió la vida. Publicó sus servicios en el grupo de Facebook, "Gente de Alto Hospicio". Instancia que se llenó de comentarios felicitándola y ahí mismo le empezaron a salir nuevos "pololos".

"Estuve mucho tiempo sin atreverme a poner esa promoción ahí. Sobre todo por la discriminación que existe hacia los bolivianos, pero una vez que lo publiqué, mi percepción cambió. Todo fue bueno a partir de ahí", expresa.

Actualmente, ya realizó un trabajo producto de la publicación en la red social y ya tiene agendada una visita a un domicilio para hacer trabajos de gasfitería.

A futuro, con lo que recaude con estos trabajos independientes, su sueño es estudiar Mecánica. Rubro que siempre le gustó, según relató.

"Yo hago las cosas básicas como es el cambio de batería, de bujías y de aceite, pero me gustaría aprender a realizar cosas más complejas", finaliza la esforzada mujer.

"Llegaba a un lugar y me decían 'tú eres la señora del gásfiter'"

Sandi Correa, gásfiter

Sandi Correa, gásfiter

"He vivido doble discriminación (...) por ser boliviana y por ser mujer"

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