Secciones

Hombres que se la juegan a la hora de cumplir su rol de papá

Historias de separación y de reencuentro muestran las distintas caras que tiene el Día del Padre.
E-mail Compartir

Mariela Cabello/Crismary Castillo

Celebrar el Día del Padre es para muchos la oportunidad de demostrar que cada jornada es valiosa, sin importar lo que se diga, en relación a que es una celebración comercial o si en verdad un solo día vale para decir: te amo, papá.

Es así que los propios papás se dieron a la tarea de analizar sus retos, historias y los hechos de la vida que han debido afrontar para darle un buen futuro a sus familias.

Uno de estos testimonios es el de Carlos Cobos y su familia, quienes hace casi dos años tuvieron que separarse ya que Carlos fue invitado a ser parte de la Orquesta Regional de Tarapacá.

Así, el músico recorrió los 5.587 kilómetros que separan a su natal estado Aragua, en Venezuela, para llegar a la capital tarapaqueña.

La distancia

"Primero yo venía a ver cuán estable era esta propuesta laboral y hace dos meses y medio mi familia está acá conmigo. Tuvimos que esperar un año y siete meses para volver a estar juntos", describe Cobos, que ahora vive junto a su esposa Edi De Sousa y su hijo Carlos Daniel, quien tiene siete años.

"Fue bien complejo estar lejos. Pude viajar muy pocas veces a Venezuela porque los periodos de vacaciones en la orquesta son pocos y, además, viajar implicaba contar con unas tres semanas por las escalas en los aeropuertos. El mayor contacto que tenía con Carlos Daniel era por Skype", manifiesta el músico.

Según describe, el primer año sin su familia fue bastante triste, pero tomar la decisión de venirse fue precisamente pensando en un mejor futuro para ellos.

"El sacrificio de pasar fechas importantes sin la familia muchas veces solo vale la pena si tienes la convicción de que pronto estarán contigo", reflexiona el violoncellista.

En cuanto a cómo le cambió la vida cuando su familia llegó a Iquique, dice que si bien fueron muchos meses sin verlos, el proceso de reintegrarlos a su rutina fue lento.

"Yo fui sacando de mi tiempo algunas actividades y puse en primer lugar a mi familia. Me siento bastante bien porque ahora me voy a trabajar y estoy tranquilo porque ellos están seguros. En Venezuela tu no estás tranquilo porque no sabes si tu familia va a comer o no. Mi familia está estable", cierra.

Papá voluntario

Siendo uno más de los voluntarios que cooperaba para hacer la colecta de hace unos días de la Sociedad Pro Ayuda al niño Leucémico de Iquique, (Sopranil) estaba Manuel Aguilar, padre de cuatro hijos, quien vio también hace 4 años como su vida cambió por completo, tras ser detectado en uno de sus hijos, en ese entonces de 10 años Leucemia Linfoblástica.

"Cumplió 10 años y el 6 de junio le diagnosticaron la leucemia, tuvimos que viajar inmediatamente a Santiago al Hospital Luis Calvo Mackenna, como lamentablemente no tenemos oncólogos en la zona esto rápidamente tuvo un costo para la familia".

Manuel, comenta que este cáncer a la sangre, elemento vital para el ser humano, los hizo como familia organizarse rápidamente para poder encargarse de sus hijos.

"Nosotros tenemos cuatro hijos, entonces tuvimos que separarnos y tuvimos que viajar yo primero con él, después mi señora y yo quedarme con los niños acá. Se daña el sistema familia, económico para que decirle emocional, porque uno no está preparado para estas cosas".

Según cuenta Manuel, su hijo estando en Santiago se le declaró una mayor complejidad, que la leucemia pudiese ser medular y que tuviese que hacerse transplante. "Los primeros días de tratamiento no se reflejaron avances y ahí viene el miedo, porque todo papá se asusta. Antes la leucemia era signo de algo grave y complicado".

El relato de Manuel, da cuenta que su hijo llegó el 2012 y el 2013 se agravó, "él estuvo conectado a 14 bombas, esto significa que tenía complicadísimo su sistema inmune. Cualquier bacteria y se le puede declarar una neumonía y el niño puede morir porque se le bajan las defensas".

La recuperación de su hijo fue en medio del 2013, cuando empezó a caminar de nuevo, con andador "y para mí fue duro porque mi hijo era deportista, era integrante de una selección pre mini de Iquique de fútbol, entonces era deportista y jugaba tres veces por semana, verlo sin poder caminar fue duro".

Manuel expresa que estuvo un año y medio en Santiago, y después volvió a Iquique, durante el 2014 y empezó a retomar su vida normal, "todavía está con un catéter y viaja a Santiago todos los meses, y le tienen que hacer exámenes porque está el riesgo de recaída. Y eso significa volver a cero, radioterapia, quimioterapia, todo de nuevo. Eso es muy duro, sobre todo para un niño que ahora tiene 14 años".

Papás cívicos

Otros de los papás que este tercer domingo de junio, en el que se festeja la paternidad, se volvieron emblemáticos fueron los que debieron dejar de lado sus propios festejos por haber sido seleccionados como vocales de mesa en las primarias.

Es así que Reinaldo Flores, padre de dos hijos y vocal de mesa para estas elecciones, salió de su casa muy temprano, sin que sus ellos lo pudieran saludar.

"Por cosas civiles hay que hacerlo, pero si se festeja algo en que la familia es importante tenerla unida, no puedes hacer una votación el Día del Padre, es algo inadecuado. Las autoridades no piensan así porque a ellos no les toca este tipo de desempeño.

Reinaldo, que fue secretario de su mesa, comentó resignado que este día no podrá festejar junto a sus hijos. "Yo soy secretario de mesa así que me tengo que quedar hasta el final, no hay cómo, además mañana hay que trabajar. Por ley podía ser la segunda o tercera semana del mes en curso para esta votación, pero nada se puede hacer".

Trabajando

Para Raúl Arias, este día también coincidió su turno. Él es conserje y padre de un hijo de 14 años. Estoy muy feliz de ser padre porque es un reconocimiento muy grande darle lo que uno puede. Hay muchos padres que compensan a los hijos porque se sacan buenas notas, creo que el cariño es más importante".

Don Raúl, también dijo que si bien le tocó trabajar desde las 00 horas del domingo. "Celebraré de las 4 a las 12, ahí tengo tiempo para celebrar con mi hijo. Mi hijo es muy apegado a mí, muy cariñoso, me siento muy orgulloso de él. Si viene otro hijo, sería bienvenido".

Finalmente, Walter Brun maestro de un restaurant de Baquedano, viene de Santa Cruz de Bolivia. Él está lejos de sus hijas. "La verdad es triste pasar un día del padre sin ellas, pese a que la tecnología nos acerca".

Cuando estaban con él, lo despertaban con empanados o un jugo y "ahora el abrazo es virtual. Constantemente estamos con la tecnología, esa es realidad de un extranjero acá".

Hombres que se la juegan a la hora de cumplir su rol de papá

Historias de separación y de reencuentro muestran las distintas caras que tiene el Día del Padre.
E-mail Compartir

Mariela Cabello/Crismary Castillo

Celebrar el Día del Padre es para muchos la oportunidad de demostrar que cada jornada es valiosa, sin importar lo que se diga, en relación a que es una celebración comercial o si en verdad un solo día vale para decir: te amo, papá.

Es así que los propios papás se dieron a la tarea de analizar sus retos, historias y los hechos de la vida que han debido afrontar para darle un buen futuro a sus familias.

Uno de estos testimonios es el de Carlos Cobos y su familia, quienes hace casi dos años tuvieron que separarse ya que Carlos fue invitado a ser parte de la Orquesta Regional de Tarapacá.

Así, el músico recorrió los 5.587 kilómetros que separan a su natal estado Aragua, en Venezuela, para llegar a la capital tarapaqueña.

La distancia

"Primero yo venía a ver cuán estable era esta propuesta laboral y hace dos meses y medio mi familia está acá conmigo. Tuvimos que esperar un año y siete meses para volver a estar juntos", describe Cobos, que ahora vive junto a su esposa Edi De Sousa y su hijo Carlos Daniel, quien tiene siete años.

"Fue bien complejo estar lejos. Pude viajar muy pocas veces a Venezuela porque los periodos de vacaciones en la orquesta son pocos y, además, viajar implicaba contar con unas tres semanas por las escalas en los aeropuertos. El mayor contacto que tenía con Carlos Daniel era por Skype", manifiesta el músico.

Según describe, el primer año sin su familia fue bastante triste, pero tomar la decisión de venirse fue precisamente pensando en un mejor futuro para ellos.

"El sacrificio de pasar fechas importantes sin la familia muchas veces solo vale la pena si tienes la convicción de que pronto estarán contigo", reflexiona el violoncellista.

En cuanto a cómo le cambió la vida cuando su familia llegó a Iquique, dice que si bien fueron muchos meses sin verlos, el proceso de reintegrarlos a su rutina fue lento.

"Yo fui sacando de mi tiempo algunas actividades y puse en primer lugar a mi familia. Me siento bastante bien porque ahora me voy a trabajar y estoy tranquilo porque ellos están seguros. En Venezuela tu no estás tranquilo porque no sabes si tu familia va a comer o no. Mi familia está estable", cierra.

Papá voluntario

Siendo uno más de los voluntarios que cooperaba para hacer la colecta de hace unos días de la Sociedad Pro Ayuda al niño Leucémico de Iquique, (Sopranil) estaba Manuel Aguilar, padre de cuatro hijos, quien vio también hace 4 años como su vida cambió por completo, tras ser detectado en uno de sus hijos, en ese entonces de 10 años Leucemia Linfoblástica.

"Cumplió 10 años y el 6 de junio le diagnosticaron la leucemia, tuvimos que viajar inmediatamente a Santiago al Hospital Luis Calvo Mackenna, como lamentablemente no tenemos oncólogos en la zona esto rápidamente tuvo un costo para la familia".

Manuel, comenta que este cáncer a la sangre, elemento vital para el ser humano, los hizo como familia organizarse rápidamente para poder encargarse de sus hijos.

"Nosotros tenemos cuatro hijos, entonces tuvimos que separarnos y tuvimos que viajar yo primero con él, después mi señora y yo quedarme con los niños acá. Se daña el sistema familia, económico para que decirle emocional, porque uno no está preparado para estas cosas".

Según cuenta Manuel, su hijo estando en Santiago se le declaró una mayor complejidad, que la leucemia pudiese ser medular y que tuviese que hacerse transplante. "Los primeros días de tratamiento no se reflejaron avances y ahí viene el miedo, porque todo papá se asusta. Antes la leucemia era signo de algo grave y complicado".

El relato de Manuel, da cuenta que su hijo llegó el 2012 y el 2013 se agravó, "él estuvo conectado a 14 bombas, esto significa que tenía complicadísimo su sistema inmune. Cualquier bacteria y se le puede declarar una neumonía y el niño puede morir porque se le bajan las defensas".

La recuperación de su hijo fue en medio del 2013, cuando empezó a caminar de nuevo, con andador "y para mí fue duro porque mi hijo era deportista, era integrante de una selección pre mini de Iquique de fútbol, entonces era deportista y jugaba tres veces por semana, verlo sin poder caminar fue duro".

Manuel expresa que estuvo un año y medio en Santiago, y después volvió a Iquique, durante el 2014 y empezó a retomar su vida normal, "todavía está con un catéter y viaja a Santiago todos los meses, y le tienen que hacer exámenes porque está el riesgo de recaída. Y eso significa volver a cero, radioterapia, quimioterapia, todo de nuevo. Eso es muy duro, sobre todo para un niño que ahora tiene 14 años".

Papás cívicos

Otros de los papás que este tercer domingo de junio, en el que se festeja la paternidad, se volvieron emblemáticos fueron los que debieron dejar de lado sus propios festejos por haber sido seleccionados como vocales de mesa en las primarias.

Es así que Reinaldo Flores, padre de dos hijos y vocal de mesa para estas elecciones, salió de su casa muy temprano, sin que sus ellos lo pudieran saludar.

"Por cosas civiles hay que hacerlo, pero si se festeja algo en que la familia es importante tenerla unida, no puedes hacer una votación el Día del Padre, es algo inadecuado. Las autoridades no piensan así porque a ellos no les toca este tipo de desempeño.

Reinaldo, que fue secretario de su mesa, comentó resignado que este día no podrá festejar junto a sus hijos. "Yo soy secretario de mesa así que me tengo que quedar hasta el final, no hay cómo, además mañana hay que trabajar. Por ley podía ser la segunda o tercera semana del mes en curso para esta votación, pero nada se puede hacer".

Trabajando

Para Raúl Arias, este día también coincidió su turno. Él es conserje y padre de un hijo de 14 años. Estoy muy feliz de ser padre porque es un reconocimiento muy grande darle lo que uno puede. Hay muchos padres que compensan a los hijos porque se sacan buenas notas, creo que el cariño es más importante".

Don Raúl, también dijo que si bien le tocó trabajar desde las 00 horas del domingo. "Celebraré de las 4 a las 12, ahí tengo tiempo para celebrar con mi hijo. Mi hijo es muy apegado a mí, muy cariñoso, me siento muy orgulloso de él. Si viene otro hijo, sería bienvenido".

Finalmente, Walter Brun maestro de un restaurant de Baquedano, viene de Santa Cruz de Bolivia. Él está lejos de sus hijas. "La verdad es triste pasar un día del padre sin ellas, pese a que la tecnología nos acerca".

Cuando estaban con él, lo despertaban con empanados o un jugo y "ahora el abrazo es virtual. Constantemente estamos con la tecnología, esa es realidad de un extranjero acá".