Tía adoptiva de Puch lo recuerda hiphopero, mal genio y travieso
Elizabeth Leal alojó durante casi tres años al iquiqueño en su casa de Las Higueras. "Estaba concentrado en el fútbol. No dejaba de entrenar. Lo único que quería era ser jugador profesional", señaló.
Más que con el 7-0 de la Roja sobre México, la noche del pasado sábado Elizabeth Leal se emocionó con la gran actuación que tuvo Edson Puch, a quien llama "mi regalón".
"Esa misma noche, además, soñé que vendría alguien de la prensa a entrevistarme por Puch", señaló la dama, cómodamente sentada en su hogar de Las Higueras, ubicado a sólo metros del Estadio CAP y donde el delantero, hoy figura de la Copa América Centenario que se desarrolla en Estados Unidos, vivió del 2003 al 2005.
"Edson me llamaba 'Tía', y me trataba como si fuera su segunda mamá", señaló la jefa de familia, quien lleva quince años dando pensión a los jóvenes talentos siderúrgicos, y quien recordó que el jugador "si bien llegó acá en 2003, el año anterior ya había estado en el club para una prueba que no prosperó, pues luego de unos días echó de menos a su familia y regresó a su tierra natal, a Iquique".
Evelyn, que junto a Romina fueron las hijas de Elizabeth que trabaron inmediata amistad con el entonces juvenil iquiqueño, comentó que "no olvido que, tras su primer partido en el Fútbol Joven, llegó con una rodilla machacada por haberse caído en la cancha de maicillo. Estuvo quince días fuera. Lloraba de angustia, pues lo único que quería era volver a jugar".
Riguroso
"En todo lo relativo al fútbol era muy riguroso, pues su anhelo era ser futbolista profesional. No dejaba de entrenar, y tenía una cantidad enorme de chuteadores, canilleras y vendas. Si creía que no había hecho una buena práctica, llegaba súper enojado. Se auto evaluaba, era muy exigente consigo mismo, y cuando el técnico le decía que no había hecho algo bien, se bajoneaba, y ahí entraba yo a aconsejarlo, a animarlo, porque de lo contrario se me iba para abajo. Sí, yo estaba para mucho más que darle la comida y lavarle la ropa", destacó la "Tía".
Ella, además, detalló que la rutina diaria de su pensionista era "ir a estudiar en la mañana al Liceo Claudio Matte Pérez A-27, para luego venir a almorzar, partir a la práctica, regresar a tomar once y salir al gimnasio del club a trabajar con las pesas, pues le preocupaba su físico, y no sólo por sentirse sino también por verse bien".
Su hija acotó que "le gustaba ser mino. Una vez lo acompañé al dermatólogo, pues le había aparecido acné. Desde entonces fue muy riguroso con la dieta. Dejó la mayonesa y las chuletas con papas fritas y huevo, que era su comida favorita".
"No me olvido que quería crecer, ser más alto, y para eso se colgaba de manos de una viga que hay en el patio de la casa, y se colocaba pesas en las rodillas y tobillos. Permanecía quince o veinte minutos así. Lo hacía diariamente, no importaba si llovía o hacía calor".
"¿Indisciplinado? Yo diría que era un joven inquieto, juguetón, travieso, bueno para la talla. Junto con René Díaz, que era arquero y con quien compartía pieza, y que desde hace poco es jefe de área en Colo Colo (trabajó en Huachipato hasta el mes pasado), hizo varias jugarretas a sus compañeros de pensión", afirmó la dueña de casa, quien acotó que "no le gustaba que lo molestaran. Ahí se enojaba, le aparecía el mal genio. Acá incluso tuvo algunas peleas cuando eso ocurría".
Música y baile
"Ya entonces era hiphopero. La música le apasionaba tanto que componía temas en su habitación, los cantaba y grababa, y como tenía personalidad, luego nos los hacía escuchar aquí, en el living, y con baile de por medio. El baile también le fascinaba", adicionó.
Evelyn aseguró que "no era de salidas ni mujeriego. No andaba a la cola de las niñas. Únicamente conocimos a la mamá de su hija mayor, que ya debe tener nueve años de edad".
"Permaneció en la pensión hasta que Arturo Salah lo subió al primer equipo en 2005. Ahí se fue a vivir con su polola a Talcahuano, a un departamento de la Torre Prat que dejó cuando en 2007 fichó por Iquique", aseveró, para luego agregar que "estuvo un año enviándonos saludos y, durante su estadía en Universidad de Chile (2009-2011), siempre que venía a jugar con Huachipato nos hacía señas al pasar en bus frente a la casa. Luego se olvidó de nosotros".
"No lo culpo, pues ha estado muy ocupado jugando no sólo en Chile sino también en Emiratos Árabes (Al Wasl, 2011-2012 y 2014), Argentina (Huracán, 2015) y Ecuador (Liga Deportiva Universitaria de Quito, 2016). Y lo seguirá estando, pues luego e la Copa jugará en México (Necaxa)", dijo.
Hasta lágrimas
No obstante ese olvido, quien fue la segunda madre del iquiqueño confesó que "lloré cuando hizo los dos goles a México. Saltamos, gritamos de alegría. Por fin había explotado en la Roja. Creo que la de Estados Unidos será la Copa América de Edson Puch".
"Se merece el gran momento por el que está pasando en la selección. Si no lo vivió antes fue porque no tuvo la opción de mostrar lo que vale", aseguró.