Licencia social para trabajar
El verdadero peso e importancia de la minería en la región -y país- se ha tergiversado en los últimos tiempos. Lamentablemente se le ha asociado a aspectos negativos que ha desgastado mucho su imagen, siempre asociándola a aspectos dañinos como la contaminación, el uso de aguas y otras cosas. Esto ha determinado que las compañías mineras deban redoblar su esfuerzo y gasto en el trabajo con las comunidades, y su imagen en la sociedad, que siempre se han mostrado cautelosa y desconfiada. Lo anterior, unido al precio del cobre, a la inseguridad en las políticas públicas, las reformas, y a la pérdida de competitividad para Chile, ha disminuido fuerte la actividad y por sobre todo la inversión en el sector, cuestión que junto de repercutir en el empleo directo, ha incidido en los proveedores de la minería local.
En este sentido, el INE ha sido claro, pero a la vez no ha reflejado el verdadero impacto en el empleo. Acá en Tarapacá el total de la fuerza laboral es de 170 mil personas y los que trabajan en forma directa en la minería cerca de 15 mil personas. Esta cifra hay que multiplicarla por 3,5, si vemos realmente la influencia del sector, es decir en al menos 50 mil personas. Esto porque a esta cifra hay que agregar miles más que trabajan en actividades directamente relacionadas con la misma minería, como el transporte, labores de construcción y mantención integral, mecánicos, tuberías, soldaduras, etc. Así también, hay otros sectores que se ven muy afectados cuando baja la minería, como los arriendos, las ventas de propiedades y el consumo en general. En este sentido, el sector hotelero y según sus propias expresiones, tiene más del 50% de su capacidad hotelera ocupada -y asegurada- con la minería y el turismo corporativo, lo que en épocas de bonanzas fue cercano al 70%. Es decir, no solamente en verano o fines de semana largo, el "turismo corporativo" aporta.
Una clara analogía es lo que sucede en la localidad Mamiña, que al bajar fuertemente la minería, se ha sumido en la inactividad, luego de años de bonanza. Esta es una lección de los que le podría pasar a este país si le sacamos la minería. El desafío es entonces, ad portas de un nuevo ciclo virtuoso en los próximos años, es mejorar nuestra competitividad, potenciar a la industria local y sus proveedores, y aprender de la experiencia de Australia, en donde los proveedores aportan más al PIB que la misma minería. Cuidemos la actividad.
"Esto ha determinado que las compañías mineras deban redoblar su esfuerzo".
Marcos Gómez,, gerente general AII