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Las motivaciones y anécdotas de un Bombero Insigne en Iquique

Jorge Castro tiene 82 años y desde hace 55 es voluntario. Nombrado Bombero Insigne de Chile , es uno de los pocos con este reconocimiento en vida.
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Crismary Castillo Marengo

Jorge Moisés Castro Blanco se toma un café y conversa con sus colegas en pleno centro de Iquique, semi escondido entre las mesas de una cafetería en donde, de lunes a viernes encuentra el lugar perfecto para recordar que hace 55 años decidió entrar a las filas de Bomberos de Chile.

En sus manos hay evidencia de las luchas en las que tuvo que participar para salvar aquellas edificaciones en donde violentas llamas querían llevarse vidas, historias y momentos de Iquique.

Su vida como voluntario comenzó un 4 de agosto de 1959, cuando con 25 años recibió una chaqueta de cuero, un casco de trabajo y una chaqueta de parada para ser parte de la Compañía Inglesa Victoria N°11.

"Estuve en todos los puestos dentro de la compañía: bombero, ayudante, secretario, tesorero, director y capitán", dice Castro, quien ahora con 82 años, es Bombero Insigne de Chile, máximo reconocimiento entregado por la Junta Nacional de Bomberos a todos los voluntarios que poseen más de 50 años de servicio.

Emergencias

Apoyando su brazo izquierdo en la mesa del café, Castro busca entre los recovecos de su mente las imágenes de aquellas emergencias a las que acudió durante su voluntariado.

"Yo fui a todos los grandes incendios en Iquique. Recuerdo cuando se quemó el edificio del Servicio de Impuestos Internos que estaba en Serrano", comenta.

Ese día la estación de bomberos había tenido revisión y, por ello, todos sus equipos estaban puestos encima de una mesa de ping pong, listos para ser usados en la tragedia, sin embargo, la tranquilidad duró hasta las dos de la mañana, cuando comenzaron a sonar las alarmas de los carros de bomberos.

"Mi esposa me levantó- ella siempre lo hacía- y me subí a mi auto para ir hasta el incendio. Cuando llegué estaban conectando las mangueras frente al Salón Tarapacá y comenzó a cortarse el agua y, como era capitán, di la orden para que todos fueran hasta la Gobernación Marítima", refiere.

La orden fue sacar agua salada y así, apagar el incendio. "Estaban todas las compañías de bomberos y mis voluntarios tiraron las mangueras desde la entrada del puerto y funcionó la idea", expresa.

Su historia se mezcla también con la pérdida del patrimonio material de Iquique, ya que estuvo en los incendios del Teatro Coliseo, ubicado en Tarapacá con Amunátegui, también el del Teatro Nacional que estuvo frente al Mercado Municipal por Sargento Aldea y la recordaba tragedia de la Cárcel de Iquique, que estaba en ese entonces en Aníbal Pinto.

"En uno de estos incendios el bombín se quedó sin batería y tuve que sacar la de mi auto para poder instalársela y llegar a tiempo", destaca el voluntario.

Motivación

Sobre qué lo motivó a entrar a ser bombero, Castro manifiesta que siempre asistía a ver a su tío José Caselli, quien era superintendente del Cuerpo de Bomberos, cuando desfilaba con la antorcha y, que con esa visión, se inspiró para combatir las llamas. Sumado a lo anterior, una tragedia en su infancia marcaría para siempre su vida.

Cuando yo era apenas un bebé hubo un incendio en la librería 'El Porvenir' que era de su papá en donde se quemó todo.

"Mi mamá me sacó en una manta y con mi pijamita y su comadre sacó a mi hermana. Así nos salvamos", recuerda.

"Los bomberos, la Cruz Roja y Carabineros asisten a todo en cualquier hora, lugar y momento en que se encuentren. Por eso siempre tendrán mi entera disposición y admiración", culmina.

"Cuando llegué estaban conectando las mangueras frente al Salón Tarapacá y comenzó a cortarse el agua".

Jorge Casto,, bombero, sobre incendio de Servicio de Impuestos Internos.

"En uno de estos incendios el bombín se quedó sin batería y tuve que sacar la de mi auto para poder instalársela".

Jorge Castro,, bombero, sobre las emergencias en su trabajo.