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Las delicias culinarias que curan el frío en feria de La Quebradilla

Caldos de gallina, brochetas de chicharrón, picarones a la peruana y jugos que suben la energía sexual son los principales platos ofrecidos.
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Crismary Castillo Marengo

Son las 4.30 de la madrugada y Sandra Candro está despierta, atenta a su lista de cosas por comprar e ingredientes para mezclar, porque como cada sábado y domingo debe tener todo listo a eso de las 8 de la mañana para comenzar a vender sus suculentos platos en la feria de La Quebradilla en Alto Hospicio.

Un letrero grande para llamar la atención de quien llega hasta la feria ofrece sopas de gallina, chicharrón de chancho, brochetas de pollo, chuño y mote y, el plato especial del día, sopa de patitas de gallina.

"Mi trabajo comienza la noche anterior. Corto toda las carnes, las sazono y las pongo a refrigerar. En la madrugada me levanto tempranito y dejo listos los caldos y después preparo los jugos", describe.

El secreto

En su puesto de la feria hay varias sillas y mesas, para que los comensales puedan sentarse a esperar la rápida atención de esta cocinera, quien cuenta con la ayuda de dos jóvenes. Allí está la cocina desde donde salen los humeantes platos que combaten el viento frío de La Pampa.

"El caldo de patitas de gallina es súper bueno para las mamás que acaban de dar a luz y no les sale leche para amamantar. Además es muy nutritivo y ayuda a la alimentación para la gente que anda enfermita o débil", expresa la dueña de este local de La Quebradilla, quien vende unos 60 platos por día. Las preparaciones tienen precios que van desde los dos mil pesos.

Yoguis

Siguiendo el recorrido por los puestos que presentan alternativas gastronómicas en La Quebradilla está otro stand que vende, entre otros productos como confites y lentes, suculentos yoguis y redonditas empanadas.

Allí está Jaqueline Hevia junto a su esposo. "Todo está a súper buenos precios", dice cuando se acerca una mujer a preguntarle cuánto vale un yogui. "Los yoguis valen $500 y las empanadas $800", responde, mientras recorta unos stickers de personajes infantiles.

Este es uno, quizá el único, en donde los clientes se sientan a esperar sus yoguis, mirando cómo en una plancha muy caliente, se ponen los ingredientes: primero una masa líquida, luego el queso y el broche de oro una vienesa. Todo envuelto en esta masa líquida que luego se tuesta por unos minutos en la plancha.

"Llegamos a las 7 de la y esto comienza a moverse a las 10 de la mañana. La gente ya nos conoce y nos ubica", manifiesta.

Sabor caribeño

Muchos recuerdan aquellos capítulos del "Chavo del 8" cuando el personaje principal se ponía a vender "agüitas de tamarindo" para juntar algunos pesos.

Para suerte de los fanáticos del Chavo es posible probar a qué sabe este jugo porque Clemencia Reinosa cada sábado y domingo se instala a vender no sólo el agua de tamarindo, sino otros jugos hechos con fruta natural.

"Los jugos llaman la atención porque acá no se ven. Tengo el vitamínico que lleva cola granulada que traigo de Colombia y sirve para el corazón y los huesos, también lleva algarrobina, 'vita maca' y otros secretos que no puedo contarles", expresa entre risas y añade que no los cuenta porque le pueden robar la receta.

Expresando que no le gusta trabajar a las órdenes de un patrón, Clemencia recuerda que con su negocio ha recorrido gran parte del norte de Chile y que lleva años yendo a la fiesta de La Tirana.

"Uno de los jugos que sirven como potenciadores sexuales es el 'Amor Prohibido'. Su principal ingrediente es el plátano, otras frutas tropicales y varios ingredientes secretos", refiere.

Picarones a la peruana

Higos y chancaca es la mezcla de una miel especial con la que se bañan los picarones a la peruana y que también son vendidos en la feria.

Así describe su receta, María Alejo, quien explica que la diferencia con el chileno es que éste se hierve junto a la miel, mientras que el peruano se baña con el líquido.

"Yo preparo unas 70 porciones, cada una trae 10 picarones. Estamos en tiempos de comer picarones, bien calientitos para pasar el frío", cuenta la cocinera y añade que al principio cuando aprendió de su hermana, se quemaba mucho los dedos al freír los picarones.

"Ahora los hago sola. Tengo casi dos meses viniendo a la feria de La Quebradilla los fines de semana, pero normalmente los vendo en mi casa", finaliza la vendedora.

"El caldo de patitas de gallina es súper bueno para las mamás que acaban de dar a luz y no les sale leche para amamantar".

Sara Candro,, cocinera, sobre las propiedades del caldo.

"Estamos en tiempos de comer picarones, bien calientitos para pasar el frío"

María Alejo,, vendedora de picarones a la peruana.