editorial
La fiesta del Norte Grande
Mañana los escolares inician sus vacaciones de invierno y con esto comienzan dos semanas que les servirán para descansar de un extenuante semestre. Pese a ello en Tarapacá existe un hecho más relevante para los estudiantes: parte la fiesta de La Tirana.
La festividad religiosa, donde cada año llegan más de 250 mil personas, es más que un acto de fe y religiosidad que viven los más de 60 mil bailarines y miembros de las cofradías, se trata de todo un evento de la cultura popular del norte.
En esta fecha los templos están repletos de fieles y la explanada del santuario con los bailes religiosos, aunque al mismo tiempo otras miles de personas transitan todo el día por las calles de un pueblo que toma vida cada 10 de julio.
Las familias ya tienen todo preparado y este fin de semana comienzan su arribo al pueblo, donde se comienza a dar toda una economía, que involucra no solo las ferias, sino restaurantes, puestos de comida, alojamientos improvisados y algunos hoteles que se han instalado en los últimos años.
Antes de que comience la celebración es necesario también reflexionar respecto al pueblo, donde si bien se ha avanzado mucho gracias a la misma fiesta, con el alcantarillado y mejoras en las calles y veredas, aún se puede hacer más por quienes viven todo el año en el lugar.
La Tirana para los iquiqueños es más que la fiesta de julio, es un lugar de descanso y paz, para compartir con la familia y con aquellos que dejaron esta tierra en busca de mejores oportunidades.
Los días de fiesta también son una oportunidad para escapar del ajetreo diario, de las comodidades del mundo del siglo XXI que por momentos nos agobian. En ese sentido, permiten disfrutar de la espiritualidad y la vida familiar.
Este domingo con los tres golpes en la puerta del templo por parte del obispo Guillermo Vera, se dará inicio a la mayor fiesta religiosa del Norte Grande y también a una procesión de 250 mil personas que deambularan durante 11 días por un pequeño pueblo que se transformará, una vez más, en el principal foco urbano de la Pampa del Tamarugal, el que pese a la modernidad sigue ahí presente para todos.
"Con los tres golpes en la puerta del templo por parte del Obispo Guillermo Vera, se dará inicio a la fiesta religiosa del Norte Grande".