"De la fiesta de La Tirana se sale netamente diferente"
El rector del Santuario de la Vírgen del Carmen, el sacerdote Javier Sáez, se refirió al desafío de asumir la responsabilidad de ser quien encabeza la organización de la fiesta religiosa más multitudinaria del país y de la religiosidad popular.
Amable y de hablar tranquilo son las características del padre Javier Sáez, sacerdote que desde este 2016 asume como rector del Santuario de La Tirana. A horas de que comience la celebración, se muestra confiado en que la preparación, que se vivió intensamente durante todo el año, pueda concretarse de la mejor manera para los peregrinos que llegan desde distintos puntos del país y el extranjero.
- En este su primer año como rector del Santuario de La Tirana. ¿Cómo asume esta tarea?
- Como primer año asumiendo la rectoría del santuario es un desafío bastante grande, toda una transformación y un cambio. Porque se termina el ciclo de la primacía de Cristo y comenzamos a vivir un nuevo desafío que nos plantea el Papa Francisco con el año de la misericordia. Entonces, tenemos que prepararnos por cinco años más con este nuevo lema con la comunidad base, las asociaciones religiosas.
- ¿Cómo se enfrenta a esta multitudinaria fiesta religiosa?
- Preparar la fiesta significa un trabajo de mucha comunión con un equipo base y ese es el que nos lleva a mantener nuestras tradiciones y nuestras raíces. Entonces tratar de congeniar, de dar opiniones y de dar lo mejor a nuestro pueblo. Por eso que es un desafío bastante grande con la ayuda de Dios y de la virgen hemos sabido llevar adelante.
- ¿El equipo para la preparación de la fiesta se mantiene o usted llegó con nueva gente a asumir esta labor?
- El equipo de años anteriores se mantiene. Si hay personas que se han incorporado son las mínimas, pero el equipo base sigue para trabajar en este nuevo lema.
- ¿Son los que llevan la experiencia en la tarea?
- Su experiencia me ha ayudado mucho a llevar la tarea adelante. Así que eso se le agradece mucho.
La religiosidad popular
La piedad popular se refiere a las más variadas prácticas y expresiones católicas "de culto prestado a Dios, a los santos, a las cosas santas" y a la Virgen María.
Este tipo de culto católico se fue desarrollando a lo largo de los tiempos, al margen de la Iglesia oficial, por eso está muchas veces asociado al llamado catolicismo popular. Más concretamente, la piedad popular es el resultado de la fe y "de la cultura de un pueblo o grupo social", tal como ocurre en el pueblo de La Tirana con los bailes religiosos.
- Respecto al fenómeno que se vive en estos días en La Tirana. ¿Hasta qué punto es folklore o religiosidad?
- Cuando hablamos de piedad popular es mantener la danza pero enraizada con la fe, sino está enraizada con la fe es simplemente una danza de carnaval. Para nosotros siempre la fiesta de La Tirana ha mantenido las raíces de la fe, por eso es que nosotros defendemos tanto el santuario lugar de fe, de acogida, de oración, de encuentro con el Señor.
- ¿Qué sentido tiene la Virgen del Carmen para los bailarines y peregrinos?
-El sentido de la madre, el sentido de venir a ver a la madre. La madre que hace permitir tener un encuentro pleno con su hijo Jesucristo. Por eso para nosotros la fiesta de La Tirana, la danza, la piedad popular es netamente en la fe.
- ¿Qué consigue el bailarín con su danza?
- Siempre he dicho, a La Tirana se llega de un modo, mucha gente lo ve por el lado turístico. Pero de la fiesta de La Tirana se sale netamente diferente. Siempre se produce la transformación. Vivir la fiesta de La Tirana es vivir la fiesta de la fe, nadie puede decir que se va igual que como llega. Siempre hay un aire diferente que se vive y se vibra en la fiesta. Por eso decimos que la madre nos ayuda a la transformación y a la conversión de este camino.
- ¿Y cómo se nota ese fenómeno?
- Eso se nota en los peregrinos que llegan, cómo se va. Cambiado, diferente con una manera de pensar distinto a como llegó. Es la transformación que se vive.
- ¿ Cómo cree que se aprecia esa vivencia con los bailarines de los grupos religiosos?
- Los bailarines tienen una catequesis nueva. Este año monseñor Vera los preparó con una catequesis de tres momentos, que primero es el encuentro que es vivir el año de la misericordia, tratar de buscar la reconciliación consigo mismo y con los demás también. Este año el Papa nos invita a ser misericordioso como el padre y si somos misericordiosos vamos a poder descubrir que mi hermano piensa diferente, pero es mi hermano y tengo que amarlo. Y esa catequesis que nos da el obispo nos ayuda a rezar, el reza por mí, yo rezo por él, rezar unos por otros es la única forma en que nosotros podemos sentir de una manera distinta como sociedad.
- Por otra parte, otro de los grupos religiosos que se ven en esta fiesta son los centinelas de la Virgen. ¿También se enmarca en la piedad de la fe?
- Se puede decir que son unas cofradías que se preparan durante el año, que hacen su retiro espirituales, sus momentos de oración. Ellos son los custodios de la madre, ellos deben resguardar la seguridad y el custodiar a la madre no es un trabajo muy fácil. Porque requiere a veces de malestar de otras personas, pero algunas quieren tirarse encima, sacarse fotos, sin embargo el trabajo de ellos es de mucha fe, porque ellos se preparan para resguardar a la madre y a tener el cuidado.
- ¿Es un trabajo delicado?
- Es una imagen que tiene más de 300 años, el custodio tiene un trabajo muy delicado, muy fino y de amor, porque ahí muestran el cariño y el sentido de fe de esa imagen cristiana.
- ¿Qué característica tiene esta fe?
- Y es una fe que se traspasa de generación en generación. Si comenzamos a pensar de cada baile, hay una generación en generación o sea como se ha ido transmitiendo la fe de los abuelos, de los padres, de los hijos y mañana de los nietos y así sucesivamente. Y eso lo podemos lograr gracias a la fe popular que se vive en el Santuario.
- ¿Cómo ve el tema del trabajo de estas agrupaciones para llegar a bailar a virgen?
- Yo siempre me pregunto a mi mismo del sacrificio que hacen los bailes religiosos por llegar al Santuario, tienen que trabajar durante todo un año. No llegan en las mejores condiciones, no llegan a disfrutar porque tienen que vivir el sol del día y el frio de la noche, pero sin embargo, pero eso no quita que su fe siga adelante. Yo digo que si lo tomo como vacaciones, para mi serían las peores vacaciones, sin embargo para ellos es el regalo de Dios, para ellos guardar sus vacaciones para ir al Santuario es vivir realmente la fe, porque es un esfuerzo, un sacrificio, una dedicación.
- ¿Son personas que tienen muchas cargas y que tal vez por eso se encomiendan a la virgen?
- No involucraría a todos, pero una gran cantidad sí. Es para pagar sus mandas, pero otros solamente es por fe.