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Lo insólito y lo tradicional de la feria de La Tirana

Actualmente hay 750 puestos, que albergan a los comerciantes que llegan de distintos lugares de Chile.
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Mariela Cabello Venegas

Gorros, lentes, ropa, zapatos y pululos son algunos de los productos que se pueden encontrar en la "feria grande" que se instala en el pueblo de La Tirana para esta celebración. Sin embargo, una de las novedades de este año, es un puesto de tiros de paintball.

Según Cristián Carvacho, el encargado del local, la idea fue de su cuñado quien practica paintball en su tiempo libre. "Somos de Alto Hospicio y esta es primera vez que venimos a la feria. La idea fue porque es algo que no es tan peligroso para los niños", comenta.

El local, que se instaló el pasado sábado, se quedará hasta el 22 de julio. "El valor es de 6 tiros por $1.000, y el premio es una bebida energética o un premio de consuelo. Todos se llevan premios", promete.

Actualmente, tienen tres rifles de tiro, con sus respectivas bombas de aire para que salga la pintura hasta los blancos. "Acá ocupamos cascos para la protección, nos preocupamos que sea seguro para todos. Hasta el momento nos ha ido bien, así que a darle con todo esta semana que viene", dice optimista.

Otro de los locales de entretención para niños es un pequeño parque de diversiones con carrusel de elefantes y patos, camas elásticas y taca tacas, a cargo de Roberto Molina, un talquino que viene desde hace tres años a la feria.

"Nosotros traemos entretenimiento para los niños y nos va bien con eso. Hay mucho público, todavía no llega la masa completa. Los esperamos ya para la víspera y cuando se acerque el fin de semana", comenta el comerciante.

Lo tradicional

"Si no lleva pululo es que no fue a La Tirana", dice Marisol Paredes, vendedora de este producto tradicional de la feria desde hace 30 años. "Es la única fiesta religiosa donde se ve harto pululo, en ninguna otra llega tanto como aquí y llega todo fresquito", manifiesta la vendedora a modo de promoción.

Nancy Vilca, otra de las vendedoras de pululos y fideos confitados, cuenta que viene desde hace 20 años. "Importamos de Bolivia para que la gente venga y consuma. Esperamos que este año lleguen mucho más nortinos, sureños, todos son fanáticos de los pululos", asevera.

Abarrotes y ferretería

Durante el recorrido, también fue posible encontrar una especie de almacén al final de la feria, donde una de sus locatarias, llamada Verónica Challapa, señala que ellos son de una de las ferias libres de La Tirana llamada "Reina del Tamarugal", que hoy corresponde a una vía de evacuación, por lo que es imposible utilizar.

"Atendemos desde las 8 hasta las 00 de la noche. La gente nos conoce y tenemos hartos clientes que vienen de Santiago", expresa.

Entre los comerciantes de ropa también aparece el puesto de ferretería de José Díaz, un ariqueño con 35 años de experiencia en esta feria. "Es una fiesta religiosa más grande del territorio nacional y espero que la virgen que nos acompañe", ruega con fe.

Problemas

En la oportunidad, José Díaz indica que si bien la situación en la feria de La Tirana siempre ha sido regular por los temas de agua, baños y seguridad, algo a su parecer no anda bien este año. "Llegué el 29 al pueblo y he presenciado mucho robo, lo bueno es que Carabineros ha tomado detenido y ha recuperado algunas cosas", comenta preocupado.

Por eso mismo, solicita el reforzamiento de la seguridad: "Hay un centro de rehabilitación cerca y a mí me robaron el año pasado, un bolso con más de 600 mil pesos en ropa".

En tanto, Roberto Molina se queja de lo caro de los puestos este año, lo que impedirá mayores ganancias para ellos y el mal estado de los baños. "No hay baños y los que hay, tienen que repararlos y hacer algo más bonito para tener para esta fiesta que es tan importante", manifiesta esperando que todo mejore para el comienzo de la fiesta religiosa.

"Si no lleva pululo es que no fue a (la fiesta de) La Tirana".

Marisol Paredes,, vendedora de pululos en la feria de la fiesta de la Tirana.

Lo insólito y lo tradicional de la feria de La Tirana

Actualmente hay 750 puestos, que albergan a los comerciantes que llegan de distintos lugares de Chile.
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Mariela Cabello Venegas

Gorros, lentes, ropa, zapatos y pululos son algunos de los productos que se pueden encontrar en la "feria grande" que se instala en el pueblo de La Tirana para esta celebración. Sin embargo, una de las novedades de este año, es un puesto de tiros de paintball.

Según Cristián Carvacho, el encargado del local, la idea fue de su cuñado quien practica paintball en su tiempo libre. "Somos de Alto Hospicio y esta es primera vez que venimos a la feria. La idea fue porque es algo que no es tan peligroso para los niños", comenta.

El local, que se instaló el pasado sábado, se quedará hasta el 22 de julio. "El valor es de 6 tiros por $1.000, y el premio es una bebida energética o un premio de consuelo. Todos se llevan premios", promete.

Actualmente, tienen tres rifles de tiro, con sus respectivas bombas de aire para que salga la pintura hasta los blancos. "Acá ocupamos cascos para la protección, nos preocupamos que sea seguro para todos. Hasta el momento nos ha ido bien, así que a darle con todo esta semana que viene", dice optimista.

Otro de los locales de entretención para niños es un pequeño parque de diversiones con carrusel de elefantes y patos, camas elásticas y taca tacas, a cargo de Roberto Molina, un talquino que viene desde hace tres años a la feria.

"Nosotros traemos entretenimiento para los niños y nos va bien con eso. Hay mucho público, todavía no llega la masa completa. Los esperamos ya para la víspera y cuando se acerque el fin de semana", comenta el comerciante.

Lo tradicional

"Si no lleva pululo es que no fue a La Tirana", dice Marisol Paredes, vendedora de este producto tradicional de la feria desde hace 30 años. "Es la única fiesta religiosa donde se ve harto pululo, en ninguna otra llega tanto como aquí y llega todo fresquito", manifiesta la vendedora a modo de promoción.

Nancy Vilca, otra de las vendedoras de pululos y fideos confitados, cuenta que viene desde hace 20 años. "Importamos de Bolivia para que la gente venga y consuma. Esperamos que este año lleguen mucho más nortinos, sureños, todos son fanáticos de los pululos", asevera.

Abarrotes y ferretería

Durante el recorrido, también fue posible encontrar una especie de almacén al final de la feria, donde una de sus locatarias, llamada Verónica Challapa, señala que ellos son de una de las ferias libres de La Tirana llamada "Reina del Tamarugal", que hoy corresponde a una vía de evacuación, por lo que es imposible utilizar.

"Atendemos desde las 8 hasta las 00 de la noche. La gente nos conoce y tenemos hartos clientes que vienen de Santiago", expresa.

Entre los comerciantes de ropa también aparece el puesto de ferretería de José Díaz, un ariqueño con 35 años de experiencia en esta feria. "Es una fiesta religiosa más grande del territorio nacional y espero que la virgen que nos acompañe", ruega con fe.

Problemas

En la oportunidad, José Díaz indica que si bien la situación en la feria de La Tirana siempre ha sido regular por los temas de agua, baños y seguridad, algo a su parecer no anda bien este año. "Llegué el 29 al pueblo y he presenciado mucho robo, lo bueno es que Carabineros ha tomado detenido y ha recuperado algunas cosas", comenta preocupado.

Por eso mismo, solicita el reforzamiento de la seguridad: "Hay un centro de rehabilitación cerca y a mí me robaron el año pasado, un bolso con más de 600 mil pesos en ropa".

En tanto, Roberto Molina se queja de lo caro de los puestos este año, lo que impedirá mayores ganancias para ellos y el mal estado de los baños. "No hay baños y los que hay, tienen que repararlos y hacer algo más bonito para tener para esta fiesta que es tan importante", manifiesta esperando que todo mejore para el comienzo de la fiesta religiosa.

"Si no lleva pululo es que no fue a (la fiesta de) La Tirana".

Marisol Paredes,, vendedora de pululos en la feria de la fiesta de la Tirana.