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Testimonios de profunda fe que repletan El Tamarugal

Viajan cientos de kilómetros, caminan largas extensiones y bailan extenuantes jornadas solo para rendir sus respetos a la Virgen.
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Ximena Araya Monroy

"Nosotros soñábamos con esto, pensábamos que nunca lo íbamos a cumplir, pero se dio todo bien, llegamos acá sin novedades...con esfuerzo conseguimos todo lo que teníamos que hacer", señala con satisfacción Rosa Miranda, de 77 años, quien junto a otros 70 integrantes del Baile Religioso "Morenos Nuestra Señora del Carmen" de Peralillo (IV Región) emprendieron por primera vez un viaje hasta el Norte Grande para participar de esta celebración.

En su caso es aún más complejo, ya que se moviliza en una silla de ruedas, pero eso no fue impedimento para recorrer cerca de 25 horas en bus y actualmente dormir en una carpa junto a otros adultos mayores, con el solo propósito de rendirle honores a la Virgen de La Tirana.

Según explicó el caporal de este baile religioso, Claudio Olivares, para que esto fuera posible fue necesario que los invitara una agrupación de la zona.

Este nexo se dio gracias a las gestiones de un antiguo socio que falleció en el mes de marzo, Erwin Leyton, quien tenía familiares en el Baile Moreno Promesante del Carmen de Pedro de Valdivia, que actualmente tiene sede en Antofagasta luego que la salitrera dejara de funcionar.

"Para que un baile venga por primera vez a La Tirana tiene que ser invitado", aclara Enrique Díaz, caporal de la agrupación pampina que tiene 54 años, quien acogió en su campamento a este grupo que año a año le rinde culto a la Virgen de Andacollo y que ayer lucía una foto del difunto socio que hizo posible la visita.

Mandas

Esa misma devoción a la Virgen del Carmen es la que motiva a María Moscoso, de 65 años, quien avanza sin prisa con su frágil figura apoyada en un bastón los 7 kilómetros del Sendero del Peregrino, cuyo recorrido es parte de una manda que realiza desde el año pasado.

"Mi hijo se enfermó de cáncer y perdió un ojo, ahora está bien, está trabajando ya, mejoró gracias a la Virgencita, tengo fe en ella", señaló esta vecina oriunda de la localidad de Cancosa, quien por estos días enfoca sus oraciones a Dios y la Virgen para que le vaya bien en un próximo control médico en el mes de agosto.

Una historia que es compartida por el profesor Dennis Balcazar, de 65 años, quien destina sus vacaciones de invierno para viajar desde Santiago a esta celebración.

"Desde 1950 mis padres me traían hasta acá desde la oficina salitrera Victoria, siempre vuelvo para la fiesta", señala el docente sobre el viaje que este año adquiere un significado especial, ya que se acogerá a retiro.

Algo que no siempre fue así, ya que una vez que se radicó en Santiago por motivos de estudio y laborales dejó de viajar al norte.

Una rutina espiritual que retomó hace 10 años luego de sufrir una grave enfermedad. "Me dio un infarto, desde esa vez que volví de nuevo a ponerme en manos de la Virgen y desde esa vez que vengo caminando todos los años. Doy una ida y vuelta desde la Cruz del Calvario hasta la Virgen para darle gracias por el año de vida que me está dando", dice con sencillez este profesor, quien agregó que pese a que su salud mejoró, hoy camina por sus hijos y hermanos. "Ellos no pueden venir y me los subo al hombro y rezo por ellos", concluyó el caminante, quien con el paso de los años fue sumando a sus hijos y nietos para que conocieran de esta festividad y de sus raíces nortinas, pese al hecho de criarse en la capital.

Unos metros más distantes caminan en silencio Erick y Cristopher Aguirre, padre e hijo, que realizan una manda que no se atreven a revelar.

"Siempre he venido a la fiesta, antes acompañaba a mi padre y ahora acompaño a mi hijo", refirió Erick, quien añadió que caminar antes de llegar al poblado se convirtió en una tradición para su familia con el paso de los años.

Un peregrinar que realizan otros miles de personas, entre niños, adultos mayores y discapacitados, que indiferentes al calor, el agotamiento y la sed, ofrendan su cansancio físico y recogimiento a la Chinita, en señal de redención.

Baile

Otra gran mayoría de fieles católicos, que año a año se dirigen al poblado de La Tirana, le rinden culto a la Virgen bailando. Este el caso de Víctor Brajida, quien lleva más de 30 años como bailarín de la Primera Diablada de Chile "Los Servidores de la Virgen del Carmen".

"Ingresé a los 21 años por amigos y conocidos, hice una manda y de ahí uno sigue bailando por devoción sin importar el calor, el frío y el sol", afirmó el integrante de este baile religioso cuya sede se ubica en la Plaza Arica de Iquique, en una tradición que transmitió a su señora e hija, quienes lo acompañan todos los años en julio.

"Soñábamos con esto, pensábamos que nunca lo íbamos a cumplir "

Rosa Miranda

"Me dio un infarto, de ahí volví a las manos de la Virgen"

Dennis Balcazar

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Testimonios de profunda fe que repletan El Tamarugal

Viajan cientos de kilómetros, caminan largas extensiones y bailan extenuantes jornadas solo para rendir sus respetos a la Virgen.
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Ximena Araya Monroy

"Nosotros soñábamos con esto, pensábamos que nunca lo íbamos a cumplir, pero se dio todo bien, llegamos acá sin novedades...con esfuerzo conseguimos todo lo que teníamos que hacer", señala con satisfacción Rosa Miranda, de 77 años, quien junto a otros 70 integrantes del Baile Religioso "Morenos Nuestra Señora del Carmen" de Peralillo (IV Región) emprendieron por primera vez un viaje hasta el Norte Grande para participar de esta celebración.

En su caso es aún más complejo, ya que se moviliza en una silla de ruedas, pero eso no fue impedimento para recorrer cerca de 25 horas en bus y actualmente dormir en una carpa junto a otros adultos mayores, con el solo propósito de rendirle honores a la Virgen de La Tirana.

Según explicó el caporal de este baile religioso, Claudio Olivares, para que esto fuera posible fue necesario que los invitara una agrupación de la zona.

Este nexo se dio gracias a las gestiones de un antiguo socio que falleció en el mes de marzo, Erwin Leyton, quien tenía familiares en el Baile Moreno Promesante del Carmen de Pedro de Valdivia, que actualmente tiene sede en Antofagasta luego que la salitrera dejara de funcionar.

"Para que un baile venga por primera vez a La Tirana tiene que ser invitado", aclara Enrique Díaz, caporal de la agrupación pampina que tiene 54 años, quien acogió en su campamento a este grupo que año a año le rinde culto a la Virgen de Andacollo y que ayer lucía una foto del difunto socio que hizo posible la visita.

Mandas

Esa misma devoción a la Virgen del Carmen es la que motiva a María Moscoso, de 65 años, quien avanza sin prisa con su frágil figura apoyada en un bastón los 7 kilómetros del Sendero del Peregrino, cuyo recorrido es parte de una manda que realiza desde el año pasado.

"Mi hijo se enfermó de cáncer y perdió un ojo, ahora está bien, está trabajando ya, mejoró gracias a la Virgencita, tengo fe en ella", señaló esta vecina oriunda de la localidad de Cancosa, quien por estos días enfoca sus oraciones a Dios y la Virgen para que le vaya bien en un próximo control médico en el mes de agosto.

Una historia que es compartida por el profesor Dennis Balcazar, de 65 años, quien destina sus vacaciones de invierno para viajar desde Santiago a esta celebración.

"Desde 1950 mis padres me traían hasta acá desde la oficina salitrera Victoria, siempre vuelvo para la fiesta", señala el docente sobre el viaje que este año adquiere un significado especial, ya que se acogerá a retiro.

Algo que no siempre fue así, ya que una vez que se radicó en Santiago por motivos de estudio y laborales dejó de viajar al norte.

Una rutina espiritual que retomó hace 10 años luego de sufrir una grave enfermedad. "Me dio un infarto, desde esa vez que volví de nuevo a ponerme en manos de la Virgen y desde esa vez que vengo caminando todos los años. Doy una ida y vuelta desde la Cruz del Calvario hasta la Virgen para darle gracias por el año de vida que me está dando", dice con sencillez este profesor, quien agregó que pese a que su salud mejoró, hoy camina por sus hijos y hermanos. "Ellos no pueden venir y me los subo al hombro y rezo por ellos", concluyó el caminante, quien con el paso de los años fue sumando a sus hijos y nietos para que conocieran de esta festividad y de sus raíces nortinas, pese al hecho de criarse en la capital.

Unos metros más distantes caminan en silencio Erick y Cristopher Aguirre, padre e hijo, que realizan una manda que no se atreven a revelar.

"Siempre he venido a la fiesta, antes acompañaba a mi padre y ahora acompaño a mi hijo", refirió Erick, quien añadió que caminar antes de llegar al poblado se convirtió en una tradición para su familia con el paso de los años.

Un peregrinar que realizan otros miles de personas, entre niños, adultos mayores y discapacitados, que indiferentes al calor, el agotamiento y la sed, ofrendan su cansancio físico y recogimiento a la Chinita, en señal de redención.

Baile

Otra gran mayoría de fieles católicos, que año a año se dirigen al poblado de La Tirana, le rinden culto a la Virgen bailando. Este el caso de Víctor Brajida, quien lleva más de 30 años como bailarín de la Primera Diablada de Chile "Los Servidores de la Virgen del Carmen".

"Ingresé a los 21 años por amigos y conocidos, hice una manda y de ahí uno sigue bailando por devoción sin importar el calor, el frío y el sol", afirmó el integrante de este baile religioso cuya sede se ubica en la Plaza Arica de Iquique, en una tradición que transmitió a su señora e hija, quienes lo acompañan todos los años en julio.

"Soñábamos con esto, pensábamos que nunca lo íbamos a cumplir "

Rosa Miranda

"Me dio un infarto, de ahí volví a las manos de la Virgen"

Dennis Balcazar

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