¿Cuántos de los candidatos?
Ante la inscripción de más de 12 mil candidatos para la elección de octubre próximo, cabe preguntarse…
¿Cuántos de ellos habrán leído y otros releído el "manual de Carreño" de urbanidad y buenas costumbres en su arista política, en especial los nuevos y los que se reeligen, respectivamente, eliminando el uso del nepotismo, uso y abuso de informaciones privilegiadas, corrupción y cohecho?
¿Cuántos de ellos resistirán el "test de la blancura", tan propio y necesario de nuestra prensa y la de una ciudadanía hoy más empoderada, que ya dejó a muchos en la vera del camino en elecciones anteriores?
¿Cuántos de ellos tendrán como lema el servir y no el servirse de la política para fines personales, familiares y partidistas?
¿Cuántos de ellos tendrán los respaldos académicos, profesionales, experiencias laborales y otros en su CV, acordes a sus potenciales nuevas obligaciones, para no tener que rodearse de batallones de asesores al realizar sus trabajos y así alivianar la carga de gastos al Estado y a los chilenos?
¿Cuántos de ellos, en especial los que van a reelección, cuando se destaparon todos los escándalos de la Familia Política & Asociados, hicieron su "mea culpa" sincero y se pusieron a disposición de las fiscalías para aportar todo lo que sabían para llegar al fondo de la verdad en la investigaciones?
¿Cuántos de ellos?
Verdad judicial vs. verdad policial y ciudadana
Extraña que seis delincuentes hayan sido formalizados por robo con fuerza y no por robo con intimidación en un mall de Santiago y que inmediatamente fueran dejados en libertad, claro el fiscal no pidió prisión preventiva, el juez no permitió la prensa y al parecer no se le consideró peligro para la sociedad.
El gasto en hombres y el gasto económico de la policía no importa, total la verdad judicial es la única valedera, la verdad ciudadana y la policial no interesa, bueno con la Reforma Procesal Penal las víctimas retomaron su papel de olvidados de la justicia y aparecieron con fuerza los favorecidos de la justicia y a quienes favorece el exacerbado garantismo de algunos jueces, no de aquellos que tuvieron el honor de haber sido jueces del crimen en la antigua justicia.
La gente está cansada de ser víctima y hoy reacciona, desafortunadamente pasan de víctimas a victimarios, la legítima defensa solo refiere al sitio de suceso primario y no a los secundarios, pero ya en la gente importa más su seguridad y sus bienes que los riesgos que corren, y además saben que la justicia y de la fiscalía nada obtendrán.
Alberto Contreras Silva
Luis Enrique Soler Milla