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"(El museo debería) ser un centro de educación de la juventud"

Horacio Larraín, el famoso arqueólogo que vive en la ciudad de Iquique, se refirió a la falta de cuidado patrimonial que existe en la región, los rumbos que deberían tomar los museos locales. Además hizo una crítica a los municipios.
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Naguib Danilla Segovia

Deben haber pocas personas en el mundo que tengan estudios en campos tan variados como la arqueología, antropología, teología, e incluso, la glaciología. Horacio Larraín (87) es uno de ellos.

El arqueólogo, titulado en la Universidad Nacional Autónoma de México y doctorado en ese mismo campo en la Universidad de New York vive desde 1993 en Iquique y ha sido desde entonces un referente en los temas patrimoniales y de colecciones históricas en Tarapacá, donde es común que vaya a hacer expediciones para conocer y reconocer las riquezas de pueblos étnicos de la región.

Aunque su carrera comenzó mucho antes, este experimentado hombre amable y generoso con sus conocimientos estudió en Santiago, lugar donde empezó a destacar y que lo trajo provisoriamente a Iquique por los años 70 para dirigir el Museo Regional.

-Mañana parto (jueves pasado) a una expedición. Queremos revisar un tramo del Camino del Inca, que no hemos revisado todavía.

-¿Qué tramo?

-Eso es parte del secreto. Nosotros hemos revisado muchos tramos en el proyecto que hicimos con Alberto Prado y la Universidad Arturo Prat, sobre el camino del Inca y hay una zona que se nos quedó en el tintero y eso es lo que quiero revisar en parte mañana (jueves pasado). Nosotros sospechamos que todavía podemos encontrar algunos otros indicios, porque hemos encontrado en ocho o nueve lugares cerámica incaica y eso es muy interesante. La cerámica está generalmente en pequeños recintos o tambillos en las ruinas ahí las hemos encontrado. En una expedición reciente, hace dos o tres semanas, encontramos otros fragmentos incas también. Eso confirma toda la hipótesis que teníamos del trazado por la pampa de El Tamarugal y que se podían encontrar algunos restos. Así que estamos seguros de haber encontrado el trazado definitivo (...) Hay cerca de siete mil kilómetros que se ha detectado, es una locura, y este era uno de los tramos. No era el más importante, el que venía por el altiplano era más importante que éste, hay recintos de mayor significación y unía una serie de asentamientos mineros. Este otro, en cambio, venía por la parte sur como complementario, pero nosotros tenemos la casi certeza de que éste camino que venía por la parte baja, por la pampa, apegadito al cerro, tenía la importancia de ser el lugar por donde corría el mensajero del inca, los chasquis. De eso estamos seguros.

Esta pasión por los restos del pasado la exuda en cada palabra el arqueólogo, por lo mismo tiene una visión muy severa respecto del estado de conservación de la riqueza patrimonial de la región. El ejemplo más cercano fue lo sucedido para la fiesta de San Lorenzo, donde las personas acamparon en las cercanías de los petroglifos del Pueblo de Tarapacá, arriba de un cementerio indígena, ocupando estos roqueríos arqueológicos como baños.

-¿Los tarapaqueños carecemos de consciencia patrimonial? ¿Quién es el responsable de estos tesoros de la arqueología?

-Este es un problema que se viene arrastrando, no solamente aquí, sino en todo Chile. El cuidado le compete directamente al Consejo de Monumentos Nacionales, y como tú te puedes imaginar, no tienen el dinero para proteger adecuadamente. Entonces confían en que sean los municipios para que los protejan, precisamente porque allí hay un elemento de atracción turística importante, que podría tener algún rédito económico (…) No es que las autoridades no se den cuenta, se dan perfectamente cuenta del fenómeno, lo que pasa es que las municipalidades no tienen el dinero para la cultura. O mejor dicho: tienen dinero para ciertas manifestaciones culturales multitudinarias para el pueblo, que sé yo. Viene un famoso cantante y están dispuestos a gastar $200 millones, para alimentar el deseo del pueblo.

-Recursos que también faltan en el ámbito de los museos en la región... Usted ha dicho que nunca han tenido profesionales idóneos.

-Ese es un problema grave que siempre ha existido en Iquique. Ha habido alguno que otro profesional a cargo, ahora último -tal vez- con un poco de dedicación. Yo fui director del Museo Regional el año 1971 y 1972, en aquellos años cuando el museo estaba a cargo de la Universidad del Norte y la sede era en Baquedano donde esta la casa de Collahuasi. Con el Gobierno Militar se unió con el museo que tenía la Universidad de Chile y ahí pasó a ser el Museo Regional actual. Ahora ¿qué pasó con las viejas colecciones? Es un misterio. Viejas colecciones como la de Anker Nielsen que sufrió muchos maltratos, pero no solo esa. Con el tiempo se fueron robando muchísimas cosas. Ahí hay falta de cuidado, falta de preparación. No había catálogos, eran muy deficientes. Ni siquiera de la colección Nielsen hay un catálogo hasta el día de hoy. Ese problema que tenemos con los museos municipales es muy doloroso, lo miran los alcaldes de turno, y las autoridades, como un elemento para mostrar a los turistas, pero no como podría ser: un centro de educación de la juventud, además no puede ser de madera ya que los museos modernos se construyen con materiales más firmes. Tendría que ser un lugar muy distinto, muy interactivo. Utilizando todas los elementos tecnológicos que tenemos en la actualidad para mostrar las cosas. (…) Entonces cuando tú ves los problemas que hay en el país de educación, salud, el dinero siempre se va a ir a esas áreas prioritarias y los museos son la cenicienta de la cultura. Deberían entregar ese museo a la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam) porque hay tendríamos la certeza de que habría cuidado, preocupación por las colecciones y preocupación por el estudio.

Pensamientos del doctor en antropología siempre relacionado con la educación, la cultura y la tecnología. No por nada formó a decenas de antropólogos en su carrera, los que actualmente lo siguen en su blog eco-antopologia.blogspot.cl, su nuevo emprendimiento (que ya tiene diez años), en el que pudo converger su sapiencia con la tecnologías actuales, siguiendo un poco los caminos que desearía para el Museo Regional.

-¿Cómo se animó a hacer un blog? Para muchos es sorpresivo.

-Ese blog ha resultado ser una herramienta increíble. Lo cree por un alumno mío, Gonzalo Garcés, quien me dijo 'profe usted tiene tanto material, tanta experiencia... ¿por qué no hace un blog? Le dije que no lo sabía hacer y el me dijo que me iba a enseñar. (...) Es mi entretención hasta el día de hoy, publicando artículos y se los comparto a 250 amigos antropólogos e historiadores. Hasta el momento tengo 675 mil visitas.

Visitantes que no son solo de Chile, sino que vienen, según él, de lugares tan alejados como Estados Unidos o Rusia. Por lo mismo, para el octagenario profesional, el internet es una herramienta sin límites, a la que le hace solo una crítica: el discernimiento.

-¿Ve algún problema en la tecnología actual?

-Yo tengo la impresión de hasta qué punto los profesores son capaces de discernir en el material que hay en internet, que es lo bueno y lo malo. Porque hay de todo, yo pongo algo y me sale cualquier cosa, pero hay una riqueza de material impresionante. Yo pongo el nombre de un autor y me aparece inmediatamente su bibliografía. Hay mucha basura.

Sabe cuatro idiomas: alemán, francés, inglés y español producto de sus múltiples viajes para especializarse en el extranjero, en ese sentido la búsqueda de material online en diferentes países nunca ha sido barrera para él en su extensa carrera, que no siempre estuvo ligada a la ciencia. En un momento pensó en entregarse de lleno a la religión.

-¿Es cierto que en un momento pensó hacerse sacerdote?

"Fui noviciado de los jesuitas, en lo que hoy día se llama Padre Hurtado. Él fue quien me entusiasmo por esta vocación sacerdotal. No solamente lo conocí, sino que fue también mi director espiritual con conversaciones semanales con él. Recuerdos imborrables, era una persona extraordinaria. Estuve 20 años ahí, hasta que me retiré y a los 35 años me decidí estudiar arqueología a México.

"Las municipalidades no tienen el dinero para la cultura"

Horacio Larraín, arqueólogo"

"Deberían entregar ese museo (regional) a la Dibam"

Horacio Larraín, arqueólogo"

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