Voluntariados luchan por seguir ayudando pese a la indiferencia
Organizaciones de la región coincidieron en que la disminución de socios y los reducidos aportes de la población son sus principales problemas. Sociólogo explicó que esto se debe a que la comunidad se volvió individualista.
Tienen horarios y turnos de trabajo, muchos visten uniformes, y se rigen por reglamentos, sin embargo, llegado el fin de mes no reciben una remuneración por su labor, sino por el contrario deben realizar aportes.
Se trata de quienes por convicción optaron por ser voluntarios y dedicar su tiempo a prestar ayuda a los demás, algo que no resulta tan fácil cuando la organización no recibe ingresos fijos sino que deben ser ellos quienes reúnan fondos. A esto se suma la necesidad de contar con una sede, y costear los gastos que esto involucra.
Así se resume, en parte, la realidad de los voluntariados de la región, la cual con el paso de los años se fue complicando principalmente por la disminución de voluntarios hasta en un 70% y la baja en los aportes que brinda la población.
Aidé Torres, vicepresidenta de la Cruz Roja Filial Iquique, contó que hace 72 años, cuando se fundó esta organización, sumaban alrededor de 70 voluntarios. Hoy solo son 40.
Esta disminución la atribuyó al interés que fue surgiendo entre las mujeres, quienes en su mayoría integran los voluntariados, de trabajar tanto por independencia económica como por necesidad. "No es que ya no exista el carácter voluntario. Antiguamente la Cruz Roja era integrado por damas que tenían su tiempo libre para ayudar al prójimo y no tenían necesidades económicas como ahora", remarcó.
Pero esta baja también se comenzó a notar en la cantidad de profesionales de la salud que colaboran prestando sus servicios gratuitamente o por un costo mínimo. Y es que de tener médicos que atendían a las personas de escasos recursos que llegaban a la Cruz Roja, ahora solo disponen de una matrona.
Asimismo, en el caso de su policlínico, este solía atender por un aporte voluntario ya que recibían fondos de la Cruz Roja Internacional, sin embargo, esto se suprimió por lo que debieron establecer costos mínimos para autofinanciarse.
Alrededor de 30 personas asisten a diario a esta filial ya sea para colocación de inyectables, curaciones, toma de presión, extracción de puntos y abertura de lóbulos. Los insumos para estos servicios como para atender casos de desastres son adquiridos con los pagos mínimos que hacen los pacientes, los aportes de los voluntarios y las colectas.
Sin embargo tras el terremoto del 2014, quedaron prácticamente desabastecidos de insumos, algo que pudieron paliar con los 549 mil pesos recaudados en la colecta de este año, monto que se redujo a la mitad de lo que solían recolectar en años anteriores. A esto se suma una subvención obtenida de la Municipalidad de Iquique por 5 millones de pesos.
Este mismo movimiento telúrico los dejó con daños en la infraestructura de sus dos sedes, pese a ello y el riesgo que esto representa, siguen trabajando con la esperanza de lograr un proyecto de restauración. Esto, porque solo poseen fondos para hacer algunos retoques.
"Parecemos circo pobre, hacemos actividades, como por ejemplo, un plato único y ese dinero sirve para cubrir algunos gastos", subrayó Torres quien detalló que al pertenecer a una organización internacional no reciben subsidio para los servicios básicos, por lo cual deben pagar agua y luz.
Autogestión
Quienes también poseen sede propia y el alquiler de parte de esta les permite reunir fondos son las voluntarias de la Liga contra el Cáncer Iquique.
Su presidenta Berta Paniagua recordó que las empresas pesqueras y casas comerciales locales les brindaban apoyo económico para la compra de insumos y la contratación de una matrona que atiende en la liga, algo que con el paso de los años simplemente dejó de ocurrir.
Es así que ahora dependen del aporte voluntario de quienes acuden a realizarse papanicolau, ecografías, curaciones o colocarse inyecciones, además de las cuotas que aportan las 12 socias, que en sus inicios llegaron a ser 24.
"Nos gustaría ayudar más a la gente con remedios y transporte a Antofagasta, en un momento lo hicimos pero ya no pudimos continuar. Ahora las casas comerciales están reacias a ayudar", precisó.
Paniagua aseguró que cada vez es más difícil que las personas se sumen al voluntariado, incluso hay quienes llegan mostrando interés porque piensan que se les pagará una remuneración.
"Nosotras ya nos cansamos de mendigar, mejor nos damos vuelta con lo que recaudamos y con nuestras actividades", expresó al confesar que prefieren no recurrir a las instituciones públicas para solicitar fondos ya que no obtienen respuesta alguna. Esto les sucedió cuando, hace algunos años, acudieron a la intendencia a tramitar el permiso para hacer una colecta.
Optimismo
Una visión más optimista en torno a que aún las personas están dispuestas a colaborar tiene la presidenta de la Liga contra la Epilepsia Filial Iquique, Blanca Palma, luego que en la reciente colecta realizada lograron buenos resultados.
Si bien no quiso precisar el monto, la dirigente indicó que lo recaudado les permitirá cubrir la compra de medicamentos para pacientes que no disponen de recursos, y desarrollar talleres.
Al igual que el resto de voluntariados, esta liga, con 28 años de fundación en la ciudad, ha notado la disminución de sus socias, pasando de 50 en sus inicios a 15 en la actualidad. Esto, Palma lo atribuye a que las voluntarias en su mayoría son personas adultas quienes con el paso del tiempo, ya sea por la edad o enfermedades que van presentando, se ven en la obligación de retirarse. Pese a ello esperan sumar más personas para poder ayudar a los 40 pacientes con epilepsia que actualmente están activos en la liga de un total de 700 que tienen catastrados en la región.
Altos costos
La realidad para la Corporación de Ayuda al Niño Quemado (Coniquem) Iquique podría ser diferente si contara con una sede propia donde pudieran instalar un centro de rehabilitación como el que se ubica en Antofagasta.
La coordinadora regional, Romina Yáñez, refirió que esto se pudo concretar años atrás cuando en reiteradas ocasiones solicitaron a Bienes Nacionales la donación de un sitio, sin embargo no tuvieron respuesta. Ante ello, actualmente los pacientes por quemaduras que necesitan rehabilitarse deben trasladarse hasta la Segunda Región. Este costo, al igual que el tratamiento médico, es asumido por la corporación la cual también se hace cargo, en caso se requiera, de los pasajes a Santiago y las cirugías de quemaduras mayores que tienen un costo de hasta $4 millones.
En ese sentido, y teniendo en cuenta que a la fecha tienen 197 pacientes en tratamiento, afirmó que es indispensable tener fondos.
"Dependemos exclusivamente de la solidaridad. Por ejemplo, para una quemadura tipo A que es con la plancha caliente, para ese niño son 300 a 400 mil pesos", precisó al agregar que la corporación se financia con los fondos obtenidos de las colectas y donaciones de particulares y empresas, dinero con el cual además deben asumir el gasto de arrendar una oficina.
Receso obligado
A diferencia de los otros voluntariados, las Damas de Rojo, quienes prestan ayuda a los enfermos del hospital regional, desde el 11 de julio ingresaron a un receso obligado.
Su presidenta María Elizabeth Galleguillos informó que esto se debe a que ya no disponen de su oficina debido a obras que se desarrollan en el hospital.
"No sabemos cuando volveremos (...) El director me dice 'busque' (un lugar para instalarse), encontré una bodeguita que nos puede servir y me dicen 'no, eso lo van a ocupar para otra cosa'. Ahora nos van a dar un espacio debajo de una escala pero todavía no", explicó.
Ante esto, el voluntariado cesó las labores de contacto entre enfermos y sus familiares así como la entrega de pijamas, ropa interior, pañales y otros productos que requieran los enfermos. Todo esto autofinanciado.
Al respecto el director del hospital, Aldo Cañete, explicó que las Damas de Rojo "estaban ocupando un espacio que quedó libre mientras arreglaban la urgencia, y ahora como volvió todo a la normalidad debieron abandonar esa oficina". Pese a ello dio a conocer que existe un compromiso y que "estamos estudiando cómo habilitar un nuevo espacio que ya tenemos visto al interior del hospital".
Factores
Si bien cada organización posee sus problemas particulares todas coinciden en la disminución en la cantidad de voluntarios como de personas que aportan económicamente.
Para el sociólogo y académico de la Universidad Arturo Prat, Víctor Guerrero, esto se debe a tres razones: la creación de organismos gubernamentales que se han hecho cargo de las necesidades que la comunidad solía encargarse a través de los voluntariados, el cambio a una sociedad individualista, y la participación y apoyo a otras instituciones que persiguen fines como defensa de los animales, derechos laborales, género u otros.
"Ahora hay más individualismo que en otros momentos de la historia donde fuimos seres más refugiados en nuestros entornos más cercanos", concluyó el psicólogo.
En resumen
Coaniquem no solo atiende a niños quemados
Coaniquem Iquique brinda ayuda a pacientes menores de 18 años quemados por incendios, fuegos artificiales, radiación solar, y brasas así como aquellos de son mordidos por arañas o perros.
Liga contra el Cáncer recibe 2 mil pacientes
Al año, la Liga contra el Cáncer Filial Iquique recibe alrededor de dos mil personas quienes acceden a servicios como papanicolau, curaciones y colocación de inyectables, además de enseñarles el autoexamen de mamas.
Liga contra la Epilepsia capacita a pacientes
Con la finalidad de capacitar a los pacientes y sus familiares para que luego emprendan sus negocios, la Liga contra la Epilepsia Iquique realizó talleres de bisutería. Actualmente dicta uno de hidroponía a adultos.
549 mil pesos recaudó este año la Cruz Roja Filial Iquique en su colecta. En ocasiones anteriores superaban el millón de pesos.
7 voluntariados trabajan en el hospital de Iquique, entre estos están las damas de azul, blanco, rojo, verde, rosado, y de oncología.