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Largas filas para matricular a niños en un colegio con excelencia académica

Cerca de 100 padres se instalaron por un día afuera del María Auxiliadora para conseguir un cupo para sus hijas.
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Carlos Luz Aguilera

Amediodía del martes pasado comenzaron a llegar los primeros papás al colegio María Auxiliadora para poder matricular a sus hijos en primero básico. Pero no sería un proceso rápido y cómodo. Al contrario, tuvieron que hacer una fila y esperar hasta las tres de la tarde del día siguiente para comenzar el proceso de admisión. De los cerca de 140 inscritos, sólo 56 iban a conseguir un cupo.

Lorena Ramos Collao es una de las mamás que se aventuraron a quedarse en la larga fila de bien temprano del martes. Ella, por ejemplo, comenzó a armarse de paciencia a las 14:30 horas. A las 8 del otro día seguía firme en el mismo puesto, con el fin de que su hija Naysa, de seis años, consiguiera ingresar al colegio.

Ramos contó además cómo nació este deseo de matricular a su hija en este establecimiento: "Estuvimos en tres reuniones con autoridades del colegio explicándonos su programa educativo, dándome cuenta que es muy bueno. Después nos dijeron que la matrícula de este año iba a hacer por orden de llegada, y por eso ahora estamos haciendo este esfuerzo mayor".

Padres y hermanos de los papás ilusionados también ayudaron a cumplir el objetivo de no perder la tan preciada matrícula. Rodrigo Obreque, por su parte, ayudó a su hermana Mariel. Se quedó de las 18 horas del martes hasta las 21, para después volver de las 2 de la madrugada hasta las 8 horas del miércoles. Todo por asegurar el cupo de la pequeña Maite.

Los hermanos Obreque son de Linares, y por lo menos Rodrigo nunca había visto una fila de personas para conseguir una matrícula. "Allá el María Auxiliadora también tiene prestigio y por lo mismo mismo mi hermana escogió este colegio".

Luego de 27 horas de paciencia, ingresó al colegio la primera apoderada que hizo la fila. Después fue el turno de otros 55 padres, que a pesar del tiempo de espera, no escondían su felicidad en el rostro.

Proceso

La directora del establecimiento, sor María Isabel Guzmán, cuenta que cerca de 140 personas se registraron en el proceso de inscripción. Después fueron invitados a tres reuniones en el colegio, y en la última charla les avisaron que eran 80 las vacantes para alumnas de primero básico. Pero del total quedaban 56 disponibles.

Ésto porque los 44 primeros cupos fueron entregados a hermanas de alumnas que ya están estudiando en el María Auxiliadora; a hijas de funcionarios del establecimiento, y a hijas de ex alumnas o padres que hayan pertenecido al colegio salesiano Don Bosco.

El proceso de admisión por orden de llegada no se realizaba en el María Auxiliadora de 2005, cuando la cantidad de papás que postulaba era mucho mayor. "Eran más de 300 personas", recordó una profesora. Para concluir la madre Guzmán dijo que a este proceso normado por La Ley de Inclusión, le agregaría una entrevista con las niñas para conocerlas mejor.

Municipales

Según el director de Educación de la Cormudesi, Miguel Daponte, este fenómeno de largas filas de padres para matricular a sus hijos en un colegio, no ha ocurrido últimamente en un establecimiento municipal. Una situación que también llamó bastante la atención en 2015 en el colegio Samca Arumanti, cuando muchos padres armaron una gigantesca fila. Incluso algunos papás llevaron carpas.