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Los 22 años de espera de los hijos del desierto por una Casa del Pampino

La presidenta de Hijos del Salitre, Sara Benavides, espera que se comience a construir el próximo año.
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Carlos Luz Aguilera

Como informó el diario La Estrella de Iquique de la época, hace 22 años se formó la Corporación Museo del Salitre en el terreno donde se levantaba la iglesia de la salitrera Victoria y la Casa del Pampino. La primera terminó de construirse, pero la segunda aún sigue siendo un anhelo que muchos pampinos esperaron hasta el último impulso de sus vidas.

Mario Santander, un ingeniero que vivió y trabajó en la salitrera Victoria, fue uno de los que no pudieron disfrutar de ella, por ejemplo bailando un vals peruano o compartiendo risas con amigos de las oficinas salitreras de la región.

Un año y 9 meses antes de su muerte, en Facebook hizo públicas sus ganas de observar con sus propios ojos lo que por más de dos décadas los pampinos han esperado: "Te felicito Carlos por tu idea de lograr la construcción de una sede social que pueda servir para reuniones, educarnos y de hospedaje", le escribió a un oriundo de Victoria.

Como Santander, la Casa del Pampino también ha sido reclamada estos últimos años por hijos de áridos paisajes y que siguen haciendo patria lejos de su salitrera. Hoy la mayoría sobrepasan los 60 años. Esta petición es conocida por la presidenta de la Corporación Hijos del Salitre, Sara Benavides, líder de la organización que está encargada de su construcción.

Una dependencia que, como detalla Benavides, debería contar con una sala espaciosa para realizar distintas actividades tradicionales de los pampinos; un galpón donde puedan guardar sus pertenencias; una cocina y biblioteca.

No descarta que más adelante se incorporen otros espacios a esta estructura para los criados y nacidos cerca del ferrocarril, del caliche y la botica. Muchos de ellos aún se declaran "migrantes obligados" en una tierra ajena.

Primera etapa

Hace tres años un grupo de arquitectos diseñó un proyecto que hoy está en la etapa de conseguir financiamiento para su concreción. "Su levantamiento costaría sobre los 500 millones de pesos y ésto no incluye inmuebles, sólo la estructura base", aclaró.

Su atraso se debería, en tanto, a que esta corporación no ha podido terminar el proceso de actualizar los planos de las redes de alcantarillado y agua potable, y de la electricidad de la iglesia que está en el mismo sector donde se construiría la estructura. Ésto es lo que ha impedido la obtención del terreno por un comodato de 25 años.

Sin embargo, luego de varios años perdiendo la batalla de su construcción, habrían llegado a un acuerdo con el gobierno regional, permitiéndoles comenzar la edificación y cuando ya esté terminada, las autoridades van a inspeccionar el sistema de alcantarillado, agua potable y electricidad, según informó Benavides.

Por mientras los pampinos de la región están a menos de dos meses de una nueva celebración de la Semana del Salitre. Otros, en cambio, prefieren reencontrarse con sus amistades de antaño en otros eventos que también son organizados por hombres y mujeres forjados en el desierto nortino de Tarapacá.