Niños de La Tirana cumplieron su sueño de levantar la Copa América
Gracias al tour que realiza el Museo Itinerante del Fútbol que transporta además otras reliquias del balompié.
Cerca de mil 700 kilómetros de distancia hay de Santiago a La Tirana, poblado de la región de Tarapacá que no supera las 600 personas y que ayer recibió la ilustre visita de los principales trofeos que ha obtenido el fútbol nacional a lo largo de su historia: la Copa América y la Bicentenario.
Las dos copas son parte de un Museo Itinerante del Fútbol que está recorriendo el país para llevar trofeos y reliquias, que han escrito y coloreado el balompié nacional, a regiones y lugares periféricos de Chile donde quedan más cerca otros países que el propio Santiago.
El museo con cuatro ruedas tiene en sus vitrinas, por ejemplo, la Copa Libertadores de Colo Colo, de 1991, la Copa Sudamericana de la Universidad de Chile, de 2011, o parte de la malla del arco donde un corajudo Alexis Sánchez marcó el gol "a lo Panenka", permitiendo a los chilenos celebrar su primera Copa América.
Los primeros de la región que pudieron subirse a este microbús transformado en un museo fueron los cerca de cuatro mil pocinos que por varias horas se mantuvieron en una fila interminable para estar por dos minutos cerca de la historia del deporte llamado rey.
La paciencia de los hinchas acostumbrados al dolor, les permitió observar por primera vez, por ejemplo, uno de los cinco álbumes en el mundo del primer Mundial jugado en Uruguay, en 1930, o la camiseta de Carlos "Pluto" Contreras, uno de los seleccionados chilenos del Mundial de 1962.
Ayer fue el turno de los futboleros de La Tirana. Los primeros afortunados en conocer el museo fueron los cerca de 180 alumnos de la única escuela básica del pueblo. Los más pequeños observaban con cierta emoción la historia antaña de las camisetas, los balones y trofeos.
Después de una espera marcada por la ansiedad, les tocó a los alumnos de octavo básico. Varios de ellos celebraron como lo más preciado la obtención de la Copa Bicentenario. Jamás pensaron que 87 días después tendrían la oportunidad de tocarla, hasta besarla si hubiesen querido.
Alonso Ahumada, de 13 años, quien admira a Gary Medel por su garra, era uno de los más contentos por levantar la Copa, pero su principal objetivo era otro. "Lo que más quiero ver es la Copa Sudamericana. Me parece espectacular que la traigan a un lugar tan lejos para ellos".
Gilberto Hervas que tiene 71 años más que el joven Ahumada, también llegó a la escuela básica para disfrutar de este mueble acristalado lleno de recuerdos de su juventud, cuando hinchaba por la Universidad Católica y las selecciones de Chile e Iquique. Por este último equipo, antes de la década de los 80', Hervas fue conocido por los planteles como "canillita" por colocarle las calcetas y zapatos de fútbol a los jugadores.
Los organizadores del museo, que el 13 de septiembre fue declarado patrimonio de Chile por el Consejo de Monumentos y la Dibam, tuvieron la intención de que fuera exhibido en Iquique y Alto Hospicio, pero no llegaron a un acuerdo con los municipios.
El deseo no cumplido de los fieles
La última parada del museo en La Tirana fue en la plaza. Ahí se exhibió la Copa América Bicentenario y pobladores pudieron tocarla y sacarse fotos con ella. La presidenta de la comunidad cristiana, Irma Vera, quería que la llevaran a los pies de la Virgen, pero por tiempo la organización no pudo cumplir su deseo. Situación que molestó a ella y al cura Javier Sáez. "Ahora se van a quedar en panne por no hacerlo", les gritó Vera.