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Perdió su billetera y apareció a 1.600 metros de profundidad

Hace 20 años alguien quiso esconder un hurto y ató la cartera con una malla y una piedra que lanzó al mar.
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Ximena Araya Monroy

Era 1996 y se aproximaban las fiestas de fin de año, eso mantenía contento y ansioso a Juan García, conocido como el Nino, orgulloso patrón de la embarcación Don Pancho de 12 metros de largo, quien ya había comprado sus pasajes en avión para reunirse con los suyos en el puerto de San Antonio, de donde es oriundo.

Mientras cubría un trayecto entre Caldera e Iquique, no imaginó que un infortunio cambiaría radicalmente sus planes, ya que después de una agotadora jornada capturando bacalao, concurrió a su camarote a descansar y se dio cuenta que ya no estaba su billetera en la que guardaba cerca de 300 mil pesos y toda su documentación.

El resto del viaje literalmente se aguó para Nino, que una y otra vez se preguntaba dónde podía haber perdido la cartuchera de cuero. No tenía certeza si había sido en Iquique o mientras se encontraba en alta mar.

Esto obligó a que tuviera que pasar las fiestas en Iquique. "Esa vez me tuve que quedar acá porque no tenía carné para viajar en avión y tampoco tenía plata porque también se me perdieron mis tarjetas y como fue un fin de semana recién el lunes pude sacarlas", recordó.

Con el paso de los años, este patrón de embarcación finalmente echó raíces en Iquique y la pérdida de su billetera pasó a ser una anécdota más de su larga trayectoria laboral, en la cual resalta, nunca desconfió de nadie de su tripulación.

Sin embargo estaba equivocado, ya que 20 años después una reveladora noticia lo remeció ya que su portadocumentos apareció en singulares circunstancias: a 1.600 metros de profundidad en las costas de Patillo y metida dentro de una malla que la mantenía atada a una piedra, lo cual dejaba claro que se trató de un delito, donde el culpable quiso borrar la evidencia.

Hallazgo

"La encontró Antonio Zúñiga, que era parte de la tripulación y ahora es dueño de una lancha", comentó Nino, precisamente cuando pescaba bacalao, que es una especie que se encuentra a miles de metros de profundidad.

Juan García explicó que las embarcaciones hoy en día están dotadas de un sistema de ecosonda que muestra la profundidad del océano y la billetera se halló cuando utilizaban unas líneas de pesca especiales para la captura en profundidad.

Cuenta que su amigo al llegar a Iquique, le dijo de sopetón, "te acordai cuando se te perdieron los documentos", y ahí me dijo que había aparecido la billetera", relató mientras revisa una y otra vez sus antiguos documentos, como no pudiendo dar crédito a lo ocurrido.

"Para mí es algo inédito porque el mar es muy profundo, nadie llega a su hondura, ni con tecnología", refirió el aún sorprendido Nino, que ahora atesora con mucho cuidado sus documentos, que aunque vencidos guardan una de sus más sabrosas anécdotas.

Entre sus pertenencias se cuentan un carné de identidad que vencía en 1998 y otro más antiguo que mantenía de recuerdo, sus registros pesqueros, tarjetas bancarias y una estampita de Sor Teresa de Los Andes, que se encontraban prácticamente intactos, al parecer por el plástico que cubría todos los documentos, el cual recordamos tarda cientos de años en degradarse. Lo único que se encontraba deteriorada era la billetera, que se mantuvo por la red que la protegía.

Hoy Nino quien actualmente transporta turistas en lancha en el Muelle Prat, piensa que efectivamente alguno de los tripulantes que él creía de exclusiva confianza rompió el pacto y simplemente le hurtó el dinero.

Sin darle mayor importancia a esta deslealtad de hace 20 años, Nino limpia el musgo de los documentos, como si removiendo esa suciedad pudiera rescatar algún otro recuerdo de esa época donde Eduardo Frei Ruiz Tagle era presidente y las adolescentes vibraban con la teleserie Adrenalina.

"Para mí es algo inédito porque el mar es muy profundo, nadie llega a su hondura, ni con tecnología"

Juan García, patrón de embarcación"