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Niños de Mamiña recuperan oficio de cantear piedra

De la mano de uno de los últimos exponentes de este trabajo 20 estudiantes de la escuela básica de esta comuna altiplánica cuidan sus tradiciones.
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Crismary Castillo Marengo

Ala Escuela Básica de Mamiña cada mañana llegan 47 alumnos. Ellos son toda la población estudiantil que allí se educa mirando hacia el cerro volcánico que dio origen a su tierra, rodeada de termas que curan hasta el dolor de huesos.

Junto a ellos, dos jóvenes de la Fundación Superación de la pobreza del Servicio País también aprecian el paisaje altiplánico que está a 2.750 metros sobre el nivel del mar. Ellos son Pablo Sepúlveda y Katherine Concha, quienes desde marzo de este año viven en la provincia de El Tamarugal desarrollando varios proyectos.

Uno de estos lo hacen en conjunto con el Consejo Regional de la Cultura y las Artes y el municipio de Pozo Almonte para poner en valor la práctica alrededor de la piedra canteada, tanto la materialidad y sus productos resultantes.

Labrando la piedra

Cantear es el trabajo de labrar la piedra de sillería para las construcciones y que se usa desde tiempos inmemoriales en la arquitectura. En Mamiña, el cantero Juan Fuentes lleva en sus manos el oficio desde hace más de 30 años y es quien se encarga de enseñar su arte a 20 jóvenes que participan de los 14 talleres que se están realizando en la escuela, de forma gratuita y abierta a los alumnos interesados.

"Esta intervención tiene por nombre 'Niña de mis ojos'. Lo primero que se hizo fue estar en el terreno y conversar con los vecinos de Mamiña para conocer qué necesidades ellos tenían y para ello hicimos un diagnóstico", explicó Pablo Sepúlveda, profesional del Servicio País y añadió que el resultado fue que en la comuna se estaba perdiendo el oficio de cantear la piedra y los habitantes veían con preocupación esta situación.

"La mayoría de la piedra que hay en la zona es del tipo liparita y en ese sentido se ha ido perdiendo el oficio del canteador. En cada taller, que dura dos horas, el canteador va entregando una variedad de conocimientos en torno a labrar la piedra", detalló el profesional de Servicio País.

Arte rupestre

Los estudiantes que participan tienen edades entre los siete y trece años. En la primera etapa aprendieron a cantear piedra para hacer figuras de arte rupestre como geoglifos.

"En esta etapa que van a comenzar es un tanto más mecánica porque ellos tallarán una réplica de la iglesia de Mamiña en miniatura, así como otras figuras típicas de la zona", explicó el profesional de Servicio País.

El objetivo es que los niños y jóvenes descubran cómo estas obras se pueden abordar desde el punto de vista funcional y artístico.

"Los talleres se estarán realizando hasta el próximo mes y de esta forma se están transmitiendo a las nuevas generaciones oficios que son parte de la historia de la comuna", planteó Sepúlveda.

Por otro lado, el profesional de Servicio País destacó que están trabajando desde la parte cultural con otras actividades para el desarrollo de los niños de la escuela de Mamiña.

"Los niños han hecho obras de teatro y también este año participaron durante el Día del Patrimonio en un recorrido por Iquique para que conocieran los lugares que tienen esta característica", expresó.

Finalmente Sepúlveda valoró el trabajo que toda la comunidad educativa está haciendo para que los niños participen activamente en las actividades que se organizan.

"Ellos tallarán una réplica de la iglesia de Mamiña en miniatura".

Pablo Sepúlveda,, profesional del Servicio País, sobre los talleres."