Jorge Soria: "La clase política lo único que hace es enlodarte"
El renunciado alcalde de Iquique dice que se va al Senado para defender sus históricas luchas: el puerto y la Zofri. Pero para eso deberá competir por un cupo en el Congreso, y hay otros interesados, entre ellos, el actual senador Fulvio Rossi.
Un paso decisivo en su trayectoria dio el exalcalde de Iquique Jorge Soria, quien renunció a su cargo como autoridad comunal de la capital regional de Tarapacá, instancia que ocupaba casi ininterrumpidamente desde 1964, con excepciones contadas en el régimen militar y tras los procesos judiciales en su contra. Hoy prepara su candidatura al Senado, recordando su historia familiar ligada a la política, que partió con su padre Alejandro Soria como intendente de Salvador Allende.
- Ha estado más de cincuenta años en política, ¿cómo preparó su renuncia?
- La decisión la tomé yo, con dos, tres personas. Fue una decisión muy personal de terminar un ciclo de mi vida, y por los acontecimientos que vive Iquique y Chile. A Iquique le están creando una nueva Zofri en Antofagasta, una decisión de Estado para desmantelar la Zofri y matar a Iquique de a pedacitos. También estarán inaugurando el puerto en unos días más (la reconstrucción de la Empresa Portuaria de Iquique tras los sismos de 2014) y esa es una estafa legalizada que gasta millones en publicidad para decir "El puerto avanza", pero el puerto no avanza, retrocede. Lo inauguran con un buque gigante para que los medios de comunicación digan "llegó un gran buque", pero que no maneja grandes masas. Es una mentira organizada para llevarse el puerto a Mejillones.
- ¿Cuál es la diferencia entre defender Iquique desde el municipio y hacerlo desde el Senado?
- En el municipio estoy tres años siendo recibido en La Moneda, tomando tecito. Se me dice "sí, sí". En el Senado puedo exponer donde se cortan los grandes queques. Los alcaldes no cortan la torta. Después de la Presidencia de Chile, el organismo que lo sigue en poder es el Senado, para discutir con el gobierno "de pé a pá". Por eso me voy, a defender el puerto y la Zofri.
- Podría tener más llegada en La Moneda...
- Nos escuchará La Moneda y los senadores. Todos están pensando en quién será senador, diputado, presidente, y cada uno arregla su negocio, pero el negocio del desarrollo de Iquique no lo arregla nadie, ni los empresarios, ni los trabajadores. Los partidos políticos se perdieron en la visión de buscar el desarrollo de la región como primera medida. Yo creo en el socialismo, en que haya trabajo, salud, vivienda y educación de primera calidad. Chile entró al mercado y se distorsionó todo. No diré que hay maldad detrás de eso, pero nunca me perdí ni entré en ese negocio. Quedé aislado.
- ¿Lo decepcionó el actual gobierno de Michelle Bachelet?
- Yo diría que Chile está decepcionado de todos, no solo de la Michelle, de la derecha igual.
- ¿Y usted?
- Lógico. Si me están quitando el puerto, ¿quieren que esté ilusionado con el gobierno? Aquí habrá miles y miles de cesantes. Estoy decepcionado de mi gobierno y de la oposición también, en general de todo el sistema político.
- Entonces al Senado iría como independiente...
- No lo sé. Lo estoy discutiendo con los políticos. He hablado con la Nueva Mayoría en un 80%. Tuvimos largas reuniones en Santiago. Hemos tenido diálogo, cuando no hablaba después de diez, veinte, treinta años con ellos. Lo que yo quiero es que salvemos Iquique. Y ojalá que también la derecha vea estas ideas, porque no son contra la derecha, sino buscando la equidad, donde la empresa privada es parte del desarrollo de la nación. Hay cosas que viví con el gobierno de Jorge Alessandri y ahí había un estado manejado por la superderecha más rica de este país, pero era un estado socialista, con educación en igualdad.
- Y en vivienda, ¿pretende presionar por Lobito desde el Senado?
- El proyecto Lobito sería la salvación para Chile. El cooperativismo venía de los tiempos de Frei Montalva, pero después fue muriendo porque se impuso un sistema diferente. Esa es la solución para los que tienen menos, para la clase media. Una cooperativa te baja la vivienda al menos en dos o tres veces a lo que vale en el mercado.
- ¿Con quién conversó sobre su renuncia?
- Con mi familia.
- ¿Estaba decidido?
- No, lo medimos, pero me ayudó mucho la publicidad "Pronto vamos a inaugurar el puerto". Eso no es un error, sino algo estudiado para matarnos.
- ¿Le pidieron no hacerlo?
- No, mi familia se cuadró al tiro, con muy pocas horas de discusión, fue rápido. Era el momento histórico. Si gasté 60 años de mi vida en mi sueño por defender Iquique, ahora no tendré dudas ante este juego de la política que me han hecho. Yo gané en la Corte Suprema. Dicen que Soria siempre anda metido con plata, ¿qué plata? Yo nunca he tocado un peso de la municipalidad, y por eso gano los juicios. La clase política lo único que hace es enlodarte, ni siquiera mueve un ladrillo para construir una casa.
- Hay una autoridad a quien usted no nombra y que lo ha criticado, el senador Fulvio Rossi. Él iría a la reelección, ¿cómo espera que sea esa contienda?
- Veo una campaña en la que Iquique, Chile y el mundo, van a saber la verdad de cómo se persigue a la gente. Esta es una dictadura de los políticos. Yo no sé si todo lo que me hicieron fue para que estuviera en el cielo. Las persecuciones han sido salvajes.
- ¿Y la campaña?
- Yo he querido hacer las cosas bien, nunca he dicho "tu eres ladrón". Ni en las mezquindades. No hago titulares para acusar al concejal, al alcalde, al diputado, al senador, al ministro, o a la presidenta, nada, yo defiendo mis labores. Voy a mostrar la persecución cochina que han hecho contra mí, y sin tocar a nadie, no me interesa.
- ¿Cómo ha visto el cambio de la política desde que era regidor?
- En los últimos treinta años entró el mercado. El mercado manda.
- ¿Cree que cambió con las reformas neoliberales bajo Augusto Pinochet?
- Él partió, pero el sistema lo consolidaron ahora en plena democracia con diputados y senadores. Los militares dieron el paso para abrir, pero después han sido los demócratas de izquierda, de derecha y de centro. Ahí se juntaron a hacer leyes para quitarle los derechos al pueblo, de buena o mala fe, no tengo idea, pero he visto que el pueblo ha sufrido. En mi campaña, hace cuatro años, comencé a preguntarle a la gente cuánto paga en luz, agua, gas. No fue buena idea traspasar todo a la libre empresa. En educación y salud hicieron lo mismo.
Trayectoria
- Usted tiene casi 80 años y los senadores duran ocho en el cargo, ¿con esto pondría fin a su trayectoria?
- No sé si siga en política. Yo estoy para resolver problemas, no para una carrera política.
- Pero la ha tenido...
- Si hubiera sido por eso, habría sido el diputado, el senador, o el presidente más joven. Dos veces me quisieron llevar. Los grandes conglomerados me lo pidieron.
- ¿Por la izquierda o por la derecha?
- No. Siempre he sido del lado de la izquierda.
- Algunos critican su apoyo a Sebastián Piñera...
- Eso lo dice todos los días el honorable. Y yo digo, ¿dónde estaban los funcionarios de confianza de la intendenta actual antes de llegar al gobierno?, ¿dónde trabajaron? (en relación a que estuvieron en la Municipalidad de Alto Hospicio con el alcalde UDI Ramón Galleguillos), ¿con qué moral me preguntan? Piñera dijo: "defiendo los intereses de Iquique, he visto su proyecto y quiero conversar con los iquiqueños". Yo lo recibí. Fue presidente y nunca lo vi siquiera. Cuando era joven, idealista, revolucionario, estuve con Jorge Alessandri, un momio total, e hizo El Morro. Fui con su ministro Pinto Lagarrigue, otro súper momio, y le explique que el desarrollo de Iquique podía ser el turismo, la costanera. Botaron a Sacco Pertini de intendente. Nunca he dejado de hablar con nadie. Puedo discutir con el gobierno que sea, por el bienestar de mi región y no para prebenda mía.
- ¿Y cómo es su relación con la intendenta actual, Claudia Rojas?
- No tengo ninguna relación con ella, ni maldad ni a favor. No tengo problemas con nadie.
- ¿Iría con el senador Rossi en una misma lista por la Nueva Mayoría?
- No, y lo garantizo. Es mucho el daño que le ha hecho a mi familia. Yo no le he hecho daño a él ni a nadie. No lo saludo hace meses ya. Lo respeto, pero no hago el papel de cínico. Los políticos comen juntos y después se insultan en la calle. Yo no lo insulto, pero tampoco le doy la mano. Él me ha perseguido.
"Las persecuciones han sido salvajes. Es una dictadura de los políticos"
"Nunca he dejado de hablar con nadie. Puedo discutir con el gobierno que sea..."