Redacción

Un nuevo capítulo se conoció ayer en la teleserie de la vida real en que se ha convertido el caso de Rafael Garay. El director de la PDI, Héctor Espinosa, dijo por la mañana que la policía rumana tiene ubicado al ingeniero comercial investigado por estafar a sus clientes, pero que no sería fácil extraditarlo.

"Tenemos contacto con la policía de Rumania y de Malta, tenemos ubicada a la persona, lo que pasa es que ahora viene el proceso de extradición, que parte con la acusación que hace el fiscal, con la formalización y conseguir la orden de detención. Él siempre ha estado ubicado, pero no tenemos orden de detención. Primero hay que investigar, formalizar, establecerle delitos", dijo Espinosa en Santiago.

Tras esto, la fiscalía Metropolitana Centro Norte anunció que el fiscal José Morales presentó al tribunal la solicitud para formalizar, en ausencia, a Garay, por el delito de estafa.

El subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, también comentó el caso y profundizó en las dificultades para traer a Chile al conocido panelista económico de diarios, radios y televisión.

"Esperamos que el proceso judicial que hay que realizar en Chile, donde el fiscal ya hizo una presentación, sea lo más rápido posible", dijo.

Recalcó que "como no tenemos convenios de extradición con ninguno de los dos países, lo que se hace es que, a través del consulado, se solicita que sea detenido".

El caso

El miércoles 21 de septiembre comenzó una de las teleseries de la vida real con más ingredientes del último tiempo. Ese día se presentó una denuncia por la presunta desgracia del ingeniero comercial Rafael Garay, por parte de su abogado, Ángel Valencia.

En esos días se hablaba de que Garay, quien salió de Chile 7 de septiembre, con destino a Francia, había viajado para tratarse de un cáncer. Pero algunos datos no calzaban, como sus 27 kilos de sobre peso en el equipaje.

El mismo miércoles 21, Garay hizo un trámite ante el consulado chileno en Rumania, donde tiene una pareja, oportunidad en la que fijó domicilio en el pueblo de Rachitis.

Días después se conocieron reclamos de clientes de su firma Think & Co, a quienes Garay manejaba sus inversiones. Estos acusaban que habría desaparecido con su plata.

El 23 de septiembre se decretó su orden de captura internacional.

Actualmente Garay acumula 37 denuncias por estafa, por montos defraudados que bordearían los $1.700 millones.