"Los tratamos como personas y no como delincuentes"
María José Soto, profesora del liceo Coresol del Centro Penitenciario de Alto Hospicio, se refirió al trabajo que desarrollan con las personas privadas de libertad y a las oportunidades que tienen para reinsertarse en la sociedad.
La Corporación de Rehabilitación Social (Coresol) administra establecimientos educacionales en siete recintos penales del país, entre Arica y Puerto Montt, atendiendo a cerca de 3.400 alumnos matriculados con una planta de más de 150 docentes.
En el Complejo Penitenciario de Alto Hospicio trabaja, desde hace cinco años, la profesora María José Soto quien planteó cómo la educación funciona como una herramienta para la reinserción y cuáles son las oportunidades reales que tienen los internos para construir un proyecto de vida alejado del delito.
- ¿Cuál es el perfil de sus alumnos?
- La mayoría de los internos que se inscriben en el liceo no tienen como interés principal escolarizarse. Vienen de un ambiente donde no se valora la formación y, en consecuencia, para ellos no es importante. Se inscriben de forma voluntaria porque es un requisito para optar a algún beneficio extra penitenciario como libertad condicional.
- ¿Cómo los internos logran cambiar su percepción sobre las ventajas que les ofrece culminar cuarto medio?
- Cuando comienzan las clases se dan cuenta que pueden aprender y descubrir sus capacidades. Se sienten valorados como personas porque el liceo es el único lugar donde realmente el interno no se siente como tal, porque es un estudiante más. Los profesores los tratamos de la misma manera y no se juzga para bien o para mal y se les exige lo mismo que en un colegio del sistema libre.
- ¿Cuál es la oferta educativa y cómo la desarrollan?
- El liceo Coresol es particular subvencionado gratuito y le proporciona a los estudiantes todos los útiles escolares. Pedagógicamente nos regimos por los planes y programas del Ministerio de Educación que son los mismos de un liceo técnico profesional.
La contextualización de los contenidos es responsabilidad del profesor, independiente de en qué liceo trabaje. Al hacer la bajada del programa queda al libre albedrío del educador y, en el caso del liceo Coresol, nuestros jefes nos apoyan para que los estudiantes logren aprender.
- ¿Cómo evaluaría la efectividad de estos programas educativos para crear oportunidades reales de inserción?
- La educación es tanto efectiva como afectiva. Nosotros, los profesores, tenemos un trato muy cercano con nuestros estudiantes y esto debe ser destacado: los tratamos como personas y no como delincuentes. Si ellos quieren reinsertase en la sociedad y no tienen cuarto medio, sus oportunidades se reducen. Al tener este nivel educativo su vida cambia porque consiguen un trabajo y forman una familia. Sin embargo hay que entender que la educación es una herramienta más, no es lo único que necesita porque hay otros factores sociales y psicológicos. Pero todo depende de su actitud. Puede tener todas las herramientas pero si no quiere, no lo logrará y no hará el cambio de chip.
- ¿La sociedad está creando las condiciones para dar trabajo a los ex internos?
- Yo me imagino que estos internos que salen a la calle y consiguen empleo tienen una red de apoyo que los ayuda. Es difícil que un interno que está solo y que quiera reinsertase, consiga un trabajo si no tiene el apoyo familiar y social. Quizá quien consiguió trabajo fue porque un amigo lo ayudó, tuvo buena suerte y tuvo mejores oportunidades que otros. Pero la mayoría de la gente no piensa de esa forma en el sentido de ofrecer ayuda.
- Finalmente ¿cómo debe visualizar su labor el profesor que tiene la responsabilidad de dar clases en un centro penitenciario?
- Creo que el profesor es capaz de lograr el cambio en una persona. En el caso de nosotros, que trabajamos con internos y que se supone que son personas a las que nadie quiere, la labor que desarrollamos se hace aún más importante. Trabajar con ellos es el principal desafío y esto se entiende porque no es lo mismo educar a un niño que tiene todas las herramientas sociales para aprender, que trabajar con una personas que están en un sistema totalmente adverso donde, por ejemplo, están expuestos a encierro y estrés.
Nuestros alumnos son personas vulnerables y nosotros tenemos que apuntar a ellos y hacer que sean mejores seres humanos. Nuestra misión es esa. No todos lo logran pero ojalá el 100 por ciento lo hiciera. Hay que romper ese círculo.
"Si ellos quieren reinsertarse (...) y no tiene cuarto medio sus oportunidades se reducen."