Un seis de enero de 1875 arribó al puerto de Pisagua un joven químico inglés llamado James Thomas Humberstone, su destino era la oficina salitrera San Antonio de Zapiga. Todavía soltero, traía en su mente las últimas innovaciones tecnológicas aprendidas en Londres. No imaginaría que décadas después su nombre sería sinónimo de salitre, y el británico "James" se traduciría al español por el cariñoso "don Santiago".
Este joven químico no solamente fue un inventor de tecnologías para el salitre, fue también constructor de oficinas salitreras (Vgr, Democracia), de puentes en madera (Vgr. puente Lagarto), de andariveles (Vgr. Alto Caleta Buena) y puertos de embarque (Vgr. Bajo Caleta Buena), y un administrador exitoso (Vgr. Agua Santa, Primitiva, Tres Marías).
En Agua Santa lo sorprende la Guerra del Pacífico y debe huir acompañado por su esposa, sus hijas, dos arrieros argentinos y dos matrimonios amigos, haciendo un largo viaje por las quebradas hasta Arica. Empero, no pasa un mes y ya está de regreso para hacer funcionar Agua Santa.
A partir de 1881, Humberstone junto a Whitelegg y H.B. James, inició su período empresarial en la oficina Tres Marías de propiedad de Pedro Perfetti. Sin embargo, será breve, pues terminará en fracaso en 1886. Nuevamente será empleado, esta vez del Rey del Salitre, John Thomas North, quien le encarga la construcción y administración de la famosa salitrera Primitiva. Después de romper con North volvió en 1891 a la oficina Agua Santa, en la calidad de administrador general de la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Agua Santa. En 1899 adquirió para esta Compañía las salitreras Valparaíso y Primitiva, en 1908 hizo lo propio con Abra, Democracia en 1911, Tres Marías en 1923 y construyó la oficina Irene en 1912.
Santiago Humberstone introdujo la construcción de estanques para la recepción de petróleo en Caleta Buena. En 1904 los motores diesel para generar energía eléctrica en la pampa. Las cintas transportadoras para la elaboración del nitrato (1910), harneo y separación de material fino (1911), trituradoras de segundo efecto (1912), tratamiento de finos por filtración (1915), uso de palas mecánicas para la extracción de los acopios de caliche (1917), y un largo etcétera que le valieron estampar su nombre en la Historia del Salitre. Con justicia hoy la antigua salitrera La Palma lleva su nombre y es Patrimonio Histórico de la Humanidad.
"No imaginaría que décadas después su nombre sería sinónimo de salitre".
Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014"