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El peluquero budista que brilla en Iquique

Alejandro Cattaneo es argentino, peluquero y budista. Vive en la ciudad hace 20 años y actualmente tiene un exitoso salón de belleza visitado incluso por celebridades.
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Mijaíla Brkovic Leighton

Más de 60 personas se reúnen en su casa una vez a la semana para orar el mantra Nam Miojo Rengue Kio. El resto del tiempo, Alejandro Cattaneo, mantiene una de las peluquerías más conocidas de Iquique. Incluso, ha peinado a Quena Larraín, Cecilia Morel, Cristina Tocco, entre otras personalidades.

Al parecer, no es solo su "buena mano" la que consolida el éxito de su local. Para él, "el corte de pelo es la anécdota. Lo importante es lo que sucede aquí, las conversaciones que quedan", cuenta.

Y es que Alejandro no es un peluquero común. Desde hace más de 30 años que está involucrado en la filosofía Nichiren Daishonin. Esta rama del budismo cree, entre otras cosas, que se debe "Buscar el libre albedrío de las personas y que todos se inserten en sus vidas para descubrir cuál es el poder de cada uno", argumenta. O, en palabras más simples, este pensamiento intenta sacar lo mejor de las personas.

De alguna manera, Alejandro siente que puede ayudar a lograr este objetivo mediante su oficio.

"Conversando y conteniendo a las personas que atiendo, puedo sacar la belleza del interior y lograr que se exteriorice", dice.

Y es tan así que, según cuenta, ha llegado a tener clientas que lloran de felicidad al mirarse en el espejo una vez terminado el corte o el peinado.

LA historia

De nacionalidad argentina, este multifacético trasandino cruzó la cordillera para presentar una obra de teatro en Arica, en 1991. En la misma época, y ya siendo budista, vino a turistear a la Tierra de Campeones.

"Aquí pasé un mes bárbaro. Pero me fui pensando que había mucha gente joven perdida y descontrolada, principalmente por el alcohol y las drogas. Decidí volver para ayudar en lo posible y me vine a los veinte días", recuerda.

Además, el actual estilista había conocido en el viaje a su socio iquiqueño Alex Salvo, con quien, más adelante, creó su primera peluquería.

"Yo no sabía mucho de este oficio, porque vengo de un lugar muy conservador donde no es bien visto", cuenta.

Sin embargo, hoy por hoy el éxito de su destreza se hace ver. Con un salón ubicado en una gran e iluminada casa en el sector sur de Iquique, Alejandro nos asegura que todo lo que tiene se lo debe al budismo.

"Creemos en la ley de causa y efecto, pensar cosas buenas atrae más cosas buenas", explica, con su voz apacible y su mirada siempre sonriente.

Japón

Sentados en uno de los pomposos sillones de su peluquería, Alejandro, que viste pantalones blancos y una camisa guayabera, relata sobre sus viajes a al lejano Japón. "He estados dos veces en el país nipón en convenciones de budismo", cuenta, mientras muestra sus fotografías usando kimono, bebiendo té verde y sonriendo junto a personas de diversos países.

"La práctica del budismo que yo sigo trata de aceptarse tal cual como uno es. Y hacerse cargo de lo bueno y lo malo, para ser feliz", asegura.

"No es algo místico. No buscamos dioses afuera, sino adentro nuestro".

Y la comunidad de budistas en Iquique no es pequeña. Según explica, desde hace 25 años, una cantidad de entre 60 y 70 personas se reúnen en su casa a orar. Sin embargo, él asegura no ser un "maestro" de esta filosofía, sino solo un "responsable" del budismo.

"Conversando y conteniendo a los clientes, se puede sacar la belleza del interior y lograr que se exteriorice".

Alejandro Cattaneo,, argentino, budista y peluquero."