Las políticas que dicen relación con la prevención y el tratamiento de drogas y alcohol es responsabilidad del Ministerio del Interior, a través del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), mediante la Ley 20.502, de 2011. Como organismo estatal está encargado de coordinar, articular y promover la estrategia nacional en diseñar y ejecutar los programas de prevención y tratamiento respectivos, entre otras funciones. Esto, a objeto de disminuir la incidencia y la reincidencia del delito.

También es cierto que - en lo que respecta a drogas y estupefacientes - su estrategia no ha logrado la estabilización ni disminución del consumo, tenencia, comercialización y tráfico en nuestro país.

En efecto, una posible solución de "modus operandi" para evitar el ingreso ilegal de sustancias químicas esenciales para la preparación de drogas y estupefacientes que provocan sueño y estupor, respectivamente; sería que la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado (Difrol) -organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores- pasara a depender del Ministerio de Defensa, cuya misión principal sería preservar y fortalecer la integridad territorial del país, asesorando profesional y técnicamente al Gobierno y participando en la celebración de tratados, en la negociación de convenios, y en las demás políticas de integración física, vecinal y regional. Así el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea cumplirían también un fundamental y exclusivo rol: mantener el orden y la soberanía de las fronteras terrestre, marítima y aérea de Chile.

Sin obviar que Carabineros ejercería las funciones que le encomiendan la Constitución y la ley. Así se evitaría la triste y lamentable historia de la Laguna del Desierto, donde murió el teniente Hernán Merino Correa, mártir de Carabineros, quien ofrendó su vida en defensa de nuestra integridad nacional, el 6 de noviembre de 1965. Un verdadero patriota.

Roberto Cisternas Contreras