Lo que empezó como un fenómeno radicado en la localidad de Ercilla y Collipulli, centrado en La Araucanía, hoy se empieza a ampliar a las regiones de Los Ríos y del Biobío. El mentado fenómeno de la violencia en la Araucanía, es algo que nosotros vemos muy lejano desde Iquique, pero que afecta a una gran cantidad de chilenos en pleno siglo XXI, y tiene incidencia en el respeto por el otro "chileno" y por las "normas de convivencia".
Nosotros como AII formamos parte de una gran red que agrupa a la gran mayoría de las asociaciones y gremios de empresas e industrias de nuestro país, organizados bajo el alero de Sofofa, y no pasa un día en que la multigremial de La Araucanía, a través de distintos medios, no nos esté informando de lamentables atentados incendiarios a casa, iglesias y maquinarias, que no sólo implican grandes daños materiales, sino que muertes de personas inocentes. Ahora, lo incomprensible es que no está siendo un foco de atención permanente de los noticieros, como debiese ser, ya que esto viene creciendo y está instalado en nuestro país hace rato y, lo peor, es que la autoridad política central ha hecho muy poco y/o sin resultados.
Según datos entregados por la Multigremial de La Araucanía, la cantidad de hitos violentos con connotación indígena denunciados en la Región del Biobío y La Araucanía en los años 2014 - 2015 pasaron de 120 a 419 respectivamente, siendo el 2016, lamentablemente, de una progresión mayor. Solo el primer trimestre fueron más de 170 los atentados.
Ahora, este fenómeno no es nuevo en el mundo y se explica por varios motivos, pasando por la aspectos étnicos, reivindicaciones históricas de tierras, influencias ideológicas de extrema izquierda, lucha contra "las trasnacionales", y una serie de justificaciones más. Sin duda, nada justifica este espiral de violencia.
¿Por qué insistimos en darles nombres y connotaciones a la violencia pura? Da lo mismo de donde venga, si es terrorista, si es ideológica, si es racista o simplemente criminal, esto hay que terminarlo ahora y bien.
Tenemos un estado de derecho y eso es para todos los habitantes. Si terminamos accediendo como sociedad a lo que quiere el violentista, legitimaremos una forma de relacionarnos, y no nos asombremos cuando terminemos viviendo en el far west. Al menos ahí había un sheriff.
"¿Cuántos años les ha costado a países como Perú y Colombia erradicar las guerrillas?"
Leopoldo Bailac,, presidente de la Asociación de Industriales de Iquique (AII)"