La esforzada misión de los jóvenes de Coanil para llegar a Iquique
Vendieron empanadas y rifas para reunir fondos y poder subirse a un avión con destino a la Tierra de Campeones.
El sueño de 17 jóvenes de disfrutar unas verdaderas vacaciones de verano y por las cuales trabajaron durante un año, se concretó en Iquique.
Este entusiasta grupo no es uno cualquiera ya que está integrado por personas con diferentes grados de discapacidad mental, algo que a ellos no los limitó a la hora de, como cualquier persona, tener que conseguir los fondos para poder subirse a un avión y llegar a la Tierra de Campeones.
La misión inició el año pasado cuando, motivados por el director de la residencia Los Maintenes de Coanil (Santiago), Gonzalo Recabarren, decidieron que estas vacaciones llegarían más lejos, venciendo todo tipo de dificultades y miedos, y sí que lo hicieron.
Con la venta de dos televisores antiguos que recibieron como donación se gestaron los primeros fondos que luego lograron multiplicar. Lo recaudado les sirvió para comprar ingredientes y, bajo la dirección de uno de los alumnos que hizo sus prácticas en panadería, emprender la preparación de empanadas para vender durante las Fiestas Patrias.
"Nos pusimos la meta de vender 250 empanadas y las hicimos entre todos. Unos se encargaron del pino, otros de las masas, otros que no eran tan hábiles en la cocina se encargaban de recibir el dinero cuando las vendían", cuenta Recabarren.
Con esta venta lograron recaudar alrededor de $600 mil, monto que se incrementó a más de un millón de pesos con el desarrollo de una rifa, pudiendo así comprar los ansiados boletos de avión.
Listos los pasajes, se acercaba el día de iniciar el viaje a Iquique y los nervios se apoderaron de este grupo de jóvenes. "Habían chiquillos que me decían 'tío a mi no me sube a un avión'", recuerda.
Para vencer el temor, el juego fue fundamental. En el patio de la residencia colocaron dos filas de sillas y simularon el viaje. Para ello el director de la residencia se convirtió en auxiliar de vuelo y les replicó las explicaciones que normalmente se dan en estos viajes sobre las medidas de seguridad, además de anticiparles que, al despegar, algo iban a sentir en el estómago.
Ya en el avión las expresiones de sorpresa y carcajadas se apoderaron de los jóvenes quienes este martes aterrizaron en Iquique donde permanecerán por 10 días para luego volver al hogar al cual llegaron por mandato judicial tras haber sido vulnerados en sus derechos.
Cavancha fue el primer destino de este viaje. Bastó que vieran el mar para que de inmediato todos corrieran a sumergirse entre las olas. Nicolás Orellana (17), quien lleva dos años en la residencia, fue uno de los que quedó maravillado con esta experiencia. "Yo había ido a otras playas en Viña del Mar, en esta playa el agua es más tibia, me ha gustado", dice entre risas.
Como les habían anticipado de la existencia de Zofri, otro de los integrantes de este grupo, Nicolás San Martín, se aseguró de ahorrar lo suficiente para poder llevar algunos regalos a sus hermanos. "Trabajé en Transbank, repartí volantes y vendí agua en el metro", detalla.
Mientras caminan con dirección a la escuela Los Tamarugos, donde por estos días se hospedan, el director dice que durante su estadía en Iquique también recorrerán las ex oficinas salitreras, Pica y cuanto lugar puedan visitar en este viaje con el cual pueden decir: ¡reto cumplido! .
"La discapacidad no es un tema, estamos viajando al norte de Chile en avión y eso les permite sentirse incluidos".
Gonzalo Recabarren, director de la residencia Los Maintenes"