EDITORIAL
Una biblioteca regional
Tarapacá es la región del país donde las bibliotecas hacen menos préstamos de parte de sus usuarios, según las últimas cifras de la Dibam.
En 2014, se realizaron 12.006 prestamos que representaron el 0,63% del total de pedidos a nivel nacional. El penúltimo lugar lo ocupa Arica con 13.216 solicitudes y luego Atacama con 25.849.
Uno de los factores que saltan a la vista es la escasa infraestructura de las bibliotecas de la región, donde el principal recinto la N°182 Alonso de Ercilla a pesar de los proyectos que la han remodelado no cuenta con todos los servicios que se requieren en la actualidad.
Con las nuevas tecnologías que permiten hoy acceder a información por Internet, incluso desde un celular, es impensado que las bibliotecas diseñadas en un formato del siglo XX sigan teniendo éxito.
Hace dos décadas era común asistir a ellas por diferentes motivos, que actualmente son innecesarios. Por ejemplo las tareas de los estudiantes o todo tipo de trabajos académicos, que antes hacían casi obligatorio ir a la biblioteca, hoy se resuelven desde un computador cualquiera consultando en Internet.
De esta forma, es importante que la región cuente con una biblioteca con una infraestructura renovada, mejor acceso a la web, una buena banda ancha y computadores para que más usuarios se acerquen al lugar. Asimismo un catálogo on line es útil en caso de que los libros no se encuentren físicamente.
En este sentido, convertir a la ex Aduana en una Biblioteca Regional no deja de ser una iniciativa interesante y que permitiría atraer a más personas.
En Antofagasta, tras la instalación en el edificio patrimonial donde funcionaba el correo, los préstamos pasaron en un solo año de 9.770 a 58.137, cifra que aunque luego fue bajando, de igual forma significó un incentivo a leer.
Los funcionarios de las bibliotecas locales están constantemente tratando de atraer más usuarios, gestionando una serie de talleres que permiten que más personas se sientan atraídas por la lectura y que utilicen el servicio, sin embargo es importante que se den señales de parte del Estado.
No es que las bibliotecas estén obsoletas, sino la forma en cómo se concibieron en el pasado.
"No es que las bibliotecas estén obsoletas, sino la forma en cómo se concibieron en el pasado".