El 25 de noviembre de 1997 el Paseo Baquedano recibió la categoría de "Zona Típica", sin embargo, su historia se remonta muchos años atrás y tras sobreponerse a incendios y terremotos, se convirtió en parte destacada del patrimonio arquitectónico iquiqueño.

La arquitectura de este tradicional punto de la ciudad alberga parte del pasado salitrero y grafica el auge económico y de los cambios sociales de la zona. En consecuencia, se trata de un lugar que debe ser resguardado por la autoridad y por todos quienes a diario deambulan por el corazón de la capital regional.

En ese contexto, la fiscalización que realiza la Municipalidad para resguardar el correcto uso de los espacios públicos del sector es de vital importancia y debe ser respetado por quienes, con el paso de los años, han levantado prósperos negocios que, hoy por hoy, le dan vida a uno de los hitos turísticos de la comuna.

No obstante, también es importante que la autoridad facilite la labor que desarrollan los establecimientos y que, apegándose a las disposiciones vigentes, estos puedan mantener y potenciar la actividad social que alberga esta histórica zona.

Hace varios meses el municipio inició una intervención del lugar y, de acuerdo a la información emanada desde la casa consistorial, tras la primera etapa de remodelación que involucró la renovación de las veredas de madera y el pavimento de piedras, ahora las obras se concentrarán en el tema del mobiliario. De esa forma, se reubicarán palmeras y se instalarán sombreaderos, bancas y receptáculos de basura.

Ahora queda esperar que el proyecte culmine en los plazos establecidos y, luego de una larga espera, los iquiqueños puedan contar con un paseo peatonal a la altura de una ciudad turística, donde el desarrollo de actividades culturales y de esparcimiento también permita incrementar la oferta de atractivos para los visitantes.

Sin embargo, para que todo eso sea posible, es necesario que la comunidad se involucre en el cuidado del histórico lugar, proteja sus instalaciones y se preocupe del aseo.

Una ciudad amigable y acogedora la construimos entre todos.

"Es necesario que la comunidad se involucre en el cuidado del histórico lugar, proteja sus instalaciones y se preocupe del aseo".

Durante la década del 60, el filósofo canadiense Marshall McLuhan, describió proféticamente al mundo como un espacio donde no existe armonía, pero sí extrema preocupación e involucramiento por los asuntos de los demás, situándonos en una "Aldea Global" que a la vez es tan grande como un planeta y pequeña como una oficina de correo de pueblo.

Comienzo con este análisis, para contextualizar los funestos hechos vividos en el centro y sur del país y como a partir de este suceso, desnudamos una crisis que va más allá de la emergencia y los daños colaterales.

La desinformación, paradójicamente en la llamada "sociedad de la información", ha permitido en esta contingencia, dejar en claro lo fácil que es construir una realidad, a partir de elementos inexactos y antojadizos, cuyo objetivo es sacar ventajas políticas, primando el bienestar individual por sobre el colectivo.

Lo que leemos a diario, en especial por las redes sociales, grafica claramente lo que Jesús Martín Barbero, argumenta como una crisis de identidad en una sociedad de la información, ligada a una lógica de mercado, que pautea la producción y circulación del conocimiento, dejando atrás la concepción de una sociedad integral, regulada, conflictiva y negociadora, para transitar a una dual, informatizada y desregulada.

Esta lógica, se nutre de la baja cultura cívica, es decir del escaso conocimiento que tienen los individuos, acerca del rol con las que cuentan las instituciones y actores, influyendo a través de sus opiniones y actitudes en decisiones estratégicas, que adoptan los tomadores de decisiones, precisamente por la presión de la ciudadanía.

Esta presión, muchas veces, la vemos ejercer sin una articulación social, pudiendo desde una manera anónima, pero sin un objetivo claro, convertir un simple rumor sin fundamento en una certeza.

Así, nos situamos en un proceso de la historia, donde evadimos la discusión pública, que permita superar estos conflictos, a través del acuerdo y la cooperación, ubicándonos en el anonimato, relegando el deseo de un mejor espacio público, que nos permita alcanzar un desarrollo más profundo.

"Se nutre de la baja cultura cívica, es decir del escaso conocimiento que tienen los individuos".

Gustavo Soto Bringas,, rector Unap."

Por estos días se desarrolla el festival "Danzamérica" y el tradicional Encuentro de Tunas y Estudiantinas. Ambas actividades engalanan y potencian el verano en Iquique. Bien por los eventos que entregan un buen panorama cultural.

Ojo con los semáforos

Es frecuente que en varias intersecciones de la ciudad se observen semáforos apagados o con desperfectos. Todavía más grave es que esto ocurra en cruces con alto tráfico y que conecten a importantes avenidas. Es hora de ponerle freno a la situación antes que ocurran accidentes.

Ruta a Pisagua

La ruta que conecta la carretera 5 Norte con la localidad de Pisagua es de cuidado. Incluso, en varios sectores se observan piedras en el camino y hay zonas con peligrosas curvas. Es necesario que de forma cotidiana se revise la carretera para evitar tragedias propias de estas rutas.