Mauricio Torres Paredes
Luego que se informara que la empresa Fernández Wood iniciaría su liquidación como compañía, surgieron las interrogantes respecto a qué ocurrirá con las distintas obras habitacionales que la firma realiza en la región a través de su filial Pulmahue.
Según lo informado por el Servicio de Vivienda y Urbanización, la empresa Pulmahue ha estado a cargo de 15 proyectos, de los cuales siete tienen menos del 95% de ejecución: La Tortuga I, II (Altos del Mirador) y III, en Alto Hospicio, y Altos del Dragón, San Luis, y Remodelación El Morro Copropiedad A, B y C en la ciudad de Iquique.
Por encima de ese porcentaje de avance están los condominios y viviendas sociales Los Alelíes I y II, Camiña, Ticnamar, Santa María y Arturo Prat en Iquique, y Mar del Pacífico en Alto Hospicio.
Y aunque desde la empresa constructora local explicaron que hasta ahora no han recibido ningún tipo de instrucción a nivel central, Serviu hizo hincapié en que la mayoría de los proyectos ya está en su etapa final.
En cuanto a las iniciativas que aún tienen avances físicos pendientes, el servicio comunicó que ya se están realizando las gestiones a fin de resguardar la correcta ejecución de las obras, situación de la que estarían al tanto los dirigentes de cada conjunto habitacional.
Alto hospicio
De acuerdo a la información entregada por Serviu, los proyectos con menor porcentaje de avance fueron los de Alto Hospicio, La Tortuga I (24,03%), La Tortuga II o Altos del Mirador (2,97%) y La Tortuga III (40,38%).
Desde el condominio La Tortuga I, calificaron la actuación de la empresa como "una burla", detallando que la constructora prácticamente dejó las obras abandonadas y que incluso como vecinos decidieron, entre los tres conjuntos habitacionales, poner término al contrato, decisión que se basó en el supuesto incumplimiento respecto al pago de contratistas y las deudas a proveedores.
Hoy los condominios están a cargo de la empresa española Movic.
Protestas
Una situación que se hizo insostenible para las empresas subcontratistas estalló a inicios del año pasado, específicamente en mayo, luego que sus representantes protestaran ante la dirección regional de Serviu por los retrasos en los pagos por parte de Pulmahue, deudas que bordeaban los 600 millones de pesos en facturas impagas y que se arrastraban desde hace tres meses, y en algunos casos desde diciembre del año 2015.