San Pablo nos cuenta en sus cartas como después de haberse encontrado con el Señor, camino a Damasco, él se fue al desierto, a Arabia y ahí rezó y enseñó lo que le había sido revelado. Luego de tres años y más tarde en otra ocasión irá a Jerusalén a encontrarse con quienes eran apóstoles antes que él y de manera especial con Pedro, dice que hace esto para ver que su trabajo no haya sido en vano, para contrastar lo que él enseñaba con lo que enseñaban al resto.
La Iglesia mantiene esa costumbre y es así como los obispos, indignos sucesores de los apóstoles, han de acudir cada cierto tiempo a Roma para encontrarse con el Papa, sucesor de San Pedro.
Los obispos de Chile tendremos la alegría, en los próximos días, de encontrarnos con el Papa y sus colaboradores más cercanos. Hace ya ocho años que no teníamos la llamada Visita ad Limina, es decir, a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo.
Esta visita se prepara con mucha anticipación, hace ya seis meses envié una relación de toda la labor realizada por la Iglesia en Iquique, en ese informe está presente el abnegado trabajo de sacerdotes, diáconos, religiosos, y de tantos laicos que por amor al Señor trabajan con tanta dedicación en la Iglesia y por extender su Reino. En esa relación he informado de la vida de la Iglesia, de nuestras Fiestas y de la expresión religiosa de los Bailes, de la catequesis, del culto, de los servicios de caridad, en fin, de todo aquello que nos da alegría y también de las penas y desafíos que debemos enfrentar.
Voy a ver al Papa, padre común de los cristianos católicos, al que es vínculo de unidad en la Iglesia, al Pastor universal, que lleva en su corazón y hombros la responsabilidad por toda la Iglesia.
Cuando como obispo lo vea y converse con él, no entraré solo, ustedes irán conmigo y juntos le diremos al Papa que lo queremos, que rezamos por él y escucharemos lo que desee enseñarnos y pedirnos y que yo les transmitiré.
Junto al encuentro con el Papa y sus colaboradores, son reuniones de varios días; los obispos debemos celebrar la Santa Misa en las basílicas de San Pedro y San Pablo de Extramuros, tumba de los apóstoles, San Juan de Letrán, catedral del Papa, en Santa María la Mayor, la primera iglesia levantada en occidente en honor de la Virgen María, allá por el año 300. En cada una de las celebraciones subiré al altar llevando las intenciones de cada uno de ustedes, hermanos queridos de Iquique.
"Hace ya 8 años no teníamos la llamada Visita ad Limina, es decir, a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo".
Guillermo Vera Soto,, obispo Diócesis de Iquique."