Debiera la ciudadanía de Tarapacá e Iquique en particular rendirles un tributo de agradecimiento y reconocimiento a estos adultos mayores, todos ellos abuelitos y abuelitas, ya cercanos a los 70 años, que con la mayor voluntad, sensibilidad, grandeza de espíritu y servicio por los demás, participaron de la huelga de hambre realizada en uno de los salones de la siempre y eterna acogedora Iglesia Católica.
Los nombres de Alicia Naranjo, Roberto Castañeda, María Casanga, Bety Terraza, quedarán grabados en un libro de oro de la salud, cuando en el día de mañana, alguien escriba la historia y las vivencias que ha debido experimentar en su tránsito la creación del Centro Oncológico, que nació también de otra actitud de nobleza y generosidad superior, cuando el doctor Ramsés Aguirre y el ingeniero Rafael Montes, agradecidos de como los había tratado la vida, se empeñaron en darle a nuestra ciudad y a los que sufren de cáncer, sobre todo a los más desposeídos, un Centro Oncológico.
Conozco el caso dramático del dirigente social Roberto Castañeda, que en su vida, debió enfrentar las muertes de sus padres por el cáncer, la muerte de un hermano por el cáncer y la muerte de un hijo por el cáncer. Es por este sufrimiento familiar que Roberto estuvo en la huelga de hambre.
Espíritus capciosos, que no les da para pensar en que aún en nuestra tierra hay espíritus selectos capaces de jugárselas, por sus semejantes, darán otra interpretación a la lucha por el Centro Oncológico. No saben de lo que hablan, ni menos saben del sufrimiento personal de cada uno de estos abuelitos, adultos mayores que voluntariamente se sometieron a la incertidumbre de una huelga de hambre para su salud.
Visionaria y responsablemente Rafael Montes González, ante los delicados momentos que vivieron María Casanga y Roberto Castañeda, afectados por una descompensación, y porque trabajan por seguir viviendo, dijo "esto no va más", y se puso término a la huelga, ante la oposición de los protagonistas.
Nos quedamos tranquilos, los miles y miles de iquiqueños, que estuvimos en el entorno de este movimiento por la calidad de la salud en Iquique, pues sabemos que los nombres de Roberto Castañeda, Alicia Naranjo, María Casanga, Bety Terrazas, Rafael Montes, Ramsés Aguirre, quedarán grabados como un acto heroico de generosidad para los que sufren del cáncer, pero ellos, al igual que muchos de nosotros, ya estamos medio apolillados para dar batallas de esta magnitud.
Dios los protegerá en sus vidas a estos verdaderos héroes.
Héctor Rojas Cabrera