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Salud mental avanza entre las enfermedades laborales

Nuevos criterios para la calificación de patologías profesionales han permitido que enfermedades mentales, hoy en día, se visibilicen. Este fenómeno que se presenta en Tarapacá, sería uno de los reflejos de la realidad país.
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Mariela Cabello Venegas

"Llevaba casi cinco años trabajando en el mismo lugar y un día no pude más, hasta oír su voz me angustiaba, no hacía más que llorar sin parar", relata una trabajadora, que prefiere mantener su identidad en resguardo por el prejuicio que pudiese generar en sus empleadores actuales este episodio de su pasado.

Asegura que nunca imaginó que tenía depresión y menos grave. "Sabía que estaba cansada, que ya hacía todo por inercia, que no quería levantarme, ni hablar con mis compañeras por miedo a que mi jefa nos retara, porque le gustaba que no volara una mosca en la oficina", revela.

Hoy, este caso de salud mental, podría tomarse como enfermedad laboral, si se comprobara que fue producto de la relación de hostigamiento que mantuvo con la jefatura de ese entonces. Esto, de acuerdo a los antecedentes aportados por la Superintendencia de Salud y Seguridad (Suseso) respecto a los cambios realizados en la normativa sobre las enfermedades profesionales reconocidas, es decir, aquellas que se acogen a la Ley 17.644.

Casos en tarapacá

Si antes ocupaban primeros lugares aquellas relacionadas con patologías musculoesqueléticas, en el presente, son los casos de salud mental y los relativos a la piel, los de mayor incidencia en Tarapacá.

"En particular el reconocimiento de enfermedades musculoesqueléticas como laborales son importantes, sin embargo están bastante más atrás que las de salud mental en esta región y de las que afectan a la piel, no producto del sol, sino que de la utilización de agentes o sustancias que producen alteración de la piel, por irritación, erosión o reacciones alérgicas", explicó el jefe nacional de la unidad de Medicina del Trabajo de la Suseso, David González, respecto a los casos reconocidos en Tarapacá.

El crecimiento comenzó a vislumbrarse, según el representante nacional de la Suseso, específicamente entre el 2010 y 2011, años en que comenzó a normarse, en el país, el hostigamiento laboral y el acoso sexual como causas de enfermedades de salud mental por el trabajo, tales como el trastorno adaptativo.

"Antes de esa fecha, solo se consideraban enfermedad profesional del área mental las situaciones de sobrecarga laboral, y todo lo relacionado dentro del trabajo empieza a aparecer luego de esa fecha", precisó González.

Según el facultativo, las condiciones y criterios cambiaron en pos de calificar de mejor manera si una enfermedad puede considerarse como profesional, tras la respectiva denuncia en los organismos administradores de cada empresa o también llamadas mutualidades.

De hecho, en marzo del 2016 comenzó a regir para todas las mutualidades el protocolo de calificación para enfermedad laboral, el cual señala una serie de pasos a seguir, mas allá de un diagnóstico médico.

Privados

Esta tendencia, también la avalan aquellos organismos que se cruzan en torno al mundo de las enfermedades laborales de la región, como la Comisión Preventiva de Salud e Invalidez (Compin) y la Asociación Chilena de Seguridad (Achs).

Para ellos, son las enfermedades de salud mental las que han experimentado un crecimiento en la región.

"Dentro de la evolución en el tiempo las que van aumentando de forma dramática son las de tipo psiquiátricas, por neurosis laboral, principalmente. Esa es la realidad nuestra", indicó el jefe médico de la agencia Iquique de la Asociación Chilena de Seguridad, Eduardo Vega.

Y es que en una proporción de casos, Vega señaló que si antes se veían 5 cada 6 meses, "hoy llega al menos una persona por día con este diagnóstico por enfermedad laboral".

Casos acogidos

Si bien el número de denuncias han aumentado, según informan desde la Achs y el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), no todos los casos son reconocidos.

Al respecto, el jefe médico de Achs Iquique, detalló que "durante el 2016 ingresaron a estudio 236 casos y de esos 25, es decir más menos un 12%, fueron acogidos como enfermedad laboral, osteomusculares y neurosis", dijo Vega.

Por su parte, el director regional de ISL, Pablo Carreño, indicó que de las 40 denuncias presentadas, 10 calificaron dentro de esta categoría.

Lo que se proyecta

Si bien, en el sitio web de la Suseso están las estadísticas mensuales del 2016 hasta el mes de noviembre, en cuanto a enfermedades profesionales reconocidas, solo a fines de abril se entregarán las cifras oficiales.

En este sentido, el jefe nacional de la unidad de Medicina del Trabajo de la Suseso expresó que se espera que más de la mitad de los casos reconocidos de la región vayan a ser de salud mental.

"Así de extremo es el tema, el año pasado se acercaban al 40% y un poco menos, pero este año se espera que los casos de salud mental sean más del 50% de las enfermedades reconocidas como laborales dentro de la región de Tarapacá".

Inclusive atisbó que podría ser la primera vez, en lo que llevamos de historia estadística, que los problemas de salud mental sea la primera o la mayor causa de enfermedades laborales en el país.

Desconocimiento

Entre los factores que señalan el por qué hay más denuncias que casos acogidos, está el desconocimiento de la población.

"En general, los trabajadores las confunden con las enfermedades comunes. Nos pasa que la gente se siente profesionalmente enferma, pero después de los exámenes y entrevistas que se realizan, estos arrojan otra cosa", explicó el director regional del ISL.

Pese a ello, llamó a la población a que se atreva a denunciar para que se cumplan sus derechos como trabajador.

Por otra parte, la presidenta regional de Compin, Mara Carrizo, indicó que en el caso de las licencias, las laborales y las comunes se comportan de la misma manera. Es decir, el orden en cantidad son las psiquiátricas y luego las de origen traumatológico.

Para eliminar la confusión en los trabajadores, Carrizo precisó que se debe considerar que si su complicación de salud la provocó directamente el trabajo y no alguna patología propia, se trata de una enfermedad laboral.

Las denuncias por este tipo de enfermedades se pueden realizar incluso hasta cinco años después de ocurrida, siempre y cuando los síntomas persistan. "Se revisa el historial laboral y médico, independiente que no esté trabajando en el mismo lugar que le provocó la enfermedad", dijo el director regional del ISL.