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[ENTREVISTA]

Joseph Morgan: "Se tiene la idea que el sostenedor es tramposo"

El director y sostenedor del colegio Hispano Británico habló sobre las consecuencias de la Ley de Inclusión, el futuro de su establecimiento -que se volverá particular en 2018- y el panorama actual de la educación a nivel regional.
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Mijaíla Brkovic Leighton

Fue uno de los primeros recintos educacionales de Iquique en confirmar que pasaría a ser particular, a raíz de las condiciones planteadas por la nueva Ley de Inclusión. Y es que Joseph Morgan Ferger, sostenedor y director del colegio Hispano Británico, no lo duda un segundo: "Nosotros no queremos vender. Esto es la herencia de mis padres y el legado que quiero dejar a mis hijos", dice.

En ese contexto, el docente de profesión habló con La Estrella para referirse a los desafíos que desató el cambio en las normas educacionales para los encargados de colegios subvencionados, el panorama actual de la situación y los futuros desafíos.

- ¿Qué sustenta la decisión que tomaron como institución?

- Primero, nosotros siempre fuimos colegio particular. Quisimos, en una oportunidad, tener una mayor diversidad, por lo que en 2003 nos pasamos a subvencionado. Nunca le pedimos un peso al Ministerio para la construcción del colegio. Pero cuando empezó el movimiento de esta nueva ley, y vimos los por menores, nos dimos cuenta de que había una cláusula que a nosotros nos impedía poder seguir en el sistema: la que exigía al sostenedor del establecimiento vender el colegio a una corporación sin fines de lucro. Eso significaba que, en la práctica, el recinto y su terreno, que es la herencia para nuestros hijos y el trabajo de mis padres, lo perderíamos. Nosotros no queremos vender (...).

- Algunas escuelas de Iquique, después de la aprobación de la ley miscelánea el pasado 18 de enero, decidieron pasar a ser corporaciones ¿Para ustedes dicha norma no representó una solución?

- No es una solución. Sólo prorroga el plazo para tomar una determinación, pero al final va a ser lo mismo: hay que vender al precio que ellos fijan, que tiene un tope de 110 UF por alumno, independientemente de si el colegio es de concreto o de cholguán; si es que tiene 20 mil metros cuadrados, como el nuestro, o si tiene 100 (...) En una ciudad como Iquique, ese valor no da. Es menos de un tercio del verdadero valor de los colegios (…) cuando hay una expropiación, incluso, por último expropian al valor comercial, pero acá es un robo, casi.

-Si el pago fuera mejor, ¿Venderían?

- No. En mi familia no queremos deshacernos de lo que estamos haciendo (...).

-¿Qué opina sobre el objetivo ministerial de acabar con el lucro en la educación?

- Me parece que es posible lograr eso. Pero también debería haber un equilibrio entre lo que se invirtió los colegios y el acabar con el lucro (...) Es buena idea, pero creo que no debería dañar a ningún participante. Hoy en día está dañando. Muchos sostenedores van a tener que desprenderse de lo que no querían dejar.

falencias

-Desde su punto de vista ¿Cumple la Ley de Inclusión con el objetivo de mejorar la educación?

- Está lejos de cumplir ese objetivo. Yo creo que debió haber partido por mejorar las condiciones de los docentes, subiéndoles el sueldo. La educación no se mejora de otra manera (...) más que comprar los edificios, debió haberse empezado por otra, los profesores.

-¿Qué fundamentos cree que el Gobierno tuvo para readactar la ley?

-Creo que se estigmatizó la visión del sostenedor. Se tiene la idea que el sostenedor es tramposo, que es quien falsea la asistencia, o quien se roba la plata para irse de vacaciones. Pagamos justos por pecadores. Yo creo que hubo harto de eso en el diseño de la ley: una adversión hacia los sostenedores, como que todos los sostenedores son ladrones. Al menos acá en Iquique, ningún sostenedor es ladrón. Todos mis colegas están acá por vocación, porque les gusta lo que hacen.

-¿Cuál es el sentimiento de los otros sostenedores de la ciudad, según lo que usted ha percibido?

-Hay mucho dolor (...) La verdad es que la mayoría de los sostenedores nos sentimos mirados con desprecio. Ha sido complicado estos años para los que trabajamos en esto.

FUTURO

-¿Qué beneficios van a perder ahora que dejarán de ser subvencionados?

- Va a ser difícil ser tan inclusivo como nosotros quisiéramos ser. Va a ser complicado tener a alumnos de todas las clases socioeconómicas, aunque a nuestro equipo nos encanta la inclusión. Pero yo voy a tratar de recuperar eso. Yo estudié en el Liceo de Hombres de Iquique y, para mí, fue súper importante haber estado con compañeros de todos los sectores. Ir a la calle y no tenerle miedo a un mendigo, entender que si una persona está en situación de calle no es porque sea mala (...) Yo esos miedos no los tengo y creo que ese estilo de enseñanza logró forjar en mí una empatía y por eso creo que es positivo que haya inclusión dentro del aula.

-Sin embargo, en la circular pública que explicaba la particularización del Hispano Británico informaron que sólo entregarán becas a alumnos de tercero y cuarto medio en 2018, a nadie más.

-Nada es concluyente. No hay un escenario en que yo pueda saber qué va a pasar. Está por verse.