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El azafrán: el innovador cultivo que se busca potenciar en la pampa

Iniciativa, inédita en el norte, pretende convertir a los agricultores locales en productores de la costosa especia, cuyo valor es de 10 euros el gramo
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Davied Jaime

Agricultores cuyos predios no superan las dos hectáreas y cuya producción se basa principalmente en frutas, hortalizas y flores, en pequeñas cantidades, podría dar un vuelco en su actividad a partir de un innovador proyecto que se desarrolla en el centro Experimental de Canchones, en la Huayca.

"Espero que esto resulte, yo no conocía este cultivo, pero si se adapta a las condiciones podría sería muy bueno ya que las ganancias mucho mejores", asegura Miguel Challapa Ayavire, uno de los cinco agricultores que comenzaron el proyecto.

La iniciativa, que tuvo una inversión de $96 millones, es liderada por el doctor en Ciencias Silvoagropecuarias y académico de la Universidad Arturo Prat, José Delatorre, y financiado por Fondo de Innovación Agropecuaria (FIA) y la casa de estudios.

En enero se realizó la primera plantación de cormos en un terreno de solo 100 m² en Canchones, que ya comenzó a dar brotes, explica Delatorre, quien asegura que de acuerdo la primera aproximación teórica, las condiciones climáticas son similares a las que presenta este cultivo en otras partes en los principales países productores, como Irán, España, Marruecos e India.

"Tenemos solamente un par de dudas, ya que nosotros tenemos más sal en agua y suelo, además de una gran radiación, donde la idea es verificar en la práctica si el azafrán será productivo en esta zona", manifiesta Delatorre.

De cada cormo plantado, puede producirse entre una y tres flores, siendo el estigma el producto que se comercializa, los que tras su extracción deben ser desecados, periodo que por las condiciones climáticas de la zona solo se hace en cinco días, que considerando desde la plantación a la cosecha se trata de un periodo de 3 meses.

En teoría se trata de una especie requiere de un clima templado-cálido y seco, soportando temperaturas elevadas y fríos intensos, requiriendo solo 300 a 500 mm. de agua anualmente.

El proyecto busca potenciar la agricultura familiar, ya que al tratarse de un producto tan costoso y de tan pequeño tamaño es difícil evitar pérdidas en el caso de contratarse mano de obra. "Acá las familias aymaras plantan no más de una hectárea y a diferencia de otras plantaciones, esto les permitiría tener mejores ganancias y dejar su actual agricultura de subsistencia", remarca el ingeniero agrónomo.

La cosecha del azafrán es manual y se desarrolla diariamente en la medida que las flores se abren. Para alcanzar un kilo de estigmas frescos, se necesitan alrededor de 80 kilos de flores frescas, que en número representan entre 200 mil a 250 mil flores. En una hectárea se puede alcanzar entre de 8 a 12 kilogramos del producto, que se comercializa a $2 millones el kilo.

"Tenemos solamente un par de dudas, ya que nosotros tenemos más sal en agua y suelo".

José Delatorre,, doctor en Ciencias Silvoagropecuarias"