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El generoso taxista que traslada gratis a los abuelitos

Sonriente, dice que con su ayuda no espera la retribución, sin embargo, la ha experimentado en su trabajo.
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Mariela Cabello Venegas

Dicen que todo lo que uno hace se devuelve, bueno o malo, regresa multiplicado por tres. Eso es lo que comprobó Alex Olivares, el taxista de origen ariqueño que está pronto a cumplir más de 20 años radicado en Iquique.

Mientras guía su vehículo comenta que después de mochilear por el sur, cuando era joven y luego de haberse "portado medio mal", conoció a gente muy buena que le enseñó el poder de la generosidad.

Y es que cuando sube abuelitos, embarazadas o padres con niños menores de 10 años, no les cobra pasaje, aunque ocupen un asiento.

"Hace tiempo que ya lo hago, se sube la gente de la tercera edad y yo pienso: los abuelos andan cortos de plata, no tienen mucho dinero y esto no me va a hacer más pobre ni más rico", señala Olivares.

El minuto millonario

Según plantea don Alex, en su empresa, es decir su taxi, estableció una política que se llama "el minuto millonario".

"Cuando me van a pagar los abuelitos, les digo, usted se subió en el minuto millonario, así que no me paga. Y me dicen, pero cómo, si es tu trabajo; pero yo les digo que en este rato no estoy cobrando, y me dicen por qué, si yo te tengo que pagar".

Como generalmente los pasajeros quedan sin entender, les replica: "si a usted no le gusta, yo paro el auto y usted se baja. Y me buscan conversación altiro, y me dicen tú me conoces por eso no me cobras o yo te conozco de chico y ahora tu me ayudai, y yo les digo no, yo no lo conozco, yo vengo de Arica, así que difícil que me conozca", ríe.

Su vida con altibajos

Para don Alex, Iquique es la ciudad que lo recibió cuando quiso hacer un cambio en su vida, la que le dio trabajo y donde formó una familia, por lo que no le gustaría dejarlo.

Padre de 3 hijas, y abuelo de 1 niña, comenta que su vida no ha sido fácil. Como muchos, tuvo que estudiar y trabajar, pero "gracias a Dios, siempre las cosas han ido saliendo".

"Cuando yo estaba trabajando en una empresa de eléctrico, la cosa no estaba muy bien y nos dijeron vean algo más, cómprense un taxi o vean qué otra cosa pueden hacer, por si acaso. Fue ahí que me compré mi primer taxi, con la ayuda de mi papá, en el año 97. En ese tiempo regalaba calugas a los pasajeros, siempre quería dar algo más".

Fue en ese tiempo que empezó a trabajar el taxi y conoció a la mamá de sus hijas, de la cual está hoy separado. Aunque reinició su vida sentimental, está lejos de su actual pareja, por lo que prefiere estar trabajando y no estar solo en su casa.

En el tiempo libre aprovecha para estar con sus niñas, que ve casi a diario. Además le gusta ir al cine.

Noctámbulo

La hora en que prefiere salir a taxiar es por la noche, después de las 19 horas, ya está preparado para emprender las rutas.

No le importa mucho el sector, solo que a Alto Hospicio no va. "Los llevo a la zona sur, a la Jorge Inostrosa, a todas partes, no tengo problema".

La única precaución es no tomar grupos de personas en las noches. "No me gusta tomar a grupos grandes porque ha cambiado mucho Iquique. Miro a quien subir, pero en general a personas solas y analizo. Eso me lo han dado los años de taxista".

En la semana trabaja en las tardes y los fines de semana se amanece. De viernes para sábado sale recién a las 3 de la madrugada y conduce hasta cerca de las 7 del día siguiente. "En las noches se ven muchas cosas. Hace tiempo en Chipana con Lichiguayos hubo un accidente y el tipo sacó las patentes, se fue y dejó a la niña sola en el auto y nosotros la socorrimos y la llevamos al hospital", comenta.

Iquique a 500

Entre sus múltiples anécdotas, recuerda que en una oportunidad subió a su taxi una abuelita muy elegante y cuando le quiso pagar, él le dijo "no me pague, soy el sobrino de Farkas, este auto es para revolverla". Según él, la gente en general lo bendice y le desea el bien.

"No es que lo haga pensando en algo, gracias a Dios me ha ido bien. A veces cuando hago esto, se me llena el taxi y no puedo quejarme", sonríe.

En la despedida, don Alex anuncia que reeditará la promoción que hacía una vez al mes, la llamada "Iquique a 500", día en que la tarifa será de solo $500 cerrado, a cualquier sector de Iquique.

Alex Olivares,, el taxista que no cobra a los abuelitos y embarazadas."

"Cuando me van a pagar los abuelitos, les digo, usted se subió en el minuto millonario"."