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Ana Milena llegó desde Cali y logró cumplir sus sueños en Iquique

La pedicurista colombiana lleva nueve años en la ciudad, tiene una vida tranquila junto a sus hijos y cree que las iquiqueñas están más empoderadas.
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Francisca Cabello Iriarte

Hace nueve años Ana Milena Rivera (34) recorrió más de cuatro mil kilómetros de distancia desde Cali hasta Iquique, con el objetivo de probar suerte, debido a que asegura que en Colombia había inestabilidad económica. "Las empresas te contrataban y finiquitaban cada tres meses, entonces no había una estabilidad laboral", afirmó la esteticista a La Estrella.

En su país natal había trabajado como independiente, despachaba insumos a diferentes empresas y había hecho un curso de estética que en realidad pasaba más por un hobby. Pero cuando llegó a Iquique vio que "era una opción, se veían muy pocas estéticas, la gente no se hacía este tipo de cosas", afirma. Así es que se puso a trabajar entre esmaltes y limas de uñas, y de su pasatiempo ha podido generar el dinero suficiente para mantener a su familia.

Había dejado a su hija de siete años con su madre en Colombia para probar suerte, y al cabo de tres años, logró traerla. En esa misma época se casó con un iquiqueño. Un hombre al que había conocido por amigos en común y con el que luego tuvo a su segundo hijo que hoy tiene tres años.

La publicidad boca a boca ha sido el secreto del éxito de Ana Milena, y el que la llevó hasta su actual trabajo, ubicado en avenida Francisco Bilbao.

"La dueña del local me ubicó apenas se puso a instalar el negocio porque una se hace conocida por las clientas. Yo no me quise ir, a mí me gusta trabajar y quedarme en un lugar estable, pero cuando tuve problemas en mi trabajo me vine para acá", cuenta.

Iquique

Ana Milena está inmersa en el ámbito más vanidoso, donde las mujeres buscan sentirse y verse bien, pero -según lo que comenta-, esto no siempre ha sido así.

"Las iquiqueñas han cambiado mucho. Hace nueve años no les interesaba ponerse bonitas, me decían que nosotras y las venezolanas éramos más producidas. Tomé a mujeres adultas que nunca se habían hecho las manos. Hoy ya tengo clientas fijas, hasta vendo jeans push up colombianos y me los compran porque están más empoderadas", expresa la artista de uñas mencionando que, en el pasado, las uñas francesas y rojas era lo único que se hacían, no obstante ahora optan por una amplia gama de colores, brillos y dibujos.

Los hombres no se quedan atrás, porque aunque siguen siendo pocos, tiene algunos clientes que van por su manicure y pedicure. "Ellos ahora quieren estar presentables, hay otros que creen que andar con las uñas cochinas es de machos, pero han evolucionado y para bien. De hecho yo no le aplico los mismos productos, existen también esmaltes especiales para hombres", añade.

Independencia

Hoy es dueña de casa y trabaja para mantener a sus hijos. Hace tres meses que se separó. "Aquí son muy celosos, me puedo estar riendo, pero eso no quiere decir que estoy coqueteando. Son así en todo sentido, hasta con las mujeres. Una tiene amigas por mucho tiempo y se escandalizan", expone la colombiana. Así es que decidió cambiarse, se llevó a sus hijos, ella sola ha corrido con los gastos y no pretende "estar amarrada en una relación donde todo era peleas y los niños escuchaban. No era sano".

Esto le ha traído grandes ventajas. Una de ellas es disfrutar de la rumba colombiana que se realiza todos los viernes y sábado en Iquique, donde aprovecha de tomar los tragos típicos de su país y sentirse como en casa, pero no por eso busca volver. Milena viaja dos semanas a su ciudad natal y al poco tiempo ya pide devolverse. Piensa que la vida aquí es "tranquila, es muy rica, además que mi trabajo lo es todo, amo que lo hago, gano bien y aquí se puede andar rico", manifiesta.

Delincuencia

La inmigrante dice también que en un principio, cuando los extranjeros querían entrar al país, se les tornaba muy difícil lograrlo. Sin embargo, cree que hoy "pasan de inmediato y son sólo delincuentes, se ha venido mucha gente mala que la verdad me da vergüenza ajena, porque hay personas que no se mezclan con ellos y eso nos daña la imagen a nosotros", afirma.

De momento no busca otro destino en el cual vivir, Iquique le ha entregado confortabilidad en todo sentido y se ha convertido en su pasado, presente y futuro.

"Las iquiqueñas han cambiado mucho. Hace nueve años no les interesaba ponerse bonitas".

Ana Milena Rivera."