Decir que la minería en la región no pasa por el mejor momento no es más que resaltar obvio. Hace algo más de dos años la afirmación causaba resquemor en Tarapacá y si bien la palabra crisis rondaba en el ambiente, era evitada a toda costa.
Hoy el complejo escenario minero ya es algo aceptado y pese a que cada cierto tiempo el precio del metal rojo vuelve a subir, estamos lejos de las cifras que alcanzaba hace no más de cinco o seis años y que permitieron a muchas personas asegurar un buen nivel de vida para su familia.
La realidad en la actualidad es diferente y la noticia de que solo este semestre habrá 820 trabajadores menos ligados a tres compañías mineras, sumado a los ya 390 despidos registrados el 2015 no deja de preocupar.
Las cifras de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) así ya lo traducen, con un 8,9%, el más alto del país y con la aceptación de las autoridades que las nuevas desvinculaciones también influirán en este indicador en los meses venideros.
Ante el escenario, es vital poder apurar el tranco en la generación de nuevos empleos, pues los trabajos por cuenta propia han aumentado, peros sin lograr en promedio alcanzar los réditos económicos que entrega un empleo minero mensual.
Se ha hablado de nuevos ejes estratégicos, que se suman a la minería, como son el turismo y la energía, los que vienen a apoyar los puestos de trabajo que genera la construcción, proceso que de por sí será lento, pues se trata de incorporar personas que tienen competencias propias de la minería en ámbitos que les son desconocidos, como por ejemplo en el rubro de los servicios turísticos.
Tarapacá debe trabajar fuertemente en capacitar a la población en edad laboral, para que puedan insertarse de mejor forma y más rápido a estas áreas que, al menos en el papel y planificación regional, vienen a relevar al rubro cuprífero y de yodo, en plena contracción.
El empleo en la región es un tema complejo, con matices, que será sin duda parte importante de la agenda de los próximos años, pues la falta de oferta de trabajo es una preocupación cada vez más sentida por la comunidad.
"Tarapacá debe trabajar fuertemente en capacitar a la población en edad laboral, para que puedan insertarse de mejor forma".