Llegó a Chile por un sueño y lleva un mes en el hospital
Venezolano dejó su país huyendo de la crisis económica. Cruzó Ecuador, Perú y Bolivia pero al llegar a Iquique una complicación de salud lo obligó a ser operado e internado.
"Tenía que salir (de Venezuela), no había opción, sino iba a pasar algo (...) Le dije a mi hijo 'no tenemos como sostenernos', mi sueldo ya no me alcanzaba".
Con estas palabras Yorman Huerta, venezolano que llegó en febrero pasado a Iquique, trata de narrar qué lo llevó a dejar su tierra y buscar suerte en Chile, país del cual recibió las mejores referencias para buscar un mejor porvenir económico.
Su destino inicial era Santiago por lo que Iquique sería un lugar de paso donde debía trabajar y reunir dinero para continuar su periplo, tal como lo hizo en ciudades de Ecuador, Perú y Bolivia, sin embargo, una complicación de salud lo llevó a ser operado y hoy ya cumple un mes en el hospital regional.
Está solo y sus únicas visitas son pacientes que en los últimos 30 días compartieron la sala 5 de Traumatología donde Yorman permanece sin saber hasta cuando. Esto lo angustia ya que no tiene dinero para enviar a quien es el motivo por el cual asegura que no cesará en su lucha: Yorlan, su hijo de 16 años.
Antes de llegar al hospital de Iquique, la playa Cavancha y el Terminal Rodoviario fueron los lugares donde tuvo que pasar la noche ya que su llegada a la Tierra de Campeones fue con 10 dólares en el bolsillo y dos bolsos, uno de los cuales le arrebataron.
Cambio de planes
Logró un trabajo en un restaurante local y cuando todo parecía que resultaría como tenía previsto, una infección en su pie derecho provocó que sus planes se interrumpieran. "Yo traía una úlcera en el pie que se me había infectado porque en Ecuador me puse a trabajar y lavando un baño la úlcera se me reventó".
Mientras relata qué lo llevó a ser hospitalizado señala una cicatriz en su pierna derecha y cuyo origen se remonta a hace tres años cuando, en Venezuela, le dispararon para robarle su auto. Desde aquel entonces y pese a que fue sometido a cirugía, su extremidad perdió firmeza y se fue deformando, al punto que el borde externo de su pie pasó a ser su punto de apoyo como si se tratara de su talón.
Este episodio, que marcó un antes y un después en su vida, no le impidió continuar. Y es que los 10 dólares que ganaba al mes como cocinero en Maracaibo no le alcazaba para subsistir. De tres comidas al día, Yorman y su hijo pasaron a tener solo una. "Un kilo de carne vale 5 dólares, es insostenible", cuenta.
Ver morir a su mascota de hambre porque ya no tenían alimentos para darle, lo alertó de que lo mismo podía pasarles si no hacía algo. Fue así que tras vender algunas de sus pertenencias, reunió 100 dólares con los que inició su periplo en noviembre de 2016.
Tras ocho días de viaje por tierra llegó a Ecuador donde se desempeñó como cocinero y pudo juntar 200 dólares, dinero con el cual su hijo se inscribió en la Universidad del Zulia para estudiar Medicina. "Yo le digo a mi hijo gradúate rápido y ven acá", comenta el hombre de 45 años, quien está convencido de que su hijo debe ser profesional para tener un buen futuro, eso sí, fuera de su tierra.
El viaje de este venezolano continuó por Perú y luego por Bolivia, país que cruzó hasta llegar a Iquique. Pese a todo lo vivido, Yorman no pierde las esperanzas y clama ayuda para ser trasladado a Santiago donde pueda ser operado y logre que su pie pueda alcanzar la firmeza que algún día tuvo. No obstante, desde el hospital indican que el equipo clínico se esfuerza por "salvar su pie, por lo que de momento no existe indicación de traslado u otro tipo de intervención quirúrgica".
Mientras tanto una cama del hospital seguirá siendo, por estos días, el lugar que lo acoge y desde donde sueña con llegar a Santiago para trabajar por el motivo de su vida, su único hijo.
Yorman Huerta Pérez."
"La situación en Venezuela está difícil, comemos una vez al día y yo le daba parte de mi comida a mi hijo"."