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El violonchelista venezolano que vino a enseñar su talento a Iquique

Carlos Cobos (35) es parte de la Orquesta Regional de Tarapacá y da clases a niños de escuelas municipales.
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Mijaíla Brkovic Leighton

Hace tres años, Carlos Cobos Ruiz (35) cambió la lluvia tropical por el desierto; el llano por el mar y el pabellón criollo (plato nacional venezolano) por la cazuela de vacuno. Gracias a haber sido seleccionado para participar en la Orquesta Regional de Tarapacá, este talentoso profesional -oriundo de San Sebastián de los Reyes, en Venezuela- arribó a Iquique sin saber que llegaría a sentirse en esta ciudad como en su "propia casa", según él mismo cuenta.

"Me contactó alguien que sabía que existía un puesto en la orquesta. Para el trabajo se necesitaba un doble perfil: ser músico ejecutante y ser profesor de música, porque el programa, además de uno tener que tocar en la agrupación profesional, hace capacitaciones de manera gratuita a niños en la región", explica el músico. "Postulé y al tiempo me dijeron que había quedado", recuerda.

Currículum

La formación de Carlos es excepcional: a los 9 años comenzó a estudiar violonchelo en el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (que busca mejorar la calidad de vida de los niños que lo integran) y, ya de adulto, formó parte de la prestigiosa Academia Latinoamericana de Violonchelo, llegando a ser docente en esa institución.

"Aprendí con maestros destacados, como Andrés Herrera y William Molina, que fue primer premio del Conservatorio de Música de París a los 19 años de edad", señala el violonchelista, quien sueña con un futuro donde la Orquesta Regional esté compuesta por iquiqueños instruidos en la música de alto nivel.

"Iquique tiene mucha riqueza cultural para ser explotada y hay muchos jóvenes muy talentosos", menciona.

Llegada

A pesar de haber arribado a la capital de Tarapacá con un trabajo asegurado, la decisión de mudarse de su país no fue fácil. "Dejé a mi hijo y a mi esposa en San Sebastián, lo que fue bastante fuerte (...) Yo creo que la determinación de venir a Chile la tomé principalmente por la situación de mi país, que ya en 2014 estaba mal", cuenta el violonchelista.

Al igual que muchos de sus compatriotas, Carlos salió de Venezuela para buscar una vida más tranquila. Y es por esa misma razón que hoy en día se siente a gusto aquí. "Iquique, en general, es muy lindo. Estar a tan pocas cuadras de distancia de la playa me gusta mucho y es algo a lo que no estaba acostumbrado. Pero lo que más me gustó es que me siento muy seguro, porque esa zozobra con la que salía cuando estaba en Venezuela, de pensar que me podían robar en todos lados, acá desapareció por completo. Puedo salir a cualquier hora a que mi hijo disfrute de lo que es vivir tranquilo", relata.

Actualmente, Carlos vive junto a su esposa y su hijo de 8 años, quien también está aprendiendo violonchelo y ya está adaptado al país. "Nosotros tenemos amigos de todas las nacionalidades aquí, por eso también nos ha sido más fácil sentirnos como en casa: por el ambiente pluricultural que hay en Iquique", asegura el profesional.

Estilo de vida

Además del talento que Carlos Cobos aporta a los niños de colegios municipales de la ciudad, su filosofía de vida es una enseñanza en sí misma. Para él, la música es una opción que le permite a las personas realizarse con dignidad: "Gracias a la música tengo una vida muy idónea (...) yo veo la música como un modo de vida, un todo, que te permite vivir bien, te permite ser alguien de bien", plantea sonriendo.

"Dejé a mi hijo y a mi esposa, lo que fue bastante fuerte (...) La decisión la tomé por la situación de mi país".

Carlos Cobos,, violonchelista profesional."