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La antesala de lo que podría ser la primera guerra termonuclear

Corea del Norte amenazó directamente a Estados Unidos con un poderoso ataque nuclear, lo cual podría traer no sólo consecuencias militares catastróficas, sino que también físicas, ambientales y económicas. Estas últimas llegarían a Chile.
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Sebastián Paredes C.

Las cosas no están para nada tranquilas en Estados Unidos. Y es que tras el ataque perpetrado en Siria en respuesta al envenenamiento con armas químicas de un sector de la población de Khan Sheikhoun y con Donald Trump como articulador general, no paró.

El jueves 13 de abril pasado lanzó su bomba no nuclear más grande, la madre de las bombas, en Afganistán.

Según indicó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, el objetivo era acabar con un "sistema de túneles y cuevas" del Estado Islámico en Afganistán que "les permitía moverse con libertad y atacar con más facilidad a los asesores (militares) estadounidenses y las fuerzas afganas".

A mitad de esa semana, Trump señaló que "Corea del Norte es un tema que debe ser atendido" en relación al armamento nuclear que posee el gobierno de Kim Jong Un.

Tras la quemante frase de Trump, los coreanos no demoraron en responder a través de su embajador en Naciones Unidas, Kim In Ryong: " nuestro país está listo para responder a cualquier tipo de guerra si Estados Unidos, osea a llevar a cabo una acción militar".

Con el tenso escenario pareciera que faltase apretar un sólo botón para que el conflicto estalle y de ser así, ¿qué es lo que ocurriría realmente?

Efectos nucleares

Lo primero es que tras los ataques se desataría una tercera Guerra Mundial, en donde existirían aliados a Estados Unidos y opositores comandados por Corea del Norte. De los nombres de los países que participarían en esta guerra es difícil aventurarse porque como dice el cientista político y profesor de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, Sebastián Briones, "siempre se sabe cómo parten las guerras, pero nunca cómo acaban".

Sin embargo, más a allá de las naciones, un ataque nuclear sobre una zona en específica reduciría dicha área a cero.

Según estudios realizados a nivel internacional por la ONU y otras organizaciones ambientalistas, además de afectar de manera directa en un primer impacto a la raza humana, con el correr de los días el desastre ambiental sería inminente.

Un enfrentamiento de liberación entre los 5.000 y 10.000 megatones de energía nuclear en varios ataques de ida y vuelta crearía un invierno nuclear.

Tras los primeros ataques la temperatura bajaría inmediatamente y la oscuridad sería por completo. Esto podría durar meses en la zona afectada.

En un par de días se viviría un proceso de glaciación y las temperaturas bajarían hasta los -50° celcius y en un panorama muy optimista, se llegaría a los 10°.

Lo anterior provocaría la completa aniquilación de la zona afectada.

La fotosíntesis no se produciría y casi la totalidad de la vegetación moriría en pocos días, siguiéndole todos los animales herbívoros. De esta forma, en unas semanas no habría más alimentos para la mayoría de los seres vivos.

Lo anterior parece sacado de una película de ficción o de terror. Sin embargo, dicho escenario puede producirse, tal vez en menor escala.

Conflicto

Para Sebastián Briones cientista político y profesor de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos del Ministerio de Defensa, "existe una muy baja probabilidad de que Corea del Norte y Estados Unidos se desenvuelvan en una guerra nuclear. Es una probabilidad baja, pero existe".

Briones señala que "lo impredecible que puede ser Corea del Norte en cuanto a sus gobernantes podría hacer pensar en algún tipo de ataque nuclear".

Según los antecedentes recabados de este conflicto por parte de Briones, el poderío bélico mostrado por Corea del Norte hasta el momento haría imposible un ataque a distancia a Estados Unidos. "Las pruebas realizadas por estos días harían pensar que los misiles no alcanzarían a llegar a suelo estadounidense".

Lo anterior, según el cientista político, para nada significaría que no habría una amenaza de ataque nuclear. Por el contrario Corea del Norte debería remodelar su rango de ataque y el blanco elegido sería Corea del Sur o algunas de las bases militares estadounidenses en las cercanías.

"No se sabe cuál es realmente el poderío de armamento que tiene Corea del Norte, pero de tener algo, un blanco puede ser Corea del Sur", señaló Briones al diario la Estrella de Valparaíso. El cientista político agregó que "el ataque podría ser acotado o más extenso. En ambos casos la devastación en el lugar del impacto sería total.

"La zona de impacto quedaría muy afectada y tardaría decenas de años en recuperarse. Habría muertes y daños a futuro producto de los ataques", señala.

Termonuclear

El tipo de guerra que pretende librar Corea del Norte es de carácter termonuclear, esto es mediante el lanzamiento de bombas de hidrógeno o bombas "H".

Este nuevo armamento sólo ha sido probado en pruebas controladas y no ha sido utilizado como un arma de guerra.

En enero de 2016, Corea del Norte afirmó que había realizado una prueba exitosa con una bomba de hidrógeno. "Con el éxito perfecto de nuestra 'bomba H' histórica, nos sumamos a los estados nucleares avanzados". La información salió a través de la televisión nacional norcoreana. La operación originó un sismo que alcanzó una magnitud de 5,0 en el noreste del país asiático.

Tanto la bomba atómica como la bomba de hidrógeno se consideran armas nucleares, pero difieren en la forma en que liberan la energía contenida. La primera lo hace a través de una fisión nuclear, donde los núcleos de los átomos se dividen en átomos más pequeños para liberar energía. Sin embargo, en este mecanismo puede realizarse un número limitado de veces, por lo que libera una cantidad de energía máxima de 500 kilotones al explotar.

En tanto, las bombas de hidrógeno usan la fusión nuclear, que es el proceso inverso de la fisión. Los núcleos de los átomos se unen para formar núcleos más grandes. Este proceso puede realizarse un número infinito de veces, por lo que no hay un límite en cuanto a la potencia que la explosión pueda llegar a alcanzar.

La bomba de hidrógeno más potente hasta la fecha fue llamada "la Bomba del Zar", que alcanzó los 50 megatones cuando fue probada por la Unión Soviética en 1961. Esto es 100 veces más de lo que se considera el límite alcanzable por una bomba nuclear convencional y casi 3.000 veces más poderosa que la lanzada en Hiroshima en 1945.

¿y chile?

En el caso de desatarse una guerra nuclear, Chile no quedaría ajeno a esta situación. Si bien los efectos físicos en nuestro país serían prácticamente nulos, sí existiría una gran merma en el ámbito económico, sobre todo en el rubro de las importaciones.

"Casi toda la tecnología que consumimos actualmente es de Corea, marcas de televisores, computadores y automóviles por lo que ese ámbito se vería sumamente afectado", señaló Briones, quien agregó que el panorama se podría repetir a lo largo de América Latina.