El cubano que quiere crear su propio club de boxeo en el norte
El extranjero espera convalidar sus estudios en Chile y así volver a dar clases de educación física.
Le dicen "qué pasa mi chico" creyendo que es colombiano o dominicano, otros le preguntan sobre qué pasa en Haití que terminó en el norte de Chile. Él solo sonríe y siempre afable lo explica. "Yo soy no soy haitiano, colombiano ni dominicano. Soy cubano y espero cumplir mi sueño en Iquique".
Hace tres años Carlos Fresneda (50) llegó a Chile desde Bolivia para cumplir su sueño. Impartir clases deportivas y crear su propio club de boxeo.
Carlos como muchos migrantes salió de su país para buscar nuevas oportunidades laborales. Sin embargo, el exboxeador reconoció que no la pasó nada de mal en Cuba, sobre todo con el sistema educativo que se imparte.
"Afortunadamente allá en Cuba todos son profesionales. Yo soy licenciado en actividad física y deporte. Hice clases allá en varios colegios. La educación allá es gratuita y el país siempre te apoya en los deportes".
El cubano comentó que su decisión de dejar la isla fue para mejorar su calidad de vida ya que solo ganaba $200 cubanos que es igual a 16 dólares, algo así como $10.677 en moneda chilena.
Incluso, dentro de su historia recuerda que para mejorar su remuneración trabajó hasta de guardaespaldas pero no fue de una persona cualquiera.
"Yo trabajé de guarda espalda de Ramiro Valdés que es muy conocido en Cuba", dijo.
Valdés es considerado actualmente como uno de los veteranos participantes en la revolución cubana en la década de los 50.
Primer viaje
Una vez que tomó su decisión de dejar Cuba viajó a Santa Cruz, Bolivia. Ahí tuvo ayuda de varios amigos cubanos y pudo conseguir un trabajo estable y de paso también mostró lo que valía sobre el cuadrilátero.
"En Bolivia tuve peleas profesionales. En Cuba pelee 127 veces en amateur. Allá en Bolivia tuve 24 peleas. Me decían el elegante por la forma de pelear", contó Carlos.
Resume que le iba bien en la tierra altiplánica, pero sufrió un lamentable episodio. "Tuve un problema con el jefe mío. Me robó plata (...) Bolivia es de corrupción. Reclamé y mejor quise irme. Un primo me dijo que me viniera para acá (Chile). Lo pensé y me vine", comentó.
El cubano llegó a suelo nacional hace tres años y solo ha sabido de alegrías.
Al comienzo participó activamente del club de boxeo Salvador Villarroel.
Estuvo de técnico en el certamen que se disputa los veranos en Cavancha.
"Estuvimos ahí presente. Los chicos estaban muy bien preparados. Ahora solo me centro en enseñar y no en competir".
Luego el técnico extranjero dejó el club y le dieron una oportunidad para participar del club Unión Matadero junto a Rubén "Yoma" Guerrero.
"El Yoma me dijo que me fuera con ellos y bueno acá estamos. Por ahora no hemos entrenado con los chicos. El club está en reparaciones pero al menos yo quiero tener mi club y no me gustaría acá en la ciudad. Quiero en un pueblito lejano. Pozo Almonte puede ser", dijo.
Trabajo
El sueño de Carlos es viajar a Santiago y convalidar su título de profesor de educación física y así poder trabajar en su profesión. Por ahora es el guardián del cerro.
Uno de sus alumnos le consiguió trabajo con contrato en el sector industrial de Zona Franca y debe cuidar un gran terreno que está rodeado de vehículos nuevos en el sector de El Marinero Desconocido. El extranjero ve una nueva luz en Chile para así cumplir su sueño de su club de boxeo.