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[Este es mi oficio]

Lucio Poma: El primer zapatero de La Quebradilla

Se instala en la feria junto a su máquina de coser para reparar más de 60 pares de calzado a la semana.
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Lorena Méndez Jara

De martes a domingo, Lucio Poma Hidalgo atiende en su puesto ubicado en el primer pasillo de la feria La Quebradilla, lugar donde ofrece servicios de costura en cuero y cuerinas además de reparación de calzados.

Poma se instala con su toldo desde las 9 de la mañana hasta las cuatro de la tarde, horario en que trabaja reparando todo tipo de daño que pueda tener un modelo de zapatos.

"Antes trabajé en Pozo Almonte, pero hace tres años que estoy trabajando en La Quebradilla y soy el primer zapatero que se puso en esta feria", afirmó.

Una cuchilla, un punzón y una llamativa máquina de coser que tiene hace más de 25 años, son algunas de las herramientas que utiliza Poma. "Al principio, cuando llegué a esta feria, la gente se acercaba porque les llamaba la atención la máquina y me preguntaban que hacía y ahí les contaba que reparaba calzados, incluso me preguntaban si podían tomar una foto", recordó.

La clave para que su máquina de coser funcione en óptimas condiciones es hacerle mantención cada dos semanas. "Le hago la mantención con aceite que se aplica en el tambor y en el engranaje, eso es lo importante porque si trabaja fierro con fierro es cuando más se gasta, pero el aceite facilita el mecanismo no se dañe", aseguró el zapatero.

Poma aprendió a coser calzados a los 12 años gracias a su padre quien trabajaba en una fábrica de zapatos en Bolivia. "Hasta el día de hoy vivo de esto y me gusta trabajar todo lo que es cuero, cuerina y artesanías. Para mi es una herencia familiar, y actualmente sigo luchando para mantenerla, de hecho mis hijos también lo aprendieron", comentó.

Clientes

El zapatero contó que hasta su puesto llegan varones y damas, sin embargo estas últimas son quienes contribuyen a que tenga trabajo de forma permanente "porque vienen con sus botas para reparar las tapillas, esa es la pega que tengo con mayor frecuencia", detalló.

Entre los trabajos que realiza cada semana está el reforzamiento de costuras en modelos de zapatos importados. "Cada vez están entrando más al comercio zapatillas chinas, coreanas. De hecho llegan muchos clientes que traen zapatos que normalmente solo vienen pegados y me piden que les haga una costura para reforzar porque les gusta el modelo y así se aseguran que les dure por más tiempo".

Marca la diferencia

Poma aseguró que la experiencia le ha permitido conocer cómo trabajar de acuerdo a cada modelo de calzado. "Me gusta que los clientes vuelvan y para eso me gusta entregar un buen trabajo, que no se note donde se reparó, así que en mis encargos soy muy detallista, me preocupo de esos aspectos porque todo entra por la vista así que trato de marcar la diferencia".

En promedio, arregla entre 60 y 70 pares de calzado a la semana. Afirmó que por los años que lleva en el negocio tiene clientes fijos quienes incluso llegan hasta La Quebradilla con sacos de zapatos.

9 de la mañana inicia la jornada diaria de este zapatero.