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Emprendedor iquiqueño salió adelante restaurando gorros

Inventó máquina para lavar eficazmente las prendas y hoy su trabajo es cotizado a lo largo de todo Chile, como también en el mundo. Sus clientes son jóvenes raperos, reguetoneros o simples amantes de la tendencia americana.
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Mijaíla Brkovic Leighton.

Reparar gorros en mal estado se transformó -hace ya siete otoños- en la gran salvación financiera del joven iquiqueño Jean Luis Carrión. "Tenía 16 años cuando, por diferentes motivos familiares, tuve que comenzar a vivir solo en una pieza. Entonces me puse a pensar en ideas para poder mejorar mi situación y, tomando en cuenta de que me gustan mucho los gorros y que a Iquique llegan bastantes usados desde Estados Unidos, decidí empezar a arreglarlos", cuenta el emprendedor. Hoy en día, gracias a ese proyecto que partió de una necesidad urgente, el nativo de la Tierra de Campeones recibe pedidos de todo Chile e incluso desde el extranjero.

"Me han enviado gorros desde Atlanta y Phoenix (EEUU) para que los repare. Parece que allá no hay nadie que los deje como lo hago yo", indica Jean Luis.

Y es que el éxito de este muchacho, de apenas 24 años, no tiene que ver solo con su específica propuesta de restauración, sino que con la técnica que utiliza: inventó una máquina con sus propias manos, la cual "quita las arrugas sin hacer que se pierda la forma del casco", explica.

Además, gracias a su ingeniosa idea, actualmente puede vivir tranquilo con su pareja y su hija. "Tengo trabajo todos los días, gracias a Dios", asegura Jean Luis, quien también se desempeña como camarógrafo en una institución.

Tendencia

Sesenta gorros al mes restaura Jean Luis. Una cantidad elevada considerando que, aparentemente, los también denominados jockeys no son un producto de gran demanda.

"En realidad, acá no existe una gran cultura de gorros como en otros países. Pero la gente los usa mucho por seguir tendencias. Por ejemplo, por andar con la marca que usa determinado rapero o reguetonero famoso", explica el reparador.

Así, sus principales clientes son hombres, entre 16 y 22 años, que siguen ciertos diseños y marcas. "También me contactan papás o mamás de niños que metieron a la lavadora el gorro favorito de su hijo y se lo echaron a perder", indica.

Y es que la mantención de un gorro no es cosa simple. "Acá en Iquique el mayor problema es el sol. La mayoría de los objetos que tengo que reparar son los desteñidos" manifiesta.

"También pasa que comprar un gorro nuevo de la marca que todos buscan, cuesta más o menos $25 mil, que es mucho más caro que comprar uno usado que venía en un fardo y pasármelo a mí, que cobro $4 mil", indica.

Entre sus trabajos están: lavado y forma; restauración de viseras; cambio de broches; teñido, y transformación de un gorro cerrado a un snapback (ajustable).

"Por cada pieza tardo más o menos dos horas en todo el proceso", asegura

U.s.a

Si bien Jean Luis se considera un iquiqueño neto, uno de sus sueños es lograr seguir creciendo en su trabajo, pero directamente en el país de la Estatua de la Libertad, Estados Unidos.

"Sé que si me voy para allá voy a llegar a la cumbre de mi carrera, porque en ese país los gorros son una verdadera pasión", plantea.

Y su meta no es imposible, ya que, mediante las redes sociales, Jean Luis ha sido invitado a trabajar codo a codo con estadounidenses que se desempeñan en el rubro de los gorros: "Una persona me dijo que fuéramos socios, que tiene espacio para recibirme en su casa y que podríamos armar un negocio", cuenta.

Sin embargo, por ahora, el emprendedor seguirá esperando el momento indicado para, junto a su familia, tomar sus cosas y embarcarse hacia un nuevo futuro.

Jean Luis Carrión,, emprendedor iquiqueño."

"Me han enviado gorros desde Atlanta y Phoenix (EEUU). Parece que allá no hay nadie que los deje como yo"."