Evaluación balanceada
Sin duda el Simce es un evento esperado por las autoridades de educación y los medios de comunicación, por los profesores, directores, sostenedores, estudiantes e instituciones públicas y privadas dedicadas a la educación, sin embargo, no se ha profundizado en el sentido, propósito y evolución que ha tenido a través del tiempo.
Como antecedente, esta prueba fue refundada como Simce el año 1988, cuando "se instaló en el sistema educativo chileno una evaluación externa, que se propuso proveer de información relevante para su quehacer a los distintos actores del sistema educativo". A lo largo de los años, el Simce fue adquiriendo relevancia al convertirse en un dispositivo que "medía la calidad" de la educación en Chile. Esta situación significó para el sistema entrar en permanente tensión. Una evaluación anual y obligatoria que se aplica en diferentes grados y asignaturas y evalúa contenidos del año.
Es sólo a partir del 2014 que la Agencia de Calidad de la Educación inicia un cambio de paradigma, resignificando el Simce como una herramienta que entrega información relevante al sistema escolar chileno y a la política educativa, cuyo objetivo es monitorear los avances en el aprendizaje de los estudiantes y la toma de decisiones, pero que no es sinónimo de calidad.
Calidad es un concepto mucho más complejo que los resultados de aprendizaje Simce, implica considerar, además, los indicadores de Desarrollo Personal y Social de los estudiantes, los que nos refieren a una educación que avanza hacia una consideración más integral, incorporando aspectos cognitivos y no cognitivos del proceso de aprendizaje-enseñanza.
Nuestra Institución ha intencionado, en la cultura escolar, que el Simce es un medio que si bien entrega información valiosa al sistema y permite tomar decisiones en cuanto a política pública, tiene algunas limitaciones: no entrega información oportuna a la escuela, ya que sus resultados son conocidos al siguiente año, y no da cuenta del proceso de aprendizaje de cada uno de los estudiantes, pues existen reportes de resultados por curso.
En este sentido, debemos avanzar hacia un sistema de evaluación balanceado. Es decir, es relevante equilibrar la evaluación entre pruebas censales externas y pruebas formativas de uso interno, que facilite a los establecimientos educacionales ir monitoreando el buen desarrollo de los aprendizajes.
"En este sentido, debemos avanzar hacia un sistema de evaluación balanceado".
Mabel Bustos,, directora Macrozona Norte Agencia de Calidad de la Educación"