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Ariana Benito, la fiscal colombiana que apostó a Iquique por amor

Decidió empezar desde cero y su especialidad en Derecho Internacional le abrió las puertas de las universidades.
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Evelin Aguilar Paniagua

Aquel vuelo en avión que solo debía ser un viaje de regreso a casa, marcó el inicio de la historia de una abogada colombiana quien decidió dejar el cargo de fiscal que desempeñaba por siete años, para iniciar, desde cero, una vida y carrera profesional en Iquique.

Y es que en ese avión que sobrevolaba el cielo un día de julio de 2015 y que llevaba a Ariana Benito Revollo desde Buenos Aires a Cartagena, estaba aquel chileno que se robó su corazón y que hoy es su esposo: Fernando Cortes, enfermero y docente de la Universidad Arturo Prat.

Aquel sentimiento sumado a que las proyecciones que tenía para seguir escalando profesionalmente en la Fiscalía no se concretaban, impulsaron a Ariana a ser ella quien dejara su tierra para estar junto a su amado e iniciar así el reto de posicionarse en esta ciudad como abogada.

Reconoce que la misión no fue fácil. "Pese a que (Tarapacá) es una zona fronteriza y que se debería aceptar mejor al migrante, no es así, entonces mi ingreso como académica fue complejo. Se observa que no hay tantas oportunidades y si se alcanza una, sobre todo por las nacionalidades, en el caso mío que soy colombiana, ponen ciertas prevenciones", sostiene al recordar que fue en enero de 2016 que arribó a la ciudad.

Con currículum en mano buscó un puesto de trabajo durante seis meses. En ese tiempo experimentó diversas emociones, entre estas la frustración, aquella que hizo que por un mes volviera a su querida Cartagena, hasta que llegó la oferta laboral y retornó a Iquique.

Ser especialista en Derecho Internacional y contar con postgrado en Docencia para la Educación Superior le permitió que la Universidad Arturo Prat le abriera sus puertas. Luego de esto vinieron más oportunidades. Fue contratada como docente en las universidades de Tarapacá, Inacap y Bolivariana.

"Puedo decir con orgullo y humildad que de las cinco universidades, pertenezco a cuatro, y a la quinta no (Santo Tomás) porque ya no tengo tiempo", dice.

Desafíos

Esta mujer apasionada por la abogacía no siempre tuvo en mente ejercer la docencia. De hecho, ella estudió el postgrado como "Plan B" ya que, cuando estaba en Colombia, era consciente de que su cargo de fiscal se supeditaba a la autoridad que estaba de turno en la institución. Sin embargo, al llegar a la Tierra de Campeones esa segunda opción pasó a primer plano.

"Yo imagino que los estudiantes más de una vez se preguntaron '¿Y esta extranjera qué sabe de derecho chileno?' entonces ese fue el mayor reto, comprobarles que sí tenía las capacidades para ser docente", afirma.

Si bien ser docente lo disfruta a diario, litigar es algo que extraña y por ello espera con ansias que se concrete la habilitación de su título profesional por parte de la Corte Suprema.

"Quizás cuando llegué a Iquique era más fiscal que docente. Ha sido una experiencia de pulirme, irme perfilando y explorar otras áreas, incluso me han asignado otros ramos que han sido verdaderos desafíos como estudiar la carta política chilena", comenta y agrega que esto la ha llevado a estudiar la legislación chilena, algo que requerirá cuando, con título habilitado, emprenda su siguiente reto: postular a cargos públicos.

Pero las aspiraciones de Ariana van aún más allá. Cuenta que ya comenzó a trabajar una propuesta en torno a derecho migratorio la cual espera poder concretar ya que está convencida que la actual legislación en esta materia requiere ajustes para que quienes llegan a este país, lo hagan como corresponde y no de ilegales. "No me quiero quedar con la sensación de que pude ayudar y no lo hice", enfatiza.

A sus 39 años, los desafíos profesionales de Ariana vienen acompañados del sueño de ser madre. Mientras ese día llega, sigue avocada a su profesión, aquella que es una tradición en su familia donde su padre Jairo, y sus hermanos Víctor y Laura también son abogados.

"Puedo decir con orgullo y humildad que de las cinco universidades, pertenezco a cuatro, a la quinta no porque ya no tengo tiempo".

Ariana Benito Revollo"