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Mujeres aymaras contaron los secretos de su textilería

Con orgullo, agrupaciones indígenas de la región llevaron sus artesanías hasta el comercio masivo.
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Mijaíla Brkovic Leighton

Para los aymaras, tejer es una práctica fundamental que se aprende desde la más tierna infancia. "Yo comencé a los diez años. Las madres enseñaban, primero, a hacer cosas chicas, como las wak'a (fajas). Después ya vas haciendo objetos más grandes, como este aksu (vestido típico) que tengo ahora puesto", cuenta Eugenia Mamani, quien manifiesta sentirse muy orgullosa de llevar puesta su vestimenta tradicional la cual, además, hizo con sus propias manos.

Tanto para ella como para el resto de las mujeres que participaron de la cuarta versión de "Volver a Tejer: Todos Juntos" -iniciativa público-privada entre el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) y tienda París- la posibilidad de exhibir masivamente su artesanía textil, es siempre una oportunidad "digna, porque sirve como una forma de rescatar nuestra cultura, que no se pierda", asegura, por su parte, Albina Choque Challapa, de Colchane.

El proyecto, que convocó a veinte mujeres de tres agrupaciones indígenas de la región (Kumire, Achauta y Flor del Tamarugal), consiguió que se hilaran cientos de ovillos iguales en proporción, para ser vendidos en el reconocido local comercial antes mencionado.

"Las que estamos presentando acá nuestros productos, estamos contentas. Es que nunca habíamos mostrado así lo que nosotras hacemos, en una tienda grande", agrega Albina.

Pero las historias de las tejedoras van más allá de esta interesante iniciativa de, llegando hasta las tradiciones aymaras más ancestrales.

Cosmovisión

Aparte de la generación de tejidos que tienen una gran utilidad doméstica y laboral -como bolsas para trasladar cosas y frazadas- los productos textiles de aymaras también contiene un elevado aporte en cuanto a la cosmovisión de este pueblo originario. "En muchos de nuestros tejidos, está representada nuestra cosmovisión. Por ejemplo, los colores y diseños que llevamos en la parte de abajo del vestido, muestran de qué comunidad somos", indica Nely Castro Mamani, originaria de Enquelga, Colchane.

"También, las fajas que tenemos son únicas de cada persona", indica Nely, señalando la suya en la que se pueden apreciar dibujos de avestruces y águilas.

"Es importante para los aymaras hacerse su propia vestimenta. Nosotros nos hacemos todo a mano (...) Una de las primeras cosas que tejí yo fue mi llijlla (aguayo), que es donde cargamos a nuestro bebé y también lo usamos para salir a pastear", recuerda Eugenia Mamani, artesana y madre de seis hijos.

"Mis hijas y mis hijos, desde chiquititos, que saben tejer e hilar", cuenta Eugenia, oriunda de Pisiga Carpa, en Colchane.

Y es que, si bien la textilería es una rama que se ha asociado históricamente a la mujer, lo cierto es que, en la cultura aymara, tanto el género masculino como el femenino tienen conocimientos sobre telares y tejidos.

"Yo crié a mis hijos tejiendo, iba a vender con ellos desde que eran chicos y ahora todos me ayudan a mí. Si yo les digo 'ayúdenme hijos a hacer flecos', ellos siempre van a colaborar", dice Eugenia, feliz con haberles dejado la tan valorada herencia de la textilería.

Nely Castro Mamani,, artesana aymara."

"En muchos de nuestros tejidos está representada nuestra cosmovisión (...) algunos muestran de dónde somos"."