Muelle Prat y Marinero Desconocido: lugares para recordar la gesta heroica
De bien temprano los visitantes llegaron a estos puntos emblemáticos para ser testigos de los honores a Prat.
Mariela Cabello/Crismary Castillo
Son las 7:50 de la mañana y el Muelle Prat ya empieza a llenarse por visitantes, aquel lugar histórico donde, a pesar de los 138 años de la hazaña, los tarapaqueños y turistas siguen recordando a los hombres corajudos que dieron su vida por Chile.
Para Patricio Báez, llegar a este muelle el 21 de Mayo es una de las costumbres que tiene desde pequeño porque su abuelo lo traía a primera hora para ser una de las más de 200 personas que salen hacia la boya para la romería donde está hundida La Esmeralda.
"Llegué temprano porque me gusta; soy iquiqueño y quiero que mis hijos sigan con esta tradición familiar", manifestó Báez, quien recientemente se había bajado de la lancha que lo llevó a la boya junto a su familia.
Travesía
Embarcarse en una de las cinco lanchas que dispuso el sindicato de lancheros del Muelle Prat tiene sus tácticas porque además de llegar temprano hay que tener paciencia para subirse a ellas.
Esa misma paciencia es que la que tuvo Agustina Flores cuando se embarcó para ir a ver la ceremonia en honor a las Glorias Navales.
"Me gusta hacer el recorrido porque es una experiencia distinta. La ceremonia se hace con mucho respeto y, en ese sentido, siento que nunca hay que perder la costumbre de venir a la boya", dijo.
José Valenzuela, por su parte, expresó que el 21 de Mayo es uno de los mejores días que tienen en el muelle pues se llena de gente y los niños tienen la oportunidad de conocer más de cerca la historia del Combate Naval de Iquique.
"La verdad es que son pocos los días que nos van quedando para sentirnos iquiqueños, así que mejor aprovecharlos como debe ser. De aquí nos vamos a comer en la caleta y después a la casa a seguir celebrando", dijo.
Con base en este espíritu de celebrar la gesta heroica, desde las 8 hasta pasadas las 18 horas, un sinnúmero de personas se embarcaron en las lanchas hacia la boya, para recordar la hazaña de Prat y sus muchachos.
Marinero
Otro de los puntos que fue muy concurrido ayer, como parte de las conmemoraciones del combate naval de Iquique, fue el sector del monumento al "Marinero Desconocido".
Pasada las 9 de la mañana, familias completas decidieron emprender su camino hacia este lugar para ver lo más cerca posible el lanzamiento de los 21 cañonazos en recuerdo de los héroes de Iquique en la guerra del Pacífico.
Para algunos era la primera vez, para otros fue un momento que no quieren sacar de sus costumbres ni de sus recuerdos, pues es una tradición familiar.
"Yo vengo desde niña. Mi papá me traía acá cuando trabajaba en la pesquera, entonces nos llevaba a dar vueltas en las goletas después de la ceremonia y lo pasábamos súper bien con mi hermano", recuerda con nostalgia Angélica Cortés, quien ahora llega hasta el lugar junto a sus nietos para que también vivan con emoción esta fecha.
Pese a que reconoce que la ceremonia no es como antaño en que participaban las embarcaciones pesqueras, Angélica defiende a brazo partido la celebración del 21 de mayo.
"Para mí es emocionante recordar esto y quisiera que mis nietos también puedan seguir con esto. Nosotros celebramos y después nos comemos una empanadita, y es bonito compartirlo en familia", dijo.
Más alejados de Angélica se encuentra la familia de Jorge Heredia, que con hijos y sobrinos llegaron para ver cerca de la orilla, a las 12:10 horas , la explosión de los cañones. Es un gesto, además, en honor a su suegro que falleció.
"No soy iquiqueño, pero cuido y disfruto sus tradiciones. Mis hijos son iquiqueños y siempre venimos aquí, sentimos gratos recuerdos; venimos porque mi suegro era marino y lo hacemos en su memoria. Además, siempre veníamos con él, por lo que ha sido una tradición", cuenta feliz de haber cumplido una vez más.
De la boya a la plaza
Pasado el mediodía, el panorama se mueve hacia el corazón de la ciudad, específicamente, a la Plaza Prat donde es posible apreciar el paseo de la festiva comunidad hasta el muelle y viceversa.
Algunos provenientes del desfile caminan por el paseo Baquedano hasta la plaza, donde chinchineros, organilleros e incluso huasos brindan un espectáculo por la fecha.
"Este es un paseo de todos los años. Para mí en el 21 de Mayo hay que ver el desfile. Igual que comer empanadas; si no se hace eso no estás celebrando el 21", opinó Humberto Cuevas, quien agrega que para él es una fiesta que "disfruto mucho porque esto de ver tanta gente en la calle me hace pensar que no siempre es tan indiferente a todo como siempre se dice. Se respetan las tradiciones de alguna forma".
De la misma manera, lo reafirma Edelmira Maldonado, iquiqueña neta como bien precisa, quien añade que siempre asiste a todas las actividades relativas al 21.
"Nosotros vamos a la boya, vamos a la Esmeralda, venimos a ver todo lo que es tradicional. Soy iquiqueña y soy de la opinión que ser chilena es un orgullo, pero ser iquiqueña es un privilegio", comentó.
Los extranjeros
En este ir y venir de personas que celebran, destacan algunos extranjeros que se mezclan en medio de la multitud.
"Salimos a mirar la fiesta y es bonito. Es bueno porque muestra el orgullo de Iquique, y de Chile también", acotó Rebecca Roch de Estados Unidos.
Feria
Como parte del paisaje, en las calles Luis Uribe y Aníbal Pinto, cientos de ambulantes esperan a los transeúntes con un sinnúmero de ofertas de productos, que van de calcetines a comida como, por ejemplo, ceviche y sushi.
También llamó la atención un grupo de personas que organizó concursos de bailes y vendió todo tipo de discos de cantantes reggaetoneros y de antaño.
Agustina Flores, visitante de la boya, sobre el significado del Mes del Mar."
"Me gusta hacer el recorrido porque es una experiencia distinta"."
"Nosotros celebramos y después nos comemos una empanadita. Es bonito compartir en familia"
Angélica Cortés,, iquiqueña que participa de la fiesta del 21 de mayo."